TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



LA COSTUMBRE, LA COSTUMBRE ...La rutina que se convierte en tradición.




La costumbre es la cualidad más simple y sencilla
del ser humano y sin embargo no es igual para todos.
Cada uno tiene su costumbre y vive con ella,
ya sea en la gloria o en el desastre.
Los generosos, y en especial los filántropos,
tienen la costumbre de ayudar al prójimo.
Los tiranos y los despótas suelen tener la costumbre
de torturar, invadir y asesinar.
Mario Benedetti

¿Podemos cambiar?
A menudo nos escudamos en compromisos con otros o en falta de tiempo, y vamos dejando pasar los años sin
ser dueños de nuestra propia vida.
"Cuando conquistas tu miedo, conquistas tu vida".
El miedo es el gran freno para cualquier cambio de la vida.
Nos sorprende en el peor momento y de la peor manera, exhibiendo ante nuestros ojos todos los peligros a los que nos exponemos y colapsando nuestra capacidad de decisión.
Reorganizar nuestro tiempo. "Lo más importante está enterrado bajo capas de problemas apremiantes y preocupaciones inmediatas"
"No inventamos, sino que detectamos nuestra misión en la vida" Todos tenemos un sueño que nos haría especialmente felices realizar, y que daría un nuevo sentido a nuestras vidas.
Elegir el equipaje imprescindible.
"Buscamos la felicidad en lugares equivocados".
Elegir los compañeros de viaje. "Somos tan felices como lo son nuestras relaciones"
Nos han enseñado a trabajar; no a vivir ni a entender la vida.
¿Podemos cuestionar la tradición o estamos cómodos con ella?
¿La tradición nos ha esclavizado?
¡¡¡nos han acostumbrado a buscar respuestas pero nunca nos hacemos preguntas!!!

¿TALENTO?


El talento para quien se lo trabaja.
GASPAR HERNÁNDEZ


Podemos pensar que si no tenemos el gen del talento no hay nada que hacer o ponernos manos a la obra. Sin duda, el trabajo y la constancia son las mejores formas de provocarlo.
Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia", escribió Mario Vargas Llosa en el discurso de aceptación del Nobel de Literatura. Un año antes, en Cartagena de Indias, había explicado que Flaubert empezó siendo un mal escritor, un mero imitador, y que para ser el genio que fue se impuso una disciplina de galeote. "Yo llegué a la conclusión", dijo el escritor peruano, "de que si uno no lo tenía se lo podía provocar a base de trabajo". El protagonista de la novela de Javier Cercas La velocidad de la luz (Tusquets), Rodney Falk, opina lo mismo: "El talento no se tiene, sino que se conquista". Lo contrario de lo que afirmó Oscar Wilde, quien quizá afirmó demasiadas cosas: "Lo que no te dé la naturaleza, no se puede aprender".
"No hay ningún tipo de célula que posean los genios y no tengamos el resto.La diferencia es trabajar más que los demás" "Cuanto más miran los psicólogos las carreras de los mejor dotados, menor les parece el papel del talento innato"
¿Qué dicen los expertos? Dan Coyle, que ha investigado dónde y cómo florece el genio en el mundo, sostiene en el libro Las claves del talento (Zenith) que este no tiene tanto que ver como creíamos con los genes. Según él, se cultiva. En cambio, Malcolm Gladwell, periodista de The Washington Post y The New Yorker que también ha investigado sobre el tema -Fueras de serie (Taurus)-, se pregunta: ¿Existe de forma innata? Y él mismo dice: "La respuesta obvia es que sí". Gladwell, muy americano, investiga también el éxito, y afirma: "El éxito es talento más preparación. Pero cuanto más miran los psicólogos las carreras de los mejor dotados, menor les parece el papel del talento innato. Y mayor el que desempeña la preparación".
Pero ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de esta aptitud? Según el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, talento es "la inteligencia triunfante". Es, pues, la inteligencia "que resuelve los problemas y avanza con resolución", explica Marina en su último libro, La educación del talento (Ariel). Puesto que hay muchas inteligencias diferentes, según Marina, también hay muchos genios distintos: musicales, científicos, financieros, atléticos, etcétera, cada uno de los cuales supone un especial tipo de destreza. "No todos valemos para todo".
resolver y avanzar
"La excelencia es un hábito"(Aristóteles)
El científico Robert J. Sternberg, uno de los más reputados expertos actuales en temas de inteligencia, denomina "inteligencia exitosa" a lo que Marina llama talento. Es decir, la inteligencia que se emplea para lograr objetivos importantes. Más amplia que lo que miden los tests de inteligencia porque incluye la gestión de las emociones, la tenacidad, el esfuerzo o la resistencia a la frustración. Las personas que poseen esa aptitud básica no dependen demasiado de las motivaciones externas, sino que saben automotivarse; aprenden a controlar sus impulsos; saben cuándo perseverar y cuándo cambiar de objetivo; saben sacar el máximo provecho de sus capacidades; completan las tareas, tienen iniciativa, no dejan las cosas para otro día...
¿Qué papel desempeña el trabajo duro en la consecución del talento? Prácticamente lo es todo. Aunque desde Darwin la forma tradicional de considerarlo, según Dan Coyle, ha sido esta: los genes (la naturaleza) y el entorno (la educación) se combinan para convertirnos en lo que somos. "Es un método popular", afirma Coyle, "pero cuando se trata de explicar el talento humano, es un modelo vago". Según el escritor, pensar que esta cualidad procede de los genes y el entorno es como pensar que las galletas proceden del azúcar, la harina y la mantequilla: es bastante cierto, pero inútil.
La regla de las 10.000 horas
"Salvo los tontos, los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto; solo en ahínco y trabajo duro" (Charles Darwin)
Investigadores como Anders Ericsson, Herbert Simon y Bill Chase sostienen que las grandes habilidades en cualquier campo -violín, matemáticas, ajedrez, etcétera- requieren aproximadamente de una década de práctica intensa. Incluso Boby Fischer, prodigio del ajedrez, necesitó practicar con ahínco durante nueve años para lograr, a los 17 años, el título de gran maestro. La regla de los 10 años, o de las 10.000 horas, implica que todas las habilidades se crean utilizando el mismo mecanismo fundamental. "No hay ningún tipo de célula que posean los genios y no tengamos el resto", sostiene Ericsson.
Junto con dos colegas de la Academia de Música de Berlín, Ericsson realizó, a principios de los años noventa, un estudio de referencia. Dividieron a los violinistas en tres grupos. En el primero estaban los estudiantes con un mayor potencial. En el segundo, aquellos juzgados simplemente como buenos. En el tercero, los estudiantes que tenían pocas probabilidades de llegar a tocar profesionalmente y pretendían ser profesores del sistema escolar público. A todos les preguntaron: ¿en el curso de toda su carrera, cuántas horas ha practicado en total? Todos habían empezado a tocar aproximadamente a la misma edad, alrededor de los cinco años; en aquella fase temprana, aproximadamente la misma cantidad de horas, unas dos o tres por semana. Las diferencias surgían a partir de los ocho años. Los estudiantes que terminaban como los mejores de su clase empezaban por practicar más que todos los demás, y a los veinte practicaban por encima de las 30 horas semanales. Los intérpretes de élite habían acumulado 10.000 horas de práctica cada uno. En contraste, los estudiantes buenos a secas habían sumado 8.000 horas. Y los futuros profesores de música, poco más de 4.000.
El mismo patrón se repitió con pianistas profesionales. Lo más llamativo del estudio de Ericson, según cuenta Gladwell en Fueras de serie, es que no encontró músicos natos que flotaran sin esfuerzo hasta la cima practicando una fracción del tiempo que necesitaban sus pares. "Tampoco encontraron obreros romos a los que, trabajando más que nadie, lisa y llanamente les faltara el talento necesario para hacerse un lugar en la cumbre. Una vez que un músico ha demostrado capacidad suficiente para ingresar en una academia superior de música, lo que distingue a un intérprete virtuoso de otro mediocre es el esfuerzo que cada uno dedica a practicar. Y eso no es todo", concluye Gladwell; "los que están en la misma cumbre trabajan mucho, mucho más que todos los demás".
Vayamos al cerebro. Y, por una vez, no relacionemos las famosas neuronas y talento. Cada vez son más los neurólogos que consideran a la mielina -mucho menos estudiada que las neuronas- como la clave de la adquisición de habilidades. Toda habilidad humana, ya sea jugar al fútbol, pintar o interpretar a Bach, proviene de una cadena de fibras nerviosas que transmiten un diminuto impulso eléctrico. La mielina rodea las fibras nerviosas. Permite que la señal sea más veloz y fuerte porque impide que se escapen del circuito los impulsos eléctricos. Cuando practicamos, esta lipoproteína responde cubriendo el circuito neural y añadiendo, en cada nueva capa, habilidad y velocidad. Es como conseguir una especie de línea de banda ancha: se multiplica por 3.000 la capacidad de procesamiento de la información.
Práctica y Mielina
"El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia" (Doris Lessing)
En 2005 se escaneó el cerebro de varios concertistas de piano y se descubrió una relación directamente proporcional entre las horas de práctica y esta materia blanca. Cuanto más se activa el nervio, mayor es la cantidad de esta lipoproteína que lo envuelve. Pero, como sostiene Dan Coyle, no se forma para responder a ideas vagas, a información que nos lava como una ducha caliente. Se crea para responder a acciones concretas. Es necesaria la práctica intensa. Teniendo en cuenta una aparente paradoja: aquellas experiencias en las que al principio cometemos más errores, errores que nos obligan a ir más despacio, son las que nos hacen más talentosos.
"Las cosas que hoy parecen ser obstáculos se convierten a la larga en aconsejables", sostiene Robert Bjork, catedrático de psicología de la Universidad de California. De él es el siguiente ejemplo: pongamos que por enésima vez viajamos en avión y observamos a la azafata mientras nos enseña cómo ponernos el chaleco salvavidas. Parece un disco rayado. Pero ¿sabríamos hacerlo en un momento de urgencia?
Bjork sostiene que lo ideal sería, en vez de observar a la azafata, ponernos directamente el chaleco y practicar (menudo espectáculo se organizaría en el avión). Practicar. Aprender. Cometer errores. Así se logra el talento. Volviéndolo a intentar. Fracasando otra vez. Fracasando mejor.

LA MUERTE COMO CONSECUENCIA DEL ERROR. Un camino para el coaching.



El humano es la extraña y, no obstante, íntima unidad de materia y espíritu personal libre. Su muerte es la unidad de término y consumación. Es decir, el humano termina su vida temporal por la separación del alma y del cuerpo y en el momento de esta separación se cumple también la consumación personal del hombre desde dentro: en la muerte el resultado de la vida humana adquiere carácter definitivo.
Las fuentes de la revelación caracterizan a la muerte como separación del alma y del cuerpo en cuanto término de la vida corruptible corporal, término que irrumpe desde fuera.
Una reflexión profunda acerca de la descripción de la muerte como separación del alma y del cuerpo nos ha dado por resultado que esta separación no ha de entenderse como una completa evasión del mundo por parte de la realidad espiritual del hombre.
Aquí el coaching espiritual del humano empiaza a unir cuerpo y alma al objeto de dar a conocer al protagonista su dualidad exitencial de cuerpo y alma.
Su razón.

¿¿¿Qué quieres???



Un hombre que se creyera absolutamente bueno
sería espiritualmente un idiota
Nietzsche

La aptitud para ser conscientes de nosotros mismos o la percepción de la propia individualidad parece ser un atributo exclusivo y esencial de la especie humana.La aparición de la luz de la conciencia y la creación de símbolos con los que designar y comunicar los diversos aspectos de nuestro SER aumentaron extraordinariamente el papel de la memoria en nuestra especie.La memoria es un potencial del alma que depende de una masa de neuronas, desparramadas por el cerebro, en las que registramos no solo hechos concretos, sino nuestras interpretaciones de los hechos y los sentimientos y emociones que los acompañan.Por eso los recuerdos son de vital importancia para el humano. La conciencia, el lenguaje y la memoria nos permiten mantener un diálogo con nosotros mismos sobre todo lo que nos sucede.Habitualmente utilizamos la luz de la conciencia cuando nos enfrentamos a decisiones importantes, analizamos nuestras relaciones afectivas, cuidamos nuestra imagen pública, programamos nuestro futuro, tratamos de entender nuestros deseos o comportamientos y reflexionamos sobre el signficado de la vida o nuestro papel en el mundo.Es desde esa conciencia que nos formulanos sueños, en principio quiméricos. Un proceso de coaching debe estructurar dichos sueños y "colaborar" al coachee para que se acerque lo más posible a ellos.

Sueño + acción = realidad

SOMOS FELICES CUANDO NUESTRAS RELACIONES LO SON.



Todos somos flores a las que han robado su aroma. Y claro está, a menudo encontramos nuestro destino en el camino que tomamos para evitarlo. ¡¡¡qué bonito sería disfrutar con los frutos de la nada!!! Vivir siempre con la ilusión pues esta puede mover nuestras alas.
Revitalizar las relaciones.
Inmersos en jornadas de trabaja de 14 horas y en fines de semana llenos de actividades programadas cada vez estamos más lejos de nuestro entorno emocional.
Somos tan felices como nuestras relaciones lo sean (John Powell)
Vivimos bajo mínimos en los niveles de afecto. El éxito o fracaso de las relaciones humanas viene principalmente relacionado con el éxito o fracaso de la comunicación.
Tendremos relaciones con sustancia si somos capaces de dar sustancia a nuestra comunicación. Podemos distinguir 5 niveles.
PRIMERO: La clásica conversación de ascensor. No compartimos nada de nosotros. Hablamos pero no nos comunicamos en absoluto. Este acto ni nos ayuda ni perjudica.
SEGUNDO: Hablamos de los otros. En este nivel sigue sin haber un verdadero intercambio, y no es ni tan siquiera neutro: a la larga contamina las relaciones.
TERCERO: Lo hago descriptivamente; quién soy, cuántos hijos tengo, dónde trabajo, incluso puedo manifestar algunas opiniones. Es un nivel preámbulo a la comunicación. Necesario en muchos casos, pero no suficiente.
CUARTO: Hablo de mis sentimientos. Comunico lo que siento. Aquí empieza la comunicación de verdad. Permito que me conozcan tal como soy. Estoy intercambiando comunicación, pero no estableciendo un diálogo.
QUINTO: Qué siento yo respecto a ti y que sientes tú respecto a mi. Cómo me afecta tu vida y cómo afecto afecto yo a la tuya. Me das energía o me la quitas, si me levantas el ánimo o me siento mal a tu lado. Se trata de una comunicación en mayúsculas, la que hace crecer una relación, el verdadero diálogo. Este nivel supone complicidad, comprensión y acercamiento.
Sería interesante valorar a qué nivel nos relacionamos habitualmente y a que nivel podemos llegar con cada una de nuestras relaciones más próximas.
Sería interesante, si.

La alegría dirige las voluntades.




No te inquietes por las dificultades de la vida,
Por tus altibajos, por sus decepciones,
por tu porvenir más o menos sombrío.
Quiere lo que dice la Emancipación.
Ofrécele en medio de tus inquietudes y dificultades
el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo,
acepta los designios del destino.
Poco importa que te consideres frustrado,
Si la Emancipación te considera
plenamente realizado, a su gusto.
Piérdete confiado ciegamente en esa Emancipación que te quiere para sí y que llegará hasta ti, aunque jamás lo veas.
Piensa que estás en sus manos, tanto más fuerte asido,
cuanto más decaído y triste te encuentres.
Vive feliz te lo suplico
Vive en Paz. Que nada te altere.
Que nada sea capaz de arrebatarte tu paz.
Ni la fatiga psíquica. Ni tus faltas morales.
Haz que brote y conserva siempre sobre tu rostro una dulce sonrisa, reflejo de la que continuamente te dirige.
Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada,
Como fuente de energía y criterio de verdad,
Todo aquello que te llene de la paz emancipadora.
Recuerda: cuanto te reprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida y de las promesas de la Emancipación.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste:
Adora y confía.

¡¡¡no deseo poseer nada!!! solo, solo mi tiempo.



La pobreza no es natural.
Es algo creado por el hombre
y que por tanto puede ser
erradicada por las acciones humanas.
La derecha sólo se encarga en repartir
y obtener privilegios.
Consecuentemente muchos de sus votantes
lo son con la esperanza de que les "toque algo
" como si jugaran a la "lotería primitiva"
La izquierdas , en cambio, simplemente ofrece
ideas para emancipar al humano.
La mejor manera de empezar el día
es pensar al levantarnos en hacer feliz
al menos a una persona antes del crepúsculo
Nietzsche

No deseo ser poseedor de nada
y nada me pertenece.
Si el amor me lo permite,
será mi ofrenda a los demás
aunque, inicialmente,
pueda parecer poca cosa.
Es difícil no caer en la tentación
de responder al mal de aquel
enemigo que nos ha herido.
Con la fortaleza de la "emancipación"
consigues amar a quienes te han
ofendido, transformando todas las
energias en positivas. La "emancipación"
nos sugiere abrazar con amor heróico
la cruz para transformar el camino
de la vida.
REORGANIZAR NUESTRO TIEMPO
"Lo más importante está enterrado bajo capas de problemas apremiantes y preocupaciones inmediatas"Para seguir nuestro sueño necesitamos reorganizar nuestro tiempo. A menudo nos decimos a nos0tros mismos que no tenemos tiempo para hacer muchas de las cosas que nos interesan, pero en realidad lo que nos sucede es que lo utilizamos equivocadamente. Debemos replantearnos el uso que hacemos de nuetro tiempo. Y esto significa el dar prioridad a todas aquellas cosas que contribuyen a que nuetros sueños puedan hacerse realidad. Moverse por prioridades es el secreto del dominio del tiempo.Debemos de dejar de perder el tiempo en tareas inútiles y en compromisos sin sentido. Pero sólo lo conseguiremos si aprendemos a decir no a todo aquello que no contribuya a nuestro proyecto vital. Nos cuesta mucho decir no, por que queremos quedar bien con todos y no decepcionar a nadie. Pero pagamos un precio muy alto por ello, y es que no podemos hacer lo que verdaderamenre queremos hacer. Sin darnos cuenta, renunciamos a nuestros proyectos en beneficio de tareas y compromisos que no nos interesan.

LA CALMA ESTÁ DONDE TÚ CORAZÓN DEPOSITA EL AMOR




Encontrar la calma en la ciudad
FRANCESC MIRALLES


No es necesario encerrarse en un monasterio para gozar de la espiritualidad. También el estrés de la ciudad nos procura oportunidades para crecer y cultivar la paz interior.
Existe la creencia estereotipada de que la espiritualidad solo puede encontrarse en medio del campo, en una casa aislada frente al mar o entre los muros de un monasterio. Lo cierto es que la inmensa mayoría vivimos y trabajamos en medio del bullicio, por lo que si aspiramos a la armonía tendremos que aprender a hallar la serenidad en medio del caos.
“Observe sus pensamientos con distancia y no los confunda con la realidad. Así será capaz de distinguir lo neurótico de lo útil”
Lo que podría llamarse el zen del asfalto es una invitación a buscar la paz y la lucidez, en medio de una metrópoli ruidosa o de un suburbio gris. Supone el reto de mantener el propio centro mientras los vecinos se pelean, el jefe nos convoca para una reunión absurda o nos encontramos atrapados en un atasco mientras dan malas noticias por la radio.
Antes de abordar cómo cultivar la calma, revisemos algunos tópicos sobre la espiritualidad.
El tópico de Oriente
“No puedes vivir en el reino de Dios por mucho tiempo. No hay restaurantes ni lavabos” (Suzuki Roshi)
En su hilarante libro de memorias El espejo vacío, el escritor de novelas policiacas Janwillem van de Wetering explicaba sus peripecias y calamidades en un monasterio zen japonés de la década de los sesenta, donde este holandés permaneció año y medio.
Lo que tenía que ser una experiencia serena e iluminadora se convierte en una tortura, porque el discípulo se ve obligado a unos madrugones de órdago, a interminables horas de incómoda y tediosa meditación, mientras se ve enfrentado a los enigmáticos koans, las preguntas disparatadas con las que el maestro de zen tortura a sus alumnos. Hacia el final de su relato, Janwillem acaba huyendo del monasterio y se interroga sobre la espiritualidad con una cerveza en la mano. El autor holandés ironiza sobre esta cuestión a través de una pequeña fábula: un hombre cada mañana antes de desayunar saca a su perro al patio delantero, lo coge por el rabo y le da unas cuantas vueltas en volandas. Un vecino le pregunta por qué trata a su perro con tanta crueldad, a lo que el dueño responde: “No tiene ni idea de lo contento que se pone el perro cuando lo dejo en el suelo”.
La pregunta es: ¿no hay otros caminos a la espiritualidad? ¿Cómo podemos purificar la mente en medio del caos?
Un profesor de yoga de Los Ángeles, Arthur Jeon, aborda este tema en su manual Dharma urbano, que se centra en los desafíos de la vida cosmopolita para los que aspiran a la espiritualidad.
Este autor plantea estrategias para mantener la calma sin sucumbir a las tensiones diarias o a las continuas fricciones que supone moverse por una ciudad, tener vecinos y relacionarse con jefes y compañeros de trabajo:
No hay ninguna duda sobre el hecho de que la mayor parte de las dificultades de la vida, excepto la enfermedad, vienen causadas por las relaciones entre la gente. Asumimos que la gente es la causa de nuestra tristeza, la fuente de nuestro “infierno”. Cuando miramos a nuestro alrededor existen muchas razones para pensar así. Los demás nos vuelven locos e infelices. Tendemos a pensar: no soy una persona enfadada; ellos me hacen enfadar”. A lo largo de su libro, Arthur Jeon da numerosos consejos para sobrevivir espiritualmente a nuestra jungla de personas y problemas:
• Observe sus pensamientos con distancia y no los confunda con la realidad. Así será capaz de distinguir lo neurótico de lo útil.
• Sea consciente de que cualquier cosa que suceda, buena o mala, cambiará.
• Evite atribuir la culpa de su infelicidad a los demás. Pensamientos como “mi vida es horrible” o “si fuera rico, mis problemas desaparecerían” son solo falacias para no tomar el mando de nuestra vida.
• En lugar de impacientarse, lea o escuche música mientras espera el tren o el autobús.
• Trate de sonreír a la gente irritada que encuentre. Nunca menosprecie a los demás.
• Tómese los contratiempos con sentido del humor.
• No alimente lo que le irrita, ni le dé más importancia de la que tiene.
• Huya de la idea de que, en la ciudad, vive amenazado por las personas y las situaciones. Jamás se autocompadezca.
Puesto que la serenidad es un estado mental, este autor californiano sostiene que podemos alcanzar una relajación plena cuando queramos, sea en la cima de una montaña o en Times Square. El sufrimiento no lo generan las personas que nos rodean ni el lugar en el que nos encontramos, sino la lectura que hacemos de lo que nos sucede.
Otra fuente de padecimiento, vivamos en la ciudad o en el campo, es nuestra adicción a proyectarnos al pasado (traumas) o al futuro (miedos). Para practicar el zen del asfalto hay que tomar conciencia del momento presente, aprendiendo y disfrutando de lo que nos brinda cada instante.
Por ejemplo, el transporte público es un desafío porque borra las fronteras entre los demás y uno mismo. En medio del atasco, en lugar de maldecir el tráfico, podemos convertir la cabina de nuestro vehículo en un zendo minúsculo donde escuchar nuestra música favorita, relajarnos a través de la respiración o pasar revista a los aspectos positivos de nuestra vida, dejando fuera las prisas.
‘Zensaciones’
“Llama experiencias a tus dificultades y recuerda que cada una de ellas te ayuda a madurar” (Henry Miller)
Es innegable que en la rutina diaria nos enfrentamos a situaciones monótonas o desagradables que nos ponen a prueba, pero todas ellas son oportunidades de crecimiento personal. Veamos cómo convertir algunos episodios estresantes en zensaciones equiparables al trabajo que realizaríamos en un monasterio:
• Zensación 1. Tenemos un encontronazo con un conductor colérico. Ejercicio: no nos contagiamos por su furia y guardamos el noble silencio del que hablaba Buda y compadecemos a esta persona que está teniendo un mal día.
• Zensación 2. Un vecino nos increpa porque hemos faltado a una obligación. Ejercicio: le agradecemos que nos lo recuerde y cambiamos su discurso preguntándole por algún aspecto agradable de su vida personal.
• Zensación 3. Se han iniciado unas obras al lado de casa que hacen un ruido ensordecedor. Ejercicio: nos fijamos el reto de meditar, utilizando el estruendo como centro de atención para vaciar nuestra mente.
• Zensación 4. Nuestro trabajo ha llegado a unas cotas de monotonía que nos resulta insufrible. Ejercicio: para motivarnos, nos centramos en operaciones muy pequeñas y nos proponemos alcanzar la excelencia en esa actividad como prueba espiritual.
• Zensación 5. Las noticias informan de más robos y violencia en nuestro barrio. Ejercicio: decidimos compensar la oleada de negatividad con más empatía hacia los demás y más implicación en la felicidad de nuestra comunidad.
Si practicamos de esta manera, entenderemos que un entorno urbano es perfectamente válido para ir más allá de nuestros horizontes mentales, con la ventaja de que contiene tantos mundos y situaciones diferentes que hay mil ocasiones para mejorar.
Terminaremos con la respuesta que dio el maestro Soyen Shaku a su discípulo Senzaki cuando este le consultó sobre los peligros de trasladarse a una cosmópolis. La respuesta fue: “Simplemente, enfréntate a la gran ciudad y comprueba si ella te conquista o si tú la conquistas a ella”.

¿TE GUSTA ESTE PATRIARCADO EXISTENTE?



Solidaridad recíproca
Muchos seres humanos de todas las regiones y religiones se esfuerzan por vivir un espíritu de camaradería entre hombre y mujer en pro de un comportamiento responsable en el plano amoroso, sexual y familiar.
No obstante, en todo el mundo persisten formas condenables de patriarcado, de predominio de un sexo sobre el otro,
de explotación de la mujer, abuso sexual de niños y prostitución impuesta.
Las diferencias sociales que persisten en nuestra Tierra conducen con gran frecuencia a que muchas mujeres, e incluso niños, especialmente de países poco desarrollados, se vean obligados a ejercer la prostitución como medio de supervivencia.
En este contexto la tradición nos ha dejado enormes mensajes: Respetaos y amaros los unos a los otros (no te prostituirás ni prostituirás a otro).
No es posible una verdadera humanidad sin una convivencia en camaradería.
"De cada cual de acuerdo con su capacidad". "Para cada cual de acuerdo con sus necesidades".
La relación mujer-hombre no debe regirse por cánones de tutela o explotación, sino por el amor, el compañerismo y la confianza.
La plenitud humana no se identifica con el placer sexual.
La sexualidad debe ser una expresión del amor vivido en compañerismo.
Toda las experiencias históricas demuestran que nuestro mundo no puede cambiar sin un cambio previo de mentalidad en el individuo y en la opinión pública.
Todo individuo no sólo posee una dignidad inviolable y unos derechos inalienables; también debe asumir una responsabilidad intransferible en relación con todo lo que hace u omite.
Consecuentemente abogo por un cambio de conciencia individual y colectivo, por un despertar de nuestras fuerzas espirituales mediante la reflexión, la meditación, el pensamiento positivo y el COACHING.
KÜNG

"LOS FRACASOS SON MÁS DOLOROSOS CUANTO MAYORES SON LAS EXPECTATIVAS"



Expectativa es la esperanza de realizar o conseguir
algo, el anhelo de que se produzca un determinado resultado.
El concepto de expectativa no está asociado necesariamente
a la acción, a la determinación necesaria para dar
pasos orientados orientados a lograr aquello
que deseamos. La expectativa transcurre muchas
veces sin expresarse y es en este ámbito en el
que planteamos esta distinción.
Hay personas que viven en mundos de expectativa
frente a personas que viven en mundos de compromisos.
Las personas que viven únicamente en las
expectativas, alejadas de la acción, esperan que se
produzcan determinadas cosas, pero no actúan
de forma abierta y directa para lograr aquello de desean.
En el mundo de la empresa es frecuente encontrar
directivos frustados con el desempeño de sus
colaboradores, que sin embargo, no han tenido
conversaciones francas y directas acerca de lo que
esperaban de ellos.
Esto ocurre igualmente en todas las relaciones
humanas. generamos expectativas y esperamos que
el mundo se adapte a ellas.
Las brecha existente entre el mundo que nos rodea
y las expecativas que nos creamos es causa de
mucho sufrimiento.

TE SEDUCE COMPRENDER "LA ACEPTACIÓN TOTAL DEL todo"




¿Has contemplado, alguna vez, a un humano desviado de la razón?
¿Has contemplado, alguna vez, algún niño que no sea la sangre de tu sangre?
¡¡¡entonces!!!
¿Qué busca tu existencia, siempre aturdida por la vigencia del momento?
La EMANCIPACIÓN te ha mirado pero tú la ignoras dado que tal vez te da miedo.
Huyes del silencio porque no deseas conocerte.
No te SALVES paro tampoco te ignores.
La mente racional discrimina espontáneamente
entre el bien y el mal, y es evidente que la realidad
de nuestro mundo está llena de limitaciones:
toda criatura, por el hecho de serlo, es limitada
y está sometida a la dinámica del cambio y del dolor.
Y por lo que respecta al humano, añadimos los
resultados de nuestras decisiones y opciones más
o menos libres, que a menudo generan todavía,
un plus de dolor a la misma naturaleza.al mundo
animal y a otros humanos.
Este es nuestro "pan de cada día" donde obviarlo o
vivir este esquema sería una grave irresponsabilidad.
El ejercicio que te propongo está orientado básicamente
a tu actitud interior y al nivel de consciencia desde
el cual afrontamos esta realidad dolorosa
y limitada de existencia.
Para eso podemos plantearnos:
"No cambiar. El deseo de cambiar es el enemigo del amor"
"No os cambieis a vosotros mismos; quereros tal como sois"
"No hagais canviar a los demás; quered a todos tal como son"
"No intenteis cambiar al mundo: el mundo está en manos de
la EMANCIPACIÓN"
Si así lo haceis todo cambiará maravillosamente a su tiempo y a su manera.
Puede parecer que os invito a la pasividad y a la inactividad, cuando lo cierto es que la libertad interior que produce, este hacer. es una fuente
enorme de energia transformadora de la realidad creada.
Las personas que viven con esta actitud tienen una gran incidencia
social y provocan auténticos cambios en el mundo
que les rodea.
No obstante, no siempre, de la manera, en el
momento y al ritmo que otros esperan y desean, pues
la dinámica interna que nos mueve a cada uno es singular
y diferente.
El AMOR absoluto precisa de la incondicional
"aceptación total del "todo"

Cuidar es mucho más que curar


Desde la sabiduría que nos da
el amor en la emancipación podemos
interpretar el momento que vivimos.
Perder la credibilidad de nuestros actos
es muy fácil si despreciamos la opción de amar.
Tienes pues una oportunidad.... ¡¡¡no te eludas!!!

Cuidar es mucho más que curar
El tratamiento de enfermos terminales va más allá que el manejo de síntomas físicos.
Un enfermo terminal no es sólo una persona con una dolencia. Tiene necesidades físicas, sí, pero también espirituales, psíquicas, de orden práctico, burocrático...
Además no suele estar solo.
A su alrededor hay familiares y amigos, que también necesitan un bienestar.
Todos estos aspectos deben ser abordados cuando se presta atención sanitaria a una persona para la que ya no hay curación.
Porque la imposibilidad de sanar -algo inevitable para todas las personas en algún momento-
no debe reducir la intención de aliviar.
"Es un deber deontológico abordar con decisión la sedación en la agonía, incluso cuando de ese tratamiento se pudiera derivar, como efecto secundario, una anticipación de la muerte".
Con ello se recogen las directrices de la Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos y toda la doctrina que ya existe sobre buenas prácticas médicas, pero de una manera concisa y clara, que ayuda a decidir. Por eso insiste en que "la sedación en la agonía no es un tratamiento excepcional; el incremento de personas que precisan cuidados paliativos constituye actualmente un paradigma que debe estar presente en la enseñanza de las Facultades de Medicina y en los Programas de Formación Continuada y en la conciencia de todos los médicos".Claro que antes de llegar a esa situación hay otros pasos que conviene recorrer. Por ejemplo, que "el objetivo es el confort". "Nunca vamos a curar al enfermo y toda medicación que suministremos irá encaminada a mejorar el bienestar de nuestros pacientes", por ejemplo a través del coaching."El médico, en ocasiones, llega a la conclusión de que, desde el punto de vista 'curativo', poco se puede hacer por el enfermo terminal. De ahí que su dedicación a este tipo de pacientes no sea tan intensa como la prestada a enfermos afectados de otras patologías 'curables".
"El médico interpreta el acercamiento de la muerte de su enfermo como un fracaso profesional", "Los médicos, como el resto de los seres humanos, difícilmente asumen el asunto de su propia muerte. Si esto es así, el enfermo está recordando al médico su propia mortalidad, lo que dificultará su contacto con este paciente"

"CUANDO CONOZCO A ALGUIEN, NO ME IMPORTA SI ES BLANCO, NEGRO, JUDÍO O MUSULMÁN. ME BASTA CON SABER QUE ES UN SER HUMANO"


Nuestra conducta es una función
de nuestras decisiones,
no de nuestras condiciones.
Sin olvidar que:
La sencillez es la llaneza de lo natural,
de lo fácil, de lo comprensible,
que puede llegar a todos sin oscuros obstáculos
y es lo que caracteriza a la belleza.
La sencillez no necesita adornos
ni hacer ostentación, porque es como el agua,
que sin tener ni gusto ni sabor, ni color
es igualmente necesaria.
TOLERAR vs ACEPTAR
Existe una diferencia importante entre estos
dos términos.
La tolerancia tiene una connotación de indulgencia,
asociada a la idea de que yo juzgo que lo tú
eres o haces es lícito para mí. La aceptación,
exige poder ver al otro como ser legítimo en
sí mismo y, más profundamente, con la idea
de que mi percepción de la realidad
no es más que un punto de vista.
Si yo no tengo la verdad, entonces tu forma
de ver el mundo es tan legítima como la mía.


¿TE SIENTES ÚTIL?


¿Se siente atrapado en su Trabajo?
CRISTINA LLAGOSTERA


¿Se siente útil? ¿Le motiva su ocupación, o simplemente no puede prescindir de ella? Encontrar la vocación implica hacerse preguntas y asumir riesgos sin miedo al fracaso.
Si el dinero dejara de ser un problema, si tuviera que decidir en qué quiero ocupar mis horas, mis días, en qué quiero contribuir al mundo, ¿seguiría dedicándome a lo que realizo ahora? Esta pregunta plantea un dilema importante: hasta qué punto la elección del trabajo o estilo de vida está guiada por la vocación.
“Seguir la vocación significa encontrar el propio rumbo. Dirigirse hacia donde uno quiere aunque implique ir contracorriente”
Un primer requisito es atreverse a soñar. Demasiado a menudo cortamos las alas al entusiasmo, cavilando sobre los problemas”
Cuando se responde con una afirmación, significa que uno se siente útil realizando algo que ama, más allá de las ganancias o comodidades que le pueda aportar. Pero no suele ser lo más común: muchas personas se sienten atrapadas en trabajos que no les satisfacen y de los que no pueden prescindir. A otras les aterra el riesgo de iniciar un cambio y equivocarse, y otras tantas están inmersas en una rueda que no les deja apenas tiempo ni espacio para plantearse otras alternativas.
¿Siempre es posible realizar la vocación? Seguramente este sea uno de nuestros mayores retos: descubrir y dar forma a nuestro potencial como personas inmersas en una sociedad. Puede que las circunstancias no acompañen, pero en algún lugar o de alguna manera es conveniente expresar esas capacidades e inquietudes que bullen en el interior, sea con la actividad profesional o en el tiempo libre, pues de lo contrario puede aparecer el sufrimiento o la desidia en alguna de sus manifestaciones.
Interés más capacidad
“Donde los talentos y las necesidades del mundo se cruzan, ahí está nuestra vocación” (Séneca)
A cada persona le fascinan cosas diferentes; eso se expresa como una inclinación natural que la motiva a seguir aprendiendo sobre ciertos temas. Por otra parte, todos los seres humanos poseen talentos o habilidades especiales, cosas que realizan con mayor creatividad o facilidad de manera instintiva. Cuando se da esa conjunción entre interés genuino y aptitudes individuales, el resultado suele ser superior en todos los sentidos.
Existe una diferencia radical entre lo que se realiza por vocación o por mero deber. La capacidad de esfuerzo y concentración aumenta cuando nos dedicamos a algo que nos interesa. La persona se siente como pez en el agua, moviéndose en un ambiente afín, más dispuesta a superar los obstáculos. Y quizá lo más importante: la tarea o el trabajo dejan de ser un medio para convertirse en un fin.
La palabra vocación significa llamada. Tiene que ver, por tanto, con seguir aquello que uno siente que le atrae y que además le permite aportar algo al mundo. Descubrir la propia vocación es una de las cosas que da mayor sentido y orientación a la propia vida.
A la hora de elegir una ocupación, a menudo se tienen en cuenta factores externos: las posibilidades de trabajo, de remuneración, el prestigio social, la opinión de los padres, los maestros, los amigos… Seguir la vocación, en cambio, significa encontrar el propio rumbo no a partir de señales externas, sino internas. El objetivo es dirigirse hacia lo que uno quiere ser, aunque implique ir contracorriente.
Un primer requisito es atreverse a soñar. Demasiado a menudo cortamos las alas al entusiasmo, cavilando sobre las condiciones adversas o los problemas, lo que impide conectar con las necesidades o deseos verdaderos. Pero precisamente allí donde se despierta el entusiasmo se halla una isla de interés, algo que nos atrae y nos hace vibrar de emoción, y es preciso escuchar esta señal.
Una dificultad es que las primeras decisiones sobre la profesión se producen en la adolescencia, momento en que se suele estar confuso y con el peso de grandes expectativas sobre las espaldas.
Sin embargo, conocerse mejor: saber qué aspectos nos definen, cuáles son nuestras cualidades, en qué tipo de ambientes nos movemos mejor, qué valores y principios nos sustentan, en qué actividades destacamos… ayuda a encontrar una orientación. El siguiente paso supone plantearse cómo conseguir realizar estos deseos y capacidades a través de una actividad o profesión.
Víctor Frankl decía que el trabajo es el espacio en el que la peculiaridad del individuo se enlaza con la comunidad. Todas las personas necesitan aportar algo. Si sabemos cuáles son nuestras capacidades, podemos entonces preguntarnos qué es lo que queremos ofrecer para encaminarse hacia aquello que uno desea.
Una vez definido dónde se quiere llegar, puede imaginarse el camino que habrá que recorrer. Supone una manera de dar forma en la mente a la intención, para bajarla al mundo concreto, pero también de advertir el esfuerzo necesario y los obstáculos que pueden surgir.
Los retos del camino
“No es porque las cosas sean difíciles por lo que no nos atrevemos; es porque no nos atrevemos por lo que son difíciles” (Séneca)
A menudo, las personas aducen una larga lista de razones por las que no están haciendo lo que les gusta. Sin embargo, detrás de toda limitación externa suele esconderse un miedo, y este en la práctica supone el mayor obstáculo. En este punto se puede seguir a merced de los propios temores o, por el contrario, intentar ser más consciente de ellos.
Como comienzo, la persona puede realizarse preguntas como, por ejemplo: ¿Qué me digo a mí mismo cuando pienso en lo que me gustaría hacer? ¿Qué es lo que más me asusta? ¿Cuál sería la peor posibilidad si fracasase en el intento?
En la base del miedo se suelen encontrar creencias acerca de uno mismo, los demás o la situación, como: “No soy suficientemente bueno”, “es demasiado difícil”… Frases que se repiten una y otra vez y que conforman una especie de lentes a través de las cuales vemos la realidad. Si estas creencias hacen sentir a la persona más capaz y la estimulan, bienvenidas. Pero si generan frustración, sensación de incapacidad… es mejor revisarlas, pues suponen un freno importante.
La entrega
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” (Albert Einstein)
Cuando lo que se hace está en sintonía con los propios valores, gustos y principios, ya no es necesario buscar contraprestaciones ni imponerse obligaciones o castigos, pues la motivación principal proviene del interior. La persona funciona de manera integrada, siguiendo la corriente de lo que realmente le inspira, y con ello la energía y la capacidad se multiplican.
Quien se dedica a su vocación nunca deja de aprender. Sigue manteniendo esa mirada de interés y curiosidad hacia lo que le atrae, incluso aunque se jubile. Ahora bien, esto no debe confundirse con la obsesión por el trabajo, que implica más bien una huida y una desconexión.
Una persona puede escuchar su voz, descubrir hacia dónde le llama, y preguntarse si quiere o no aceptar el reto. La vocación requiere entrega, compromiso, insistencia, aprendizaje… Seguramente nadie se siente capaz de realizar algo hasta que no lo intenta. Por eso resulta inútil esperar a estar absolutamente seguro o preparado para dar el paso. La reafirmación vendrá más adelante, cuando uno compruebe que está en el buen camino.
En la vocación, lo que se realiza fuera es un reflejo del interior. Implicarse en una labor significa comprometerse con uno mismo para dar lo mejor. Cuando surjan conflictos o dificultades, la persona tiene la sensación de estar en el lugar correcto, y eso le da solidez e integridad.
“La mayor tentación es conformarse con demasiado poco”, decía Thomas Merton, poeta y pensador estadounidense. La vocación nos llama y nos invita a esperar más, a luchar por lo que amamos y hallar un sentido más profundo en lo que hacemos. Si aún no la has encontrado, no te conformes, sigue buscando.

¿LA COSTUMBRE NOS ESCLAVIZA?


La costumbre es la cualidad más simple y sencilla
del ser humano y sin embargo no es igual para todos.
Cada uno tiene su costumbre y vive con ella,
ya sea en la gloria o en el desastre.
Los generosos, y en especial los filántropos,
tienen la costumbre de ayudar al prójimo.
Los tiranos y los despótas suelen tener la costumbre
de torturar, invadir y asesinar.
Mario Benedetti

¿Podemos cambiar?
A menudo nos escudamos en compromisos
con otros o en falta de tiempo,
y vamos dejando pasar los años sin
ser dueños de nuestra propia vida.
"Cuando conquistas tu miedo, conquistas tu vida".
El miedo es el gran freno para cualquier cambio de la vida. Nos sorprende en el peor momento y de la peor manera, exhibiendo ante nuestros ojos todos los peligros a los que nos exponemos y colapsando nuestra capacidad de decisión.
Reorganizar nuestro tiempo. "Lo más importante está enterrado bajo capas de problemas apremiantes y preocupaciones inmediatas"
"No inventamos, sino que detectamos nuestra misión en la vida"
Todos tenemos un sueño que nos haría especialmente felices realizar, y que daría un nuevo sentido a nuestras vidas.
Elegir el equipaje imprescindible.
"Buscamos la felicidad en lugares equivocados".
Elegir los compañeros de viaje.
"Somos tan felices como lo son nuestras relaciones"
Nos han enseñado a trabajar; no a vivir ni a entender la vida.
¿Podemos cuestionar la tradición o estamos cómodos con ella?
¿La tradición nos ha esclavizado?

TODOS ESTAMOS DE PASO.... ¿PERO QUEDA ALGO?



En la caridad el pobre es rico,
sin caridad todo rico es pobre.

La inteligencia es el crecimiento de la consciencia interna.
No tiene nada que ver con los conocimientos,
tiene que ver con ser asertivo.
Una persona inteligente no actúa según
su experiencia pasada; actúa en el presente.
No reacciona responde.
Por consiguiente, es siempre impredecible;
nunca se puede estar seguro de lo que va a hacer.
Los tontos siempre tienen más seguridad en sí mismos
que los inteligentes.
La estupidez da una cierta seguridad.
Consecuentemente "la seguridad"
puede ser una gran cualidad o puede ser un obstáculo.
La inteligencia es vacilante dado que hay multitud de alternativas para tomar una decisión.
Solo un 1% de la seguridad es buena el resto invalida la inteligencia.
Si el mundo estuviera plenamente delineado
se perdería la emoción y la luz de la vida;
estaríamos en la seguridad de la muerte.
"TODOS SOMOS IGNORANTES.
LO QUE PASA ES QUE
NO TODOS IGNORAMOS LAS MISMAS COSAS"

EL VERDADERO MAESTRO CREA MAESTROS, NO SEGUIDORES...



¿como podemos ser referentes en la emancipacion?
Si caminamos por la existencia sin
despreciar a nadie y sin recurrir a la calumnia
para favorecer nuestra vanidad,
alcanzaremos la sencillez de la paz donde
tenuemente aparecera
la Emancipación.

LOS JÓVENES YA HAN VENCIDO ALGÚN MIEDO.
El amor es sufrido, es benigno;
el amor no tiene envidia,
el amor no es jactoso,
no se envanece,
no hace nada indebido,
no busca lo suyo,
no se irrita,
no guarda rencor,
no se goza de la injusticia,
más se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.
Corintios.

Los nuevos gays y lesbianas viven como se sienten.
Muchas personas se han apolillado
en el armario ropero por la
Ley de Peligrosidad Social que, aunque derogada en 1980, creó un modelo mental a nuestra sociedad donde ser homosexual se consideraba un delito.
Casi un 10% de los escolares de secundaria se declara homosexual aunque su vida social
en los isntitutos no es fácil.
Pocos quieren compartir con ellos y
así se va configurando su aislamiento
en en demasiados casos lleva al suicidio.
Muchos jóvenes ya aceptan y luchan
por ser considerados "iguales" a los demás.
Su orientación sexual es parte de su intimidad
y por ella luchan.
¿Quién es el dueño de la realidad?, se preguntan.
¡¡Todos somos iguales!!
Muchos padres están en la creencia
de que "cuando sus hijos salen del armario,
les meten a ellos"
pues su modelo mental se configuró
con las creencia de la dictadura.
Han vencido el miedo y afrontan las consecuencia.
Esto es sólo el principio de una liberación
que sin duda llegará paulatinamente
a otras esferas de nuestra sociedad.
¿Espero que con nuestra ayuda. no?
¡¡¡El verdadero maestro crea maestros, no seguidores!!!

ESFORZAR-ME ¿Para què?



Esforzarse vale la pena
XAVIER GUIX


Resurge con fuerza el discurso sobre el valor del esfuerzo frente a la sobreabundancia, el sobreproteccionismo y el 'laissez-faire'. No obstante, ¿de qué esfuerzo hablamos?
Williams James, el patriarca de la psicología americana, se preguntaba ante el hecho cotidiano de levantarse cada día por la mañana: ¿Cómo lo conseguimos, si tenemos tantas razones para no hacerlo? Se sobrentiende que disponemos de un mecanismo irreductible al que llamamos “fuerza de voluntad” o, al menos, la suficiente automotivación para no ceder a los impulsos de la pereza, la ociosidad o el sinsentido.
“Esos jóvenes tachados de insípidos y sin sangre en las venas ven en la generación de sus padres un reflejo poco motivador”“ Sin embargo, como reflexiona el filósofo francés Gilles Lipovetsky, nada es más común cuando se habla del tercer milenio que evocar el hundimiento de la moral, la crisis de sentido y los valores, frente al nihilismo imperante. El valor del esfuerzo y la cultura del logro han pasado a mejor vida ante los cantos de sirena del hedonismo, la inmediatez y el carpe diem. El esfuerzo no está de moda.
Tampoco ha ayudado un sistema educativo que no aprieta las tuercas hasta llegado el bachillerato, algo tarde para aprender sobre el esfuerzo, o unas generaciones de padres y madres sobreprotectores que no han permitido que sus retoños sufrieran la más mínima frustración. Hemos pasado de un extremo al otro. Quisimos dejar atrás la obediencia al deber, el esfuerzo sacrificado por una amorosa pasividad; un laissez-faire consentido; una mal entendida benevolencia que ha debilitado los límites correspondientes. Tal vez ha llegado la hora del camino de en medio, el camino justo.
Valores en alza
A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad (Victor Hugo)
La reivindicación del esfuerzo está en boca de todo el mundo, en parte como consecuencia de la crisis. Los tiempos líquidos y vacíos de los que venimos necesitan encontrar refugio e inspiración en la responsabilidad moral de cada uno. Einstein ya proclamó que el esfuerzo por despertar dicha responsabilidad era la mejor contribución para la colectividad. Revalorizar el esfuerzo es cosa de todos.
No obstante, ¿qué modelo de esfuerzo se propone? Esos jóvenes tachados de insípidos, desconectados y sin sangre en las venas ven en la generación de sus padres un reflejo poco motivador: todo el día con la lengua fuera, estresados, con familias desestructuradas, entregados al consumo masivo y a las pastillas para poder dormir, mucha apariencia y límites indefinidos. ¿Es ese el ejemplo a seguir? ¿Lo son esos chicos excepcionales, que han logrado cimas mundiales en sus disciplinas con esfuerzo incuestionable? Si el espejo es la excepcionalidad y la alta competición, alimentamos una cultura dividida entre titanes y mortales frustrados.
‘Ni ni’, ‘Ni no’, Ni ná’
La indiferencia hace sabios, y la insensibilidad, monstruos (Diderot)
Un 15% de la población joven de este país pertenece a los conocidos como ni-ni (ni estudian ni trabajan). Es una cifra suficientemente alarmante para creer que sea un problema de cuatro vagos y bohemios o de algunos padres con flojera autoritaria. Estamos ante un fallo serio en el sistema de motivación. Tanto es así, que en muchas casas el peor de los castigos deja a muchos jóvenes igual de indiferentes. Hay padres que han renunciado a serlo. También existe un sistema, demasiado burocratizado, que estigmatiza muy pronto a los diferentes. El resultado final es lo que más duele: la insensible indiferencia.
Vamos a tener que hacer un esfuerzo todos juntos para recuperar dos valores esenciales: la compasión y la educación. Si seguimos cayendo en la indiferencia y aún más en la insensibilidad, estamos perdidos. Por eso cabe educar, ya desde pequeños, en el manejo de la incertidumbre, en la frustración, en el control de la impulsividad. Hay que recuperar la creatividad, la capacidad de hacer cosas divertidas con recursos sencillos, pero sobre todo juntos. El sentido de pertenencia es básico para nuestra construcción personal y social, por lo que duele observar lo desconectados que a veces vivimos de los demás. Falta más sentido de comunidad.
Cuando la conducta está motivada, hay esfuerzo. No es que falte capacidad para esforzarse, sino encontrar la pasión, como diría Ken Robinson, el elemento que motive nuestra acción. Hay muchos por revalorizar hoy día: el respeto, el civismo, la escucha, la libertad responsable, la transparencia y la autenticidad, la voluntad de servicio. El esfuerzo es solo la energía que estamos dispuestos a invertir y la orientación o meta seleccionada.
Del logro a la competencia
De la igualdad de habilidades surge la igualdad de esperanzas en el logro de nuestros fines (Thomas Hobbes)
Probablemente haya acuerdo en la necesidad de fortalecer la voluntad y la conducta motivada. Sabemos que nos motivan nuestros deseos y necesidades, básicamente poder (control e influencia), logro (orgullo) y filiación (pertenencia al grupo). La psicóloga Beatriz Valderrama ha creado una rueda de motivos, intrínsecos y extrínsecos, en los que también incluye autonomía, cooperación, hedonismo, seguridad, conservación, exploración y contribución.
Ante nuestros propósitos funcionamos de una manera curiosa: valoramos la expectativa sobre el logro, o sea, analizamos recursos y habilidades de las que disponemos y la probabilidad subjetiva de éxito. Manejamos una tríada (deseo o necesidad, valor y expectativa) con diferentes posibilidades. A mayor valor y expectativa de éxito, habrá conducta motivada. Al contrario, se evitará la acción. La clave se encuentra en la fuerza del deseo o de la necesidad y en la percepción de nuestra autoeficacia. Parece que manejamos mejor las metas que tienen un carácter específico, a corto plazo y que provocan un desafío asumible.
Hoy se suele hablar más de competencia que de logro. Los grandes motivadores actuales son aquellas metas orientadas hacia uno mismo (aprendizaje, competencia o mejora personal), así como las metas de resultado o rendimiento. Nos gusta ser competentes porque engloba más el desarrollo pleno de nuestro potencial, nuestro bienestar (emociones positivas, optimismo, autoestima). Por el contrario, las personas con sensación de competencia más baja, como ocurre con muchos de nuestros jovenzuelos, digieren peor los fracasos, caen fácilmente en el agobio y la desesperanza.
Lipovetsky, con el que empezamos, arroja un hilo de confianza: no estamos en el grado cero de los valores. Compartimos propósitos comunes y se mantiene el sentido de la indignación moral, el progreso del voluntariado y de las asociaciones, la lucha contra la corrupción, la adhesión de las masas a favor de la tolerancia, la reflexión bioética, los movimientos filantrópicos, las fuertes protestas que denuncian la violencia sufrida por los niños y los inmigrantes. Añadamos a esos propósitos compartidos la revalorización del esfuerzo, entendido como la voluntad de sostener una responsabilidad moral que favorezca nuestra existencia, la de los demás y la del medio en el que vivimos.

"SI TÚ PROBLEMA TIENE SOLUCIÓN, ¿para qué te preocupas? SI TÚ PROBLEMA NO TIENE SOLUCIÓN ¿para qué te preocupas?

Obtengamos de la voluntad la valentía
para emancipar-nos de la vileza del
consumo.
Sin la opresión del temor resplandecerá
la pureza del talento para instalar-nos
en la dulzura del silencio donde conviva
amor y progreso.
PREOCUPARSE U OCUPARSE
La palabra preocupar significa ocuparse antes o
anticipadamente de algo. Cuando nos preocupamos,
le damos vueltas y más vueltas en la cabeza a las
diferentes alternativas, sin apreciar ninguna solución
que nos satisfaga. Sentimos la amenaza, sopesamos los
riesgos, anticipamos las consecuencias más funestas,
pasamos noches en vela sin poder descansar o pensar en
otra cosa, pero somos incapaces de tomar decisiones, porque
no vemos opciones, ninguna de las posibilidades nos parecen
adecuadas. La preocupación nos mantiene encerrados en un
círculo vicioso. Cuando nos ocupamos de algo, tenemos
un plan de acción y la sensación de que hay una oportunidad,
una posibilidad de resolver la situación. La conversación
interna es totalmente diferente, nos permite descansar porque
sabemos que estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano
para lograr aquello que deseamos o para resolver una situación
dada.
La diferencia fundamental entre preocuparse y ocuparse está en el
estado de ánimo que se genera en cada caso. La preocupación
genera emociones asociadas a conversaciones de "no posibilidad",
que cuando se prolongan en el tiempo, acaban cristalizando
en un estdo de ánimo "preocupadizo" que se instala de forma
continua y en el que ya todo es causa de preocupación.
Sin embargo, cuando elegimos ocuparnos, las conversaciones
de posibilidad generan emociones mucho más positivas,
porque nos sentimso con la capacidad para resolver los problemas
de nuestro día a día.
La preocupación se asocia a lo que llamamos lenguaje victimista,
es decir, cuando entendemos que no tenemos capacidad
para resolverlo "esto no depende de mí, no hay nada que yo
pueda hacer, la culpa la tienen los demás, si no
hubiera hecho/dicho aquello, no me vería en esta
situación" Nos colocamos en el centro de la escena y atribuimos
la causa de nuestras doficultades a elementos externos o a terceras
personas. Cuando nos preocupamos, vivimos cualquier
situación de la vida como un problema. Sin embargo cuando nos
ocupamos la situación (aun no problema) puede ser
valorado como un reto, como una oportunidad. Puede
transformarse en una acción.
Lo valioso de esta distinción entre preocuparse y ocuparse
es que todos nosotros tenemos la capacidad de elegir
dónde queremos ubicarnos y de decidir qué queremos
hacer.