TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



TEXTOS PARA EL ALMA 73




MAESTRO, ¿por que antes del sexo  cada uno ayuda al otro a desnudarse y después del sexo cada uno se viste solo?
......En la vida "PEQUEÑO SALTAMONTES", nadie te ayuda cuando estas jodido.....si te ayudan, es porque te van a joder...

¿ESTAS "CONFORME" CONTIGO?
Ocupados en sobrevivir, nacemos la mayoría con el reto de no morir. El albacea de turno -normalmente los padres- se ocupa de cumplir con aquello que manda la ley y gestiona la costumbre.
Y así crecemos, la mayoría sanos y con la secundaria aprobada. ¿Pero que profundidad y base tiene ese conocimiento? Aquí hay suertes dispares, los más aprenden de memoria aquello que da prestigio aunque no comprendan su significado. También están los que ni aprenden ni asimilan y por fin encontramos aquellos que aportaran su visión a un mundo de "grises, temerosos y obedientes.
De lo que se trata, amigo es de irte de este mundo "CONFORME CONTIGO". En este episodio no hay normas ni obediencia. Depende de ti si quieres abandonarnos de una manera "políticamente y cristianamente correcto" o prefieres llegar a la eternidad con tu curiosidad satisfecha.
Elige y actúa pues no sabes del tiempo que dispones y, creo, vale la pena recorrer el camino hacia una ilustrada conformidad.

NO PUEDE HABER LUGAR PARA LA TRISTEZA, CUANDO ACABA DE NACER LA VIDA.




“A un viajero que preguntaba como podría distinguir entre  un coach verdadero y otro falso, le respondió lacónicamente el coach: “si tu mismo no eres engañoso, no serás engañado”
Más tarde les dijo el Coach a sus discípulos: “Por qué será que los que buscan dan por supuesto que ellos son sinceros  y que lo único que necesitan es el modo de detener el fraude en el Coach?

CREAR

Procedentes del Mar, somos receptáculos que necesitamos expresar la interpretación que nos ha confiado al contenerlo. Nos apremia exteriorizar lo que se agita en nuestro interior, concretar en la materia lo que nos estremece.
Lo nuevo busca plasmarse a través nuestro y no cesa de pujar hasta que encuentre su cauce.
Creando, damos forma a lo intangible, damos a luz a lo que todavía no existe. Aparece por primera vez a través de nuestra modulación. Así se distingue la creación de la producción; producir es repetir, crear es dejar que aparezca lo singular, lo diferente.
“Para ser original hay que ir al origen”
El origen posibilita lo nuevo, lo inédito, lo adveniente. El impulso creador aparece primero como una ráfaga, un vislumbre
Tan importante es ese empuje inicial como encontrar el vehículo y el material que logren expresar la fuerza que contiene.
Luego viene el combate, el éxtasis y la agonía, la lucha con la materia y con el instrumento para que sean dóciles a lo que busca salir a la luz.
Acabada la obra, llega el reposo..
En ella descansa la fuerza primigenia que ha encontrado el modo y la forma de plasmarse. Las piezas maestras son resultado de tenaces e inimaginables combates, cuerpo a cuerpo, del artista con su obra.
Los campos de la creatividad son inabarcables, como innumerables son las posibilidades de las que está hecha la materia. Cada creación es la aparición de un mundo.
En la pintura se muestra a través de trazos y colores, conjugando luces y sombras con pinceladas vigorosas, con dulzura y ternura.
La cultura recrea el volumen y las formas con diversos materiales. Ha quedado inmortalizado el emerger de la figura humana en las piezas inacabadas de Miguel Ángel, donde brotan esclavos y prisioneros que pugnan por desprenderse de la piedra amorfa.
La arquitectura trabaja el espacio y permite dar cauce a la frondosidad visionaria de Gaudí.
La música modula las ondas sonoras, suaves y pausadas de Bach.
El acto creador está aguardado no solo en los ámbitos explícitos del arte sino que acecha por doquier; en el taller, inspira al mecánico y al carpintero; en el laboratorio, al investigador; en casa, a quien cocina entre los pucheros; en la calle, al jardinero, incluso al barrendero le están aguardando la escoba, las hojas del otoño, los papeles y las colilla para ser recogidas con arte en el contenedor.
Desde la perspectiva del wu-wei taoísta, no hay creación humana alguna. Solo trasparencia. El artista mira y escucha el ritmo de las cosas y deja pasar a través suyo lo que oye y ve. Su arte consiste en no interferir.
El Mar busca expresarse con su imprevisible oleaje. Por medio de nuestro instinto creador se abre paso para dar a luz las formas que en él laten. El impulso creador busca plasmar lo que alberga cada uno.
Cuanto más centrados estamos en el ser que somos más capaces de crear, de alumbrar aspectos inéditos de realidad.
Melloni


TEXTOS PARA EL ALMA 72



EL TRABAJO DA LA LIBERTAD

Ya desde los tiempos de AUSCHWITZ-BIRKENAU los inquilinos del universo vamos marcados e identificados con un número.
Actualmente han sustituido el tatuaje en la piel por un numero de móvil pero, sin duda, estamos igual de esclavizados.
En BIRKENAU la población estaba sometida a un control físico por medio del terror y la represeón; 60 años después, en el UNIVERSO GLOBAL, además nos siguen y vigilan mediante satelite "gps".
Como en BIRKENAU, la libertad esta vigilada a través de 7 cifras y nuestros carceleros, ademas, se enriquecen con lo que LES PAGAMOS.
En BIRKENAU, los inquilinos pagaban con la vida. Ahora entregamos la existencia y pagamos con la VISA.
Realmente las herramientas de CONTROL SOCIAL se han sofisticado y se controla a una masa a traves de "aplicaciones informáticas". Compraremos por internet, nos informaremos en las redes sociales, etcétera y todo a través de un numero. Nuestra identidad nos la dará VODAFONE o TELEFÓNICA y el pasaporte, su factura de consumos. A través de ella tendrán nuestro perfil y hábitos y, mediante la parametrización, nos inculcaran los intereses del poder.
Liberarse de "LOS VOPOS" informáticos es importante pero sin entrar en la incultura. Estar en vigencia con la época es preciso aunque, como los venenos, manejándola adecuadamente.

NO TE DEJES SUSTITUIR POR UN NUMERO.

TEXTOS PARA EL ALAMA 72



LA SALA DE ESPERA

Cuando suena tu nombre en la voz de la enfermera se produce en el interior una emoción de ALEGRÍA INQUIETANTE. 
Dejas la espera y abrazas la duda. ¿que te dirán? lo que perciba ¿lo aceptaré?.
Tal incertidumbre debe aceptarse con humildad y domesticada paciencia. La ciudadanía, en nervioso silencio, espera y espera la sentencia del destino.
Es el precio de no morir. Aceptar el incuestionable deterioro que el tiempo nos regala como premio a la curiosidad de vivir.

Por tanto el argumento de la vida es la muerte, mientras tanto, vamos viviendo episodios más o menos interesantes.....hasta que llegue el final.

ESCRITOS PARA EL ALMA 71



la eclosión de vida en primavera es un tema muy recurrido pero muy sugerente. Ahora que nos toca vivir el ciclo regresivo en nuestra economía podemos recurrir a las flores para no desesperarnos.
Somos la vergüenza social que, con pretensiones tradicionales, hacemos de nuestro apego la única lógica de vida posible.
Socialmente somos muy carentes tanto en educación como en sanidad y solo sobresalimos en la ilustracion del ocio.
Asi, escondemos a nuestros enfermos y discapacitados ofreciendo a nuestra vejez "dodotis compartidos".

No lo dudes tenemos mucha área de mejora

"¿QUÉ ES LO QUE LA ILUMINACIÓN TE HA PROPORCIONADO?" "Alegría" "Y EN QUE CONSISTE LA ALEGRÍA" "En constatar que, cuando lo has perdido todo, no has perdido más que un juguete"



“Lo malo de este mundo” dijo el coach tras suspirar hondamente, “es que los seres humanos se resisten a crecer”
“¿Cuándo puede decirse de una persona que ha crecido”? preguntó un discípulo.
“El día en que no haga falta mentirle acerca de nada en absoluto”
La sensación de carencia es constitutiva del ser humano. Andamos siempre en pos de algo. Partimos en búsqueda sin descanso, aunque no sepamos bien qué buscamos.
Nuestras hambres nos ponen en camino. Ellas mismas son el camino.
Según sea acuciante el anhelo, profundo es su surco y amplio el horizonte que se abre impeliéndonos a no detenernos.
A través de las cosas que buscamos, nos buscamos.
Buscamos llenar el vacío de dentro que hacia afuera se vierte. Encontramos retazos del alma que vamos reconociendo por la quietud que deja en nosotros lo que hallamos.
Tras las cosas buscamos el FONDO que subyace.
A este Fondo no accedemos sino a través de las cosas mismas y de nosotros que buscamos.
Por ello es tan confusa nuestra búsqueda: porque no solo depende de la cualidad de los objetos –que ocultan aquello mismo que manifiestan- sino de la calidad de nuestros deseos.
Si son ávidos y cortos, tropiezan con lo mismo que encuentran y el impulso se desvanece.
Mantener viva la búsqueda es tener el alma despierta, dejar abierta la brecha que está en el origen de nuestra exploración. Indagar está inscrito en nuestros genes. Bajaron nuestros antepasados de las ramas de un árbol y desde entonces, puestos en pie, no dejaron de caminar.
No hay valle, no hay cima, no hay isla, no hay rincón sobre la tierra que no haya interesado a nuestra especie.
No hay tampoco área de conocimiento que no hayamos sondeado: Hemos alzado la vista y hemos puesto nombre a las estrellas y hemos querido y seguimos queriendo ir tras ellas.
Nos ha fascinado nuestro entorno y lo hemos escrutado, clasificando familias, géneros y especies de plantas y animales según sus más sutiles diferencias.
Nos han hechizado los minerales y hemos horadado la tierra abriendo galerías para extraer sus tesoros.
Hemos mirado tras nuestra piel, hemos investigado nuestros órganos y hemos inventado el microscopio para saber de qué estábamos hechos y de qué estaba compuesta la materia.
Hemos medido distancias y hemos diseñado vehículos para acortarlas. Hemos aumentado la capacidad de nuestros sentidos por medio de utensilios y artefactos que han multiplicado nuestras posibilidades perceptivas y los ámbitos de nuestra exploración.
Hemos amado a nuestros seres cercanos y, cuando han muerto, no solo los hemos llorado, sino que nos hemos preguntado por el sentido de la muerte y de la vida, y si merecía la pena vivir cuando tan devastadores son los efectos de la partida.
Nos hemos preguntado qué hay tras ella y hemos indagado qué se esconde tras su velo. Cada tradición transmite en sus relatos atisbos de lo que han visto sus videntes.
“A quien busca la verdad, el error no le daña”….dijo un sabio.
Hay que seguir indagando, hasta que hallemos que el buscador es lo buscado.
Así nos lo dicen las tradiciones más despiertas: somos la nube que oculta su propio sol.
Corría una criatura tras su sombra con el deseo de tocarle la cabeza, pero cuanto más corría, más de alejaba de ella. Hasta que descubrió que palpándola en su cuerpo la alcanzaba también en la sombra que proyectaba.
Cuando, en lugar de lanzarnos hacia delante, regresamos, descubrimos que somos lo que buscamos y alcanzamos la quietud y el gozo plenos.
El Mar está en la acuidad de la gota que somos.

Aún no lo sabemos.
Melloni.

TEXTOS PARA EL ALMA 70



SE ESCAPA EL BUS.

Es interesante ver la expresión de cara del humano cuando pierde el autobús.
Antes de desfigurar su rostro con la decepción, el sujeto sufriente, ha acelerado el paso a ultima hora. Aceleración insuficiente para conseguir el objetivo fijado.
Ante tal temporal decepción, el ciudadano/a de genero -habitualmente-, traslada su frustración al incivismo del conductor que no le ha esperado. Es tal su egoísmo que su cara es el vivo reflejo del diablo que ignora al resto resto de viajantes del bus.
No hay demasiado civismo ni mucho menos respeto por el otro. Vivimos sin programación y actuamos por impulsos del momento sin "considerar" al otro.

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Si reflexionamos un poco y nos informamos debidamente veremos que la sociedad alemana paga menos impuestos que en CATALUNYA para obtener mejores servicios sociales. La diferencia es que allí pagan impuestos más ciudadanos, es decir, programan su existencia también pensando en el bien común.
¡¡¡Cuando pierdas el bus no culpes a nadie....fue un despiste tuyo!!!

TEXTOS PARA EL ALMA 69



Un día como hoy, lluvioso y agradable, nos invita a pensar sobre la grandeza de la vida.
A punto de eclosionar la primavera, la oscuridad abandona los escenarios de convivencia para dejar paso a esa luz que puede iluminar a nuestro cansado SER.
Lo que te digo no deberías tomártelo como una "ñoñería" sin sentido. Es una invitación personalizada para compartir el "momento" que nos toca "vivir".
Digo "vivir" pues irremediablemente la muerte nos espera muy a pesar nuestro. Si la tenemos presente aprovecharemos todos los "momentos" en bien de todos ya que poca felicidad es esa que solo sirve para uno.
La muerte, por tanto, es vida si la sabes entender y no temer. Hace vivir cada instante con suma intensidad y nos permite ver a la "otredad" como una manifestación de amor.
Hoy las ardillas son felices pues no tienen depredador.

Camina hacia tu plenitud.

TEXTO PARA EL ALMA 68



Dicen que la PASIÓN MUEVE MONTAÑAS no obstante, ese sentimiento es solo el detonador de una acción perdurable que es LA TERNURA,
En el diálogo -de todo tipo-   debe tener siempre una presencia activa pues aporta comprensión e impulso a las relaciones humanas.
La ternura pues es el paso posterior a la PASIÓN y está o no presente entre nosotros en la esperanza pueda ayudarnos en la mejora de nuestra existencia.
No debe aparecer solo en la agonía. Deberíamos llevarla como compañera y signo de identidad.

!!!quien no recuerda la ternura de un niño¡¡¡

"CONVIENE QUE EL YO DISMINUYA Y LA EMANCIPACIÓN CREZCA"



“¿Puedo ser tu discípulo?
“Tan sólo eres discípulo porque tus ojos están cerrados. El día que los abras verás que no hay nada que puedas aprender de mi ni de ningún otro”
“Entonces..¿para qué necesito un Coach?”
“Para hacerte ver la inutilidad de tenerlo”
Disminuir en Aquel que es para ser en Quien todo es. Cuando vivimos en la inautenticidad, nos afirmamos inflexiblemente y ello nos aleja del SER y nos impide ser. Ante la presencia de El que es, toda autoafirmación se convierte en separación. Ante El que es, sólo hay deseo de ser en su ser. Por ello el anhelo de disminuir hasta desaparecer: “Ya no soy yo quien vive, sino que es la Emancipación quien vive en mí”.  Así lo expresó Pablo años más tarde, después de haber sido tomado en el camino por Aquel de quien quería haber eliminado todo rastro. Lo había perseguido porque intuía que iba a trastornar su vida y, efectivamente, así fue. Tras irrumpir en su camino, ya no pudo vivir para sí mismo, sino hacia él, para él, en él.
Del mismo modo pasó con Juan. Su presencia le rozó y quedó trastornado. “El que viene detrás de mí ha sido colocado ante mí, porque existía antes que yo”
También en el sufismo hay quienes han sido tocados por la Emancipación. Dice Ibn Arabi: “Aquel cuya enfermedad es la Emancipación no se cura jamás” Felices, pues, aquellos que han enfermado de Emancipación, porque no serán curados. Muchos son los que han tenido esta enfermedad a lo largo de dos mil años. Todos ellos han querido desaparecer en él. Así fue también en los comienzos. Disminuir, Tales son el dinamismo y el secreto del seguimiento: desear perderse en él hasta desaparecer para  reaparecer en él y desde él. El conocimiento se hace amor y el amor, seguimiento. ¿Y qué es el seguimiento sino éxodo y éxtasis para que él tome todo el lugar?
La encarnación del Verbo, palabra y sentido primordiales, implica la penetración de la potencia divina en la debilidad humana, lo cual supone en él una disminución. Toda palabra es insuficiente para referirse a esta inseparable conjunción. El manifestarse de la Emancipación aconteció porque su voluntad de afirmación cedió a la voluntad de donación. Así para acercarse a Ella hay que abonarse a la renuncia plena del YO. En este dejarnos ir vamos alcanzando otro modo de existencia, renunciando a afirmarnos atrincheradamente para vivir es estado de receptividad y transparencia. La disminución de nuestra voluntad de afirmación deja paso al humano plural y nos hace sujetos del “vosotros”. La filiación nace de la conciencia cada más nítida de no pertenecerse a uno mismo, sino de saberse continuamente recibido. Este despertenecerse hiende regiones hacia la Otredad, una Otredad que nos dispone a recibir la alteridad de los demás y nos rescata del exilio de vivir blindados.
No podemos resolver la paradoja, sólo vivirla, adentrarnos en ella y ser abiertos por ella: vamos siendo a medida que entregamos nuestro  ser, porque el SER es continuamente cesión de sí mismo. Siendo nuestra existencia el don supremo que podemos recibir, sólo puede sostenerse como don, y, por tanto, sólo tiene sentido desde la donación. La necesidad de autoafirmación es un espejismo. ¿Qué somos o tenemos que no hayamos recibido? ¿De qué podemos decir que es nuestro?
Por ello, para venir a la Emancipación, que es el don que adviene a nosotros, tenemos que rendir el YO y dejar de querer ser para configurarnos por un modo de existir que, siendo aparente disminución, es la única manera de crecer y acceder al Ser. Lo que caracteriza a este crecimiento tras la disminución es que ya no se vive a costa de nadie, sino que la existencia se concibe con, para y hacia los demás, mediante la renuncia a toda voluntad de dominación. Abandonados y entregamos, podemos dejarnos moldear para que la Emancipación imprima la imagen del Rostro Original.
Su Rostro impreso en nuestro rostro no despersonaliza, sino que nos transfigura. ¿Cuál es el signo de su impronta en nosotros? Vivir desde la inocencia, renunciando a dañar cualquier forma de existencia porque su habitar en nosotros hace que, existiendo, nos demos y dejemos ser en ligar de arrebatar. Vivir disminuyéndose es vivir sin dañar, posibilitando que los demás sean en plenitud, porque es Ella (la Emancipación) es quién sella su existencia en cada ser humano y en cada criatura. Su vida en nosotros hace que dejemos de constituir una amenaza para los demás, de manera que seamos ocasión de más vida. Para ello hemos de rendir nuestro YO. Sólo así podemos adentrarnos en la vida. Somos invitados  a desalojar todo nuestro espacio para convertirnos en la ocasión de su darse. hay que disminuir para atravesar la puerta estrecha del Reino, cuya estrechez no es otra cosa que el reflejo de nuestra incapacidad de ceder. La puerta del Reino se abre por doquier, espaciosamente, cuando convertimos cada situación en ocasión de dejar paso a El que es ya lo que es. Dejando paso, cediendo, atravesamos la puerta y, entrando en el Reino, retornamos a la inocencia de una  existencia que vive con la conciencia de que todo es don.

Disminuir para crecer. Retornar el don que se nos da en cada momento. Desaparecer en la trasparencia y ser recibidos en esta inocencia. Todo ello es la Emancipación: umbral de un modo nuevo de vivir. Por eso hay que disminuir ante ELLA (Emancipación) y dejar que tome posesión de nuestra persona para poder verdaderamente llegar a ser.
Melloni

NO. TÚ ERES LO QUE TÚ PIENSAS QUE ERES. CUANDO CAMBIA TU FORMA DE PENSAR, CAMBIAS TÚ.



“¿QUÉ HE DE HACER PARA PERDONAR A OTROS?”
“SI NO CONDENARAS A NADIE, NUNCA TENDRÍAS NECESIDAD DE PERDONAR”
Las palabras.

El origen del hablar proviene de n anhelo primordial, de un deshago ancestral: saber que somos para alguien.
Hablando liberamos el instinto de darnos a conocer. Cada palabra repica en la puerta ajena para comunicar la noticia de nuestra presencia.
Es urgente que nos abran. Para ello nos expresamos. Emitimos el balbuceo, grito o alarido, cántico o gemido de que existimos.
Es maravilla cuando alguien oye y nos entiende aunque no comprenda lo que tampoco nosotros somos capaces de dar a conocer.
Nuestras palabras también nacen para liberarnos de pulsaciones y sensaciones que nos abruman y desbordan desde el nacimiento.
Expresándonos, aprendemos a identificarlas. Hablando tratamos de aclararnos ante esa maraña de emociones, pasiones e impresiones que laten en nuestro ser capturado. Hablar nos esclarece porque cada palabra contiene una pequeña porción del sentido que buscamos.
A través del lenguaje se libera el impulso reprimido, ahogado o mutilado.
El máximo esfuerzo de la naturaleza culmina en el ser humano y el máximo esfuerzo del ser humano culmina en la palabra, oráculo de su generación.
Todo decir es importante no por lo que dice, sino porque a través de él los seres humanos comunicamos que somos.
La existencia es una letra de la que nosotros somos sentido”
Prodigio del lenguaje, que se articula en fonemas y morfemas y los organiza en gramáticas complejas donde los sonidos alcanzan significados. Maravilla que permite transmitir tanto contenido en tan poco trazo.
Profusión de lenguas, combinaciones dentro de un sistema de signos fuera del cual resultan indescifrables, imposibles de resolver. Hay que entrar en los sutiles vínculos que se tejen entre sí para abordarlos.
Cada palabra contiene un universo y cada lengua es una visión del mundo. Con las palabras y lenguas que desaparecen, perecen también sus mundos. 
Las palabras son receptáculos de sentido que permiten referirnos a las cosas sin que estén. Pero también tienen el riesgo de retener a la mente. Nos priva del esfuerzo de encontrar nuevos términos que se acerquen a lo que tienden.
La crisis de las religiones es una crisis de lenguaje. Han hablado demasiado. Se han vuelto demasiado previsibles. Sus repeticiones delatan su tendencia a instalarse, su tentación de reducir el Misterio a lo evidente. Es tiempo de callar para que, en reposo, recuperen las posibilidades originales que un día les confiaron y puedan regresar con nuevas palabras, vigorosas, nutrientes.
El hablar pausado calma. La contención en el decir atenúa el ansia de comunicarse sin invadir. Da tiempo a quien escucha de componer sus propios significados.
Hablando nos damos a conocer; al mismo tiempo, somos interpretados por quien nos escucha a partir de su propio mundo, de su propia sed.
Toda comunicación es un intercambio. Solo deberíamos pronunciar aquellas palabras que puedan germinar en quien las escucha. De otro modo se echan a perder.
Dice Platón:
Lo más excelente es plantar y sembrar en otros palabras con fundamento, capaces de ayudarse a sí mismas y a quienes las plantan; palabras que no sean estériles, sino portadoras de simientes de las que surgen otras palabras que, en otros caracteres, son canales por donde transmite, permanentemente, la semilla inmortal”.
No hay palabra sin escucha.
¿Para qué y para quién se emitiría si no hubiera quien la recogiera? Hablar implica atender si mi palabra podrá ser albergada en el otro, sondear si podrá ser recibida en una hondura semejante a la que ha brotado de mí.
Hablar también es saber oír el origen de la palabra ajena, remontarse hasta su fuente. Cuanta más calidad de escucha, más probabilidad de que se produzca una fusión de horizontes y nuestras velas se encuentren.
Hay conversaciones que son teofanías: en ellas y por ellas se revela la Palabra de donde todas las demás proceden. Tras una teofanía adviene el silencio. Así la reconocemos: cuando nada más puede ser añadido a la comunicación que con la comunicación se ha establecido.

“EN MEDIO DEL SILENCIO ME FUE DICHA UNA PALABRA. ¿Dónde ESTÁ ESE SILENCIO Y DÓNDE EL LUGAR EN EL QUE ES PRONUNCIADA ESTA PALABRA? ES EN SU MAYOR PUREZA DONDE EL ALMA LA PUEDE EMITIR, EN SU MÁS NOBLE PARTE, EN EL FONDO, LLAMADO TAMBIÉN EL SER DEL ALMA”
La palabra es el éxtasis del silencio. Se nutre de él.
Hablar en exceso no hace más que aumentar el sinsentido, ruido sobre ruido. En el que sucumbimos con demasiada frecuencia sin saber salir de él.
¿Por qué nos parecerá más amable el trinar de los pájaros que el hablar de los humanos si ambos tienen el mismo origen: la necesidad de expresarse y de saberse escuchado?
Ellos saben callar al final de cada día, cuando el sol declina y todo rumor cesa para dejar paso al silente manto de la noche.

¿Cómo podríamos entendernos si no hubiera pausas entre las palabras? Todo sería algarabía y no podríamos descifrar su significado entre tanto bullicio. Cada palabra es una unidad de sonido y de sentido. Es necesaria la suspensión entre ellas para asimilarlas una tras otra. Sin ese intervalo, aturden y hastían. Urge cualificar nuestras palabras en una cultura como la nuestra que no sabe callar. Cuando les damos tiempo para que nazcan, engendran.
Melloni

TEXTOS PARA EL ALMA 67



Sin duda, la música de órgano es el sonido del alma. Acabo en entrar en los CAPUCHINOS y sus notas han invadido mi espíritu. Lo primero que me ha venido a mi SER has sido tu. Gracias por ayudarme a ver la luz.

TEXTOS PARA EL ALMA 66



Todos somos "criaturas" de la soberbia y la vanidad. Ambas nos abrazan con fuerza para no dejarnos liberar de su influencia.
Se hace preciso tomar conciencia y ya en ella abrir-nos  y progresar por los senderos de la humildad.
Este transcurrir debe afirmarnos en los propósitos de entrega sin renunciar de nuestra idea de EMANCIPACIÓN manifestada en el trabajo y la constancia en él.

Somos lo que hacemos diariamente y ahí debe estar el esfuerzo de abandonar la discapacidad como zona de confort que nos inmoviliza. Claro que para sobrevivir es mejor dar pena que envidia pero para crecer como humano (de cualquier condición) hay que "sufrir" sin la protección de las creencias.

TEXTOS PARA EL ALMA 65



LA VANIDAD DE LA IGNORANCIA.

Atrevida es sin duda la ignorancia. Envuelta en sus harapos se manifiesta a través de su carencia. Como el humano es opción de verdad, inicialmente, su verbo tiene la valoración de certeza. Sólo el análisis de sus palabras puede permitirnos descubrir si estamos intoxicados por la vanidad de la ignorancia.

Recientemente, he estado en colectivos tales como jubilados activos, discapacitados desconsolados, viudas menesterosas, desocupados altivos, etc. que muestran en común un aislamiento soberbio de su carencia. Pocos se muestran abiertos a los nuevos tiempos plurales que deben acercarnos al prójimo. Pocos aceptan que TODOS somos ignorantes; aunque no todos ignoremos las mismas cosas. Todos, pues, estamos anestesiados por la vanidad de la ignorancia.

"EL DESEO ES POTENCIA; EL AMOR, ALEGRÍA"



EL SÍNDROME DE ANA KARENINA
Las personas  que deliberan  exhaustivamente antes de dar un paso se pasan la vida  sobre una sola pierna

Más allá de la experiencia del enamoramiento existe una dimensión enajenante por su intensidad y descontrol que suele caracterizarse por una exaltación de todos los sentidos, una necesidad de fusión afectiva y un estado de dependencia de esos corazones apasionados. Viven en un sinvivir porque nada tiene sentido, nada existe y nada puede soportarse si no permanecen juntos. Están “pillados” el uno con el otro. Más que una alegría es un sufrimiento por ausencia o por suponer un trágico abandono.
Aunque para el estudio del comportamiento humano dichos síntomas se consideren un trastorno afectivo obsesivo, para la mayoría de las personas los “tórtolos” se encuentran tocados por un estado de gracia.
Aunque a muchas personas les gustaría que la pasión durara toda la vida, lo cierto es que la asiduidad, la convivencia y las pateas domésticas acaban por matar ese deseo que se convierte en angustia cuando no puede ser poseído. Nada asesina tanto el deseo como su consumación. La ilusión queda desvelada cuando se descubre que, en efecto, no solo se puede vivir sin el otro, sino, incluso, mejor. Entonces, el amor debe de ser algo más misterioso que la pasión cuando se prefiere permaneces al lado de alguien.

No obstante, el amor apasionado se añora. Quien lo ha vivido quisiera repetir, al menos una vez más. Quisiera sentir la exaltación de los sentidos, la sensación de encontrar la media naranja, de completarse junto a alguien especial, de realizar por fin la ilusión de la relación perfecta. Todo amor es de ausencia o de trascendencia. Esa idea instalada en la mente de tantas personas conlleva una búsqueda obsesiva que se traduce en montones de intentos frustrados por culta de no acabar de encontrar esa persona “especial”. Viven de la falta porque se acostumbraron a ella. Por el camino dejaron un reguero de opciones reales que menospreciaron porque a todas les faltaba algo. No sintieron la pasión deseada en su imaginario. Así descubrimos que la pasión, como el sexo, suele merodear más en la cabeza que en ninguna otra parte.

"BUSCA LA SOLEDAD. CUANDO ESTÁS CON ALGUIEN, NO ESTÁS SOLO; CUANDO ESTAS CON LA EMANCIPACIÓN, NO ESTÁS SOLO. LA ÚNICA FORMA DE ESTAR REALMENTE CON LA EMANCIPACIÓN ES ESTAR COMPLETAMENTE SOLO. Y ENTONCES SOLO CABE ESPERAR QUE ESTÉ LA EMANCIPACIÓN Y NO ESTÉ UNO MISMO."



LA ENVIDIA ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO. ¡¡¡TÚ YA TIENES TODO LO QUE NECESITAS!!!
¿Qué podríamos habitar ante todo sino nuestro propio cuerpo? Es nuestra casa primordial, nuestro hogar primero. Nos demorarnos en descubrirlo, en recorrerlo.
Suave y elástico al principio, terso y vigoroso más tarde, curvado y arrugado después, a lo largo de una vida ofrece innumerables paisajes en donde perderse de dolor o de placer.
No es que tengamos cuerpo, sino que somos cuerpo. No solo ocupamos un espacio y transcurrimos en el tiempo, sino que somos espacio y tiempo a través de él.
Tanteamos la inmensidad a partir del rincón en que nos hallamos y participamos de la eternidad a partir de cada instante que somos capaces de acoger.
Tal es la paradoja: ser tan diminutos y estar abiertos a tanto por medio de esa interioridad que el cuerpo alberga como cuenco de la totalidad que en nosotros se limita y se fragmenta.
Percibimos la presencia de las cosas a través de los cinco sentidos que se han ido afinando en nuestro recinto recubierto de piel.
Cinco oberturas, cinco pasajes, cinco roces por los que vamos alcanzando realidad a pequeños sorbos.
Breves pero hondas cuotas de SER van ganando en calidad cuanto más transparente es la apertura.
Accedemos a la inmensidad desde nuestro recodo, perdidos en la periferia de una galaxia que gira sin cesar en torno a un centro profundo que somos incapaces de entrever.
El cuerpo nos da una mesura que varía. No tiene el mismo tamaño una habitación o un mueble para un adulto que para un bebé. A los ojos de una criatura que gatea por el suelo una mesa se le aparece como una mesa gigantesca, un bosque de columnas que se alza más allá de su mundo.
Se olvida del misterio que ocultaba aquella cima desde abajo. Desconocemos otras proporciones: ¿Cómo percibirá una hormiga la frondosidad de nuestros cabello o una montaña las cosas que los humanos construimos sobre sus laderas?
Si vamos hacia lo inmenso, ¿será el universo un gran organismo donde los planetas son sus átomos? Y hacia lo ínfimo, ¿serán nuestros órganos galaxias para nuestras células y nuestro cuerpo un universo para las nubes de electrones que giran en torno al núcleo de sus átomos?
En la mínima porción se halla el Todo. No hay más ser en el universo entero que en un grano de arena.
El ser es el mismo, aunque la cantidad de existencia difiera: “Para ver un mundo en un grano de arena y en cielo en una flor silvestre, sostén el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora”
En el cuerpo se inscribe cada experiencia que vivimos. En él quedan grabados los trozos de nuestra vida, incluso lo que nuestra memoria olvida. Las enfermedades proceden con frecuencia de esas marcas del pasado que el cuerpo no elimina. No permite que nada quede pendiente. Se queja de lo que ha quedado sin resolver. No cesa de emitir señales para que sea escuchado. Insiste para ser sanado.
La culminación del cuerpo humano es el rostro, cima donde lo tangible roza lo intangible y lo invisible que nos habita se deja entrever.
Recordamos a las personas por su rostro. Desde él vemos sin vernos y por él somos vistos. Nos revela. Mediante la combinación de diferencias sutiles, cada rostro custodia su singularidad. Persona, pro-sopon, lo que resuena tras la máscara, el misterio que recubre el contorno de la piel. A través de él se percibe una existencia habitada o desolada. Su relieve moldea lo más sublime de cada viviente. Lo más sagrado.

Paisaje único, el más bello de los paisajes, En él quedan grabados los instantes vividos. El modo de expresarlos se manifiesta en los movimientos y surcos faciales que transmiten la vida invisible del alma. Pergamino viviente donde se va escribiendo la caligrafía de cada ser. Relato, comedia, himno, tragedia, poema, todo a la vez.

NO COMPARES TU VIDA CON LOS OTROS. NO TIENES NI IDEA DE CÓMO ES SU TRAVESÍA



“LA ROSA FLORECE PORQUE FLORECE.
No necesita preguntarse por qué,
Ni jactarse de nada..
Para atraer mi mirada”

Exhalados por el Mar,
Experimentamos la separación de los Orígenes.
El útero materno es la imagen y extensión biológica del útero divino, vacuidad grávida de existencia que nos engendra sin cesar.
Para ser gestados biológicamente, necesitamos un tiempo y un espacio,
Durante nueve meses habitamos ese lugar,
Paraíso de comunión
Donde todo nos es dado y donde todo está amortiguado en ese ámbito acuoso y traslúcido en el que flotamos.
Pertenecemos y nos pertenece ese estanque, ese jardín, esa cueva, ese palacio.
En él se alumbra nuestra primera identidad, frágil silueta que no conoce todavía distinción entre lo de dentro y lo de fuera, entre lo propio y ajeno,
Entre yo, el otro y lo otro.
Progresivamente, esa espaciosidad empieza a estrecharse. Lo mismo que nos permitía crecer comienza a ser obstáculo,
Hay que partir, des-pertenecerse.
Así se produce la primera ruptura, la angustia primigenia y la primera libertad.
Para crecer hay que arriesgarse y separarse.
El libro del Génesis relata la Creación como una sucesión de escisiones.
Sin alejamiento y diferenciación no hay crecimiento, no puede proseguir el proceso de individuación,
Cuando comencemos a instalarnos habrá que partir. Será siempre así.
Pero hay que hacerlo a su tiempo: si nos anticipamos no permitimos la maduración; si nos retrasamos obstaculizamos la transformación.
Desamparados al nacer, arrojados a la intemperie, necesitamos imperiosamente sabernos parte de alguien.
El primer gesto del recién nacido es el abrazo, el impulso de tomar y de ser tomado. Nos agarramos a cuanto se deja, como el bebé coge los dedos que se le acercan.
Necesitamos ese contacto.
No podemos vivir al raso sin el calor de presencias cercanas que constituyen nuestro primer lazo. Así sobrevivieron nuestros ancestros.
Entre el yo y la inmensidad está el calor de la tribu que ha visto cómo nacíamos y dábamos los primeros pasos. Diversas pertenencias a la largo de la vida:
-comunidad de sangre, de lengua, de ideología, de creencias o incluso una afición compartida-
Nos cobijan frente al cielo abierto, frente al páramo inmenso, protegiéndonos del viento huracanado que azota la indefensa membrana de nuestra piel.
Por el contacto experimentamos la unión y la separación. Nos acercamos unos a otros para sentir ese roce y cerciorarse de que no estamos solos.

Al mismo tiempo, la piel que nos envuelve nos separa de todo lo que ella no contiene.
Melloni