Narcisismo versus Humildad pasando por la Vanidad.

Internet, a través del blog, nos permite enamorarnos cada día de nuestro reflejo.

Nos miramos en las profundidades de "internet" para reafirmarnos en nuestra continuidad y nuestra existencia.

Generando múltiples copias de uno mismo y su trabajo, uno se siente vivo, su existencia se afirma y adquiere una sensación de borrar los límites de su alcance.

Ante ese potencial de audiencia multimillonaria, el narcisista, creando sus espacios personales, encuentra la posibilidad de redefinirse, de "adoptar" sus roles favoritos, comunicarse instantaneamente con miles de personas e influenciar a otros.

Es la adicción que tenemos de uno mismo.

El narcisista se cree enormemente importante, considerándose por encima de cualquier otra persona, incluida su pareja o amistades.

Tiene una gran necesidad de sentirse aprobado y admirado por los demás, quienes, sin duda, tienen que saber lo maravillosos que son. Sienten que merecen una gran admiración y respeto por parte de los demás, de quienes esperan que deseen de buena gama satisfacer todos los sus deseos y darles un trato especial -como perdonar sus deudas-.

Les gusta ser el centro de atención y conversación. El narcisista, no es capaz de ponerse en el lugar del otro y compartir sus sentimientos. Puede sentirse ofendidos si un amigo les dice que no puede ir a su fiesta porque acaban de ingresar a su madre en un hospital.

Se muestran insensibles y desconfian de los motivos de los demás.

El narcisista envuelto en su vanidad está muy alejado de la humildad a la que ve como un signo de debilidad.