TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



LA DANZA DE LA VIDA




Nuestro sistema educativo hace que los creadores de nuevo conocimiento se focalicen en unos determinados puntos: las universidades y las empresas privadas. Esta situación da lugar a una geometría piramidal. Unos cuantos están capacitados para descubrir y otros se “benefician”, vemos que la creatividad focalizada termina estableciendo clases similares a las económicas.
Sólo algunas personas han logrado
mantener viva su creatividad... por
ello las admiramos, sin darnos cuenta
que nosotros nacimos también con ella
Esta situación es fruto del fenómeno que tan bien ha descrito Ken Robinson: “las escuelas matan la creatividad”. Hemos sido educados para beber el conocimiento de otros, dando lugar a una especie de “embriaguez” que nos hace olvidar que también nosotros nacimos creativos. Para sellar esto hay una frase muy en boga en esta época de crisis económica y repetida hasta la saciedad: “esto es lo que hay”. Cada vez que se pronuncia es como si un martillo golpease sobre la persona hundiéndola un poco más en la seca madera de su victimismo. Tenemos, pues, una geometría de dependencia. Esta forma es precisamente la que impide que podamos tener una democracia de mayor nivel: hay igualdad de derechos, pero al mismo tiempo hay personas con mayores recursos creativos que otras.
El motor para cambiar esta geometría es la educación. Para ello es necesario que los padres y los maestros nos reeduquemos y, así, consigamos recuperar nuestra creatividad. Con educadores creativos lograremos no matar la creatividad de nuestros niños y adolescentes. La geometría iría moviéndose de la pirámide a la red. Una red que permitiría que todos fuésemos a la vez creadores de conocimiento y trasmisores del mismo-tenemos ya un ejemplo en la técnica de funcionamiento de Internet. Yo resumiría esta idea en la frase: todos fuentes de creatividad y todos comunicadores en red.
Una geometría en red permite que todos
podamos brillar, que todos aportemos
la luz de nuestra creatividad
Las posibilidades de esta geometría permitirían un increíble nuevo territorio para la humanidad. Cada persona sería un científico en potencia que podría comunicar sus hallazgos y experiencias al resto de la humanidad a través de Internet. Los colegios serían no sólo centros de enseñanza, sino también de investigación y conocimiento, ¡auténticas universidades! De esta manera pasaríamos de explicar ciencia que otros han creado a despertar, mediante la práctica, el espíritu científico en nuestras escuelas.Todo esto puede parecer utópico, pero no lo es tanto cuando somos plenamente conscientes de que cualquier verdadero avance está fundamentado en la creatividad. Si en el sistema educativo todo el mundo despliega esa creatividad, alumnos, maestros y padres, no habrá límites a lo que se pueda conseguir.
Llevamos tantos milenios con la geometría piramidal que nos parece imposible imaginar otra. Pero la verdad es que cada vez hay más grupos de personas que viven en red su creatividad y la comparten. Mientras en los medios de comunicación masivos los “expertos” niegan que hayan posibilidades distintas a las ya establecidas, en cada vez más lugares del mundo, en pequeñas comunidades, se están ya probando y disfrutando nuevos modelos sociales y tecnologías a años luz de las que vemos en la televisión. Como muestra de este nuevo mundo en marcha os invito a ver la magnífica intervención de Gunter Pauli en el Congreso “Educación para la vida” celebrado en Mallorca. Sentaros entre los educadores y preparaos a quedar con la boca abierta ante los datos y pasión de este gran comunicador y empresario:



Si te ha sabido a poco puedes encontrar más información sobre el trabajo de Gunter en el siguiente link:

¿Qué pensaríais si os dijese que hay un arquitecto que lleva ya mucho tiempo diseñando edificios que se comportan como árboles…? Seguro que muchos “expertos” de los que salen en algunos coloquios televisivos y radiofónicos os dirían que esto es imposible. La realidad alcanzada siendo fieles a nuestros sueños no tiene límites, comprobarlo vosotros mismos:
Los Nuevos Paradigmas traen creencias
científicas que permiten la conexión con
la conciencia creadora del universo.
Desde esta mirada, todos podemos ser
científicos porque todos tenemos a nuestra
disposición un laboratorios si límites:
nuestro propio acceso a la conciencia
El fundamento científico para este gran cambio se encuentra en los Nuevos Paradigmas Científicos, que trascendiendo las corrientes mecanicistas y materialistas ponen como centro la conciencia. El cambio de paradigma implica una mirada holística del ser humano y del propio universo. Desde la perspectiva de la conciencia, todos estamos conectados, más allá de lo que nuestras mentes programadas ven, es más, todos estamos conectados con la conciencia creadora del propio universo. Es como si nuestra mente fuese un ordenador, que los nuevos paradigmas permiten conectar a la “red”. Desde esa conexión todos podemos bajar información, para que ésta tenga sentido en nuestras vidas y en la propia humanidad, necesitamos la conexión más importante: la de sentirnos unidos a nuestro corazón y nutridos por él. Esta unión nos asegura que el uso de la información se hace desde la sabiduría, garantizando que nuestras creaciones irán a favor de nuestra felicidad 

¿QUÉ HAY DETRÁS DE TU IMAGEN PÚBLICA?




COACHING PARA EL NARCISIMO Y LOS BORDERLINE.
"vivimos en un instante mágico
que se puede acabar en cualquir
momento"
Detrás de nuestra imagen fotográfica, frecuentemente, existe una personalidad críptica que nos acompaña por los avernos de nuestra existencia.
Así hay patrones de conducta que se desvían de las expectativas socio/culturales previstas en la oficialidad y que complementan la realidad social de manera significada.
Los narcisistas y los borderline (personalidad límite).
Los primeros son incapaces de amar y, para compensar ese vacio, buscan desesperadamente admiración. Los segundos, carentes de autoestima, terminan enganchados a relaciones que se encargan de dinamizar con sus ansiedades y cambios de humor.
Si los narcisistas "usan" a los demás como espejo que refleje su grandeza, los borderline los necesitan para conseguir lo que en el fondo desean: ser abandonados.
Podemos considerar que los cambios en la sociedad afectan a la psique del individuo, produciendo cada vez más una juventud obsesionada con el poder, la belleza y la riqueza (narcisistas), y también con las relaciones superficiales y las posesiones materiles (borderline).
Con el coaching, la misión, trata de liberar a los borderline de la nociva fantasía que les hace posponer su vida hasta que encuentren a alguien que cuide de ellos. Con los narcisistas, diferenciar a los extravertidos -arrogantes y soberbios- de los introvertidos -que se presentan como tímidos pero pronto destapan su necesidad de ser reconocidos como superiores.
Para los narcisistas el resto del mundo existe sólo para hacerles sentir bien. Te halagan y te manipulan para hacerte ver lo maravillosos que son, pero en cuanto consigan tu admiración, de dejarán.
Ambos , narcisistan y borderline, sufren pero
también hacen sufrir.

"DINERO: UN BUEN SIERVO, PERO UN MAL AMO




LA CADENA INVISIBLE DEL DINERO
Mantenemos con él una relación de amor-odio. Olvidarse de los prejuicios, conocer sus reglas y cómo funciona es necesario para saber utilizarlo y no caer en números rojos.
La relación de las personas con el dinero no suele ser buena, porque de pequeños aprendimos que es un tema del que no hay que hablar, o algo peor; la fuente de todo los males. De modo que lo que hicimos fue….¡ignorarlo! Pero, ya adultos, el dinero se hizo presente en casi cada acto de la vida y ahora no sabemos nada de cómo ganarlo, gastarlo, ahorrarlo, invertirlo…. Somos ignorantes financieros, y ahí empiezan los problemas. Cometemos errores de bulto, elementales, debido a esa mala educación, y reforzamos creencias sobre el dinero que, además de no ser verdad, arruinan a las personas.
Todos mantenemos una relación con el dinero, tengamos el que tengamos. Estamos hablando de cómo se siente una persona cuando piensa o habla de él. A unas personas les cae mal, y a otras, bien; y la mayoría tiene una relación de amor/odio, porque todo el mundo lo quiere, pero la mayoría está enfadada porque no tiene el suficiente. En cualquier caso, es necesario tener claros ciertos conceptos para evitar problemas.
Llevarse bien con el dinero es importante. Cuando una persona se enemista con alguien o simplemente está enfadada, la otra persona lo rehúye. Con el dinero ocurre igual. Si una persona declara: “El dinero no es importante para mí”, el resultado más frecuente suele ser números rojos en su cuenta bancaria.
Cuando las personas hablan mal del dinero, o se sienten mal cuando piensan en él, o critican a quienes lo tienen, se están negando la posibilidad de tenerlo algún día. El inconsciente toma nota y establece una protección de lo que se le presenta como un problema y, en consecuencia, lo rechaza. Y la persona empobrece poco a poco.
Tal vez es hora de hacer las paces con el dinero. No se trata de alimentar la codicia o la avaricia, sino de resolver un problema muy frecuente. El dinero tiene su importancia. es vital, por ejemplo, para sacar adelante a una familia. Y resulta que no hemos dedicado tiempo para aprender cómo funciona y cuáles son sus reglas.

¿AÚN ESTÁS EN LA CÁRCEL DE LA COSTUMBRE?




DIGNIDAD Y ÉTICA

Vivimos en un mundo de posibilidades
que podemos abrir
si nos liberamos de la costumbre.
***
Los modelos mentales
son aquellas opiniones, juicios,
creencias, patrones del
pensamiento hondamente
arraigados en nosotros.
Influyen en nuestra manera
de ver el mundo,
hace que observemos
selectivamente.
Condicionan nuestra
forma de actuar.
Están por debajo de
nuestras conversaciones.
Así con la emancipación
de nuestros antepasados,
pudo la palabra expresar
la mentira y la sabiduría.
Esto pudo conducirnos
a la rectitud del espíritu
evitando tanta y tanta
exclusión de humanos.
Ahora eres tú la
protagonista.
No duermas tu
potencial
de
sabiduría.
¡¡¡NUNCA ES TARDE!!!

¿DEBEN LOS POBRES ESFORZARSE?





Los pobres deben estar en el centro de una sociedad emancipada y solidaria como principio de su estructuración, organización y misión.
La civilización de la riqueza, ofrece desarrollo y felicidad, y los medios para conseguir ambas cosas.
Por lo que toca a lo primero, en última instancia, propone la acumulación privada del mayor capital posible por parte de los individuos, grupos, multinacionales, estados o grupos de estados, como la base fundamental del desarrollo.
Y por la que toca a lo segundo, propone "la acumulación poseedora, individual o familiar, de la mayor riqueza posible como base de la propia seguridad y de la posibilidad de un consumismo siempre creciente como base de la propia felicidad".
Ignacio Ellacuria




Intenta amar como si
nunca te hubieran herido.
Baila como si nadie
te estuviera viendo.
Trabaja como si no necesitases
el dinero.
No vayas, por tanto, mirando
fuera de ti.
Entra en tí mismo, porque la
verdad habita en el interior
del humano

• ¿Cómo identificamos el modelo mental que tenemos?

Este es uno de los temas claves en la definición de los modelos mentales ya que no solemos tener conciencia de nuestros MM o los efectos que generan en nuestros comportamientos y relaciones.
Si a una persona le preguntamos cual es su MM, probablemente le cueste encontrar la respuesta o simplemente no responda.
El lector de este artículo puede hacer la prueba de buscar responder a la pregunta de cuál es su modelo mental y procurar escribirlo. Probable y casi seguramente se encontrará sin poder definirlo claramente.
El aprendizaje oculto aquí es que,
el hecho de ignorar nuestro MM no nos libra de ninguna responsabilidad por nuestra manera de ser y comportamiento,
tanto positiva como negativamente.
Todos tenemos un modelo mental central que nos usa
y desde el cual nos relacionamos, conversamos y actuamos.
Un primer paso entonces, es comenzar a crecer
en nuestro nivel de conciencia acerca del MM
que nos usa y si vemos que no es lo que deseamos
o no nos brinda la posibilidad o el poder
(como capacidad de acción)
de llegar a los resultados que buscamos,
simplemente desafiarlo y cambiarlo.

¿CÓMO TE LIDERAS?




Mi jefe es demasiado diplomático

FRANCESC MIRALLES

Peor que un líder déspota y autoritario es el líder blando que quiere quedar bien con todo el mundo y no se enfrenta a los conflictos, lo que genera desánimo y frustración en su equipo.
Los que dirigen la actividad a la que dedicamos la mayor parte de nuestra vida despierta, el trabajo, influyen de manera decisiva en nuestra felicidad cotidiana. Un mal jefe condiciona de tal manera nuestro día a día, que puede ser causa de apatía, depresión o incluso de una baja laboral.

“Un empleado con un jefe blando debe hacer lo que su superior no hace: pedirle liderazgo y conseguir compromisos”

En el cliché del dirigente a temer se suele mostrar la personalidad autoritaria, que no atiende a razones y carga todas las culpas sobre sus subordinados. Sin embargo, ese no es el perfil más nocivo. Hay algo aún peor que tener un jefe exigente e inflexible: sufrir un líder blando que quiere contentar a todos y, por lo tanto, no toma decisiones ni es justo con sus empleados.
El diplomático resulta muy agradable al principio, pero cuando llegan los conflictos, su equipo queda indefenso debido a su falta de liderazgo. Detrás de su aparente moderación y timidez hay una persona que no se moja porque tiene miedo de equivocarse o de ganarse enemigos. Este perfil tan común en algunas empresas huye de los valores de la autoridad tradicional, pero a cambio ofrece más problemas que soluciones.
El líder clásico
“Los diplomáticos solo son útiles cuando hace buen tiempo. Cuando empieza a llover, se ahogan con cada gota”
(Charles de Gaulle)

Que hayamos superado el modelo de jefe déspota y jerárquico no significa que no debamos rescatar algunas de sus virtudes, ya que toda nave debe ser capitaneada si quiere llegar a puerto.
Según la recordada Mercè Sala, que dirigió Renfe y el metro de Barcelona, el líder clásico se caracteriza por la toma de decisiones y la resolución de problemas. Antepone las necesidades de la organización a las de los empleados y se apoya en determinadas reglas que hace cumplir a su equipo. En cierto modo, representa la autoridad patriarcal llevada al mundo de la empresa.
En el siglo XXI, en muchas organizaciones esta figura ha sido sustituida por el gestor sin carisma que hace su trabajo y rehúye los problemas. Muchos empleados se desesperan porque su jefe nunca se define e intenta quedar bien con todo el mundo, mientras se acumulan los problemas y las injusticias. Este líder blando puede acabar haciendo más daño que el líder duro y autoritario.
En su libro El encanto de Hamelín, Mercè Sala cuestiona así este tipo de liderazgo: “Cuando una organización está muy burocratizada existe la tendencia a no tomar decisiones por miedo a equivocarse. En esta clase de empresa ya no hay un líder que dirija, sino un administrador que sigue la normativa al pie de la letra y es incapaz de detectar los problemas. Por este motivo predomina la ineficacia. (...) Un líder de verdad debe tener el estómago fuerte; liderar no es un plato apto para aquellos que tienen miedo a equivocarse o a crearse enemigos; tampoco lo es para aquellos que necesitan pruebas definitivas antes de tomar una decisión”.
Los daños colaterales de esta clase de dirección son:
• Apatía de los empleados, que se sienten parte de una maquinaria gris donde todo funciona por inercia y cualquier propuesta caerá en saco roto.
• Frustración por la desidia de la empresa ante problemas que se podrían solucionar fácilmente y que se enquistan.
• Fricciones dentro del mismo equipo, que se ve obligado a autogestionarse, con lo que se imponen los caracteres más dominantes y, a menudo, tiránicos.
• Sentimiento de inutilidad y de pérdida de tiempo, lo que conduce a aplicar la ley del mínimo esfuerzo.

El líder blando
“Nunca se debe permitir que continúen los problemas para evitar un conflicto, puesto que no se evita, solo se retrasa por hacerse más grande” (Maquiavelo)

Las personas que trabajan en esta clase de entorno laboral se sienten desorientadas y sin motivación. Haciendo un símil con un equipo de fútbol, el entrenador blando sería aquel que no logra imponer una idea de juego, con lo que el equipo se arrastra por el campo a la espera de que un golpe de fortuna haga entrar la pelota. Quien no sabe “a qué juega” tampoco sabrá gestionar las diferencias entre los jugadores, con lo cual en el vestuario acaba mandando la mafia de los más fuertes. Resultado: fracaso asegurado para todos.
Sin recurrir al modelo autoritario, el liderazgo efectivo es el que ejerce el entrenador que dirige así a su equipo:
• Transmite unos objetivos comunes y un estilo claro que da identidad.
• Escucha a cada uno de los jugadores y se asegura de que entienden el funcionamiento del sistema. Aprovecha sus virtudes individuales para el juego colectivo.
• Actúa de juez ante cualquier conflicto que se desata en el grupo y procura que no salga del vestuario.
• Cuando uno de los jugadores es irrecuperable y lastra el rendimiento general, lo aparta para que no intoxique el tono general del equipo.
Pero si nos toca en suerte un líder blando tendremos que buscar cómo sobrevivir. El consultor especializado en recursos humanos Roberto Debayle sugiere lo siguiente ante el jefe que evita el conflicto a cualquier riesgo y no se moja: “Mi recomendación para un empleado con esta clase de jefe es que haga lo que su superior no hace: pedirle verbalmente el liderazgo que necesita y conseguir compromisos por escrito, si es una persona poco asertiva a la hora de dialogar”.
Si nos dirigimos a él o ella con tacto y nuestro discurso es razonable reaccionará con moderado agradecimiento, además de con cierta sorpresa. Dado que su principal preocupación es conservar el puesto, hará los movimientos necesarios para corregir los defectos de su gestión para poder proseguir su silencioso liderazgo.
Cinco jefes indeseables
“Es más temible un ejército de cien corderos guiado por un
león que un ejército de cien leones guiado por un cordero”
(Charles Maurice)

La consultoría Otto Walter realizó hace unos años una encuesta entre más de 750 profesionales de nuestro país para que calificaran a sus directivos. Entre los modelos de líder más criticados estaban los siguientes:
1. El irrespetuoso y prepotente. Tiene los peores vicios del jefe tradicional. Es aquel que humilla a sus empleados en público, se expresa a gritos y es vanidoso. Esta clase de dirigente consigue mantener el orden, pero no inspira ni motiva a sus subordinados.
2. El que no escucha. Bastante común. No se puede dialogar con él o ella porque solo se escucha a sí mismo. A menudo vive las aportaciones de su equipo como un peligro para su gestión.
3. El que es incapaz de apoyar a su equipo. Por miedo o por falta de personalidad, da la espalda a sus empleados cuando los debe defender ante un superior o un cliente. Esta actitud crea un gran sentimiento de desazón en la plantilla.
4. El que se cierra en su despacho. No le gusta relacionarse con los empleados y, cuando habla, parece que lo haga en otro idioma. Vive en un mundo de cifras o abstractos objetivos, lejos de la realidad de su equipo.
5. El que no sabe lo que quiere. Depredador terrible para el equilibrio psicológico de su gente, el líder que cambia constantemente de opinión o no da instrucciones claras arrastra a los suyos hacia una deriva que es peor que el “ordeno y mando”.
Entre estos modelos negativos, aunque el primero parece el menos dañino, no se adecua en absoluto a las necesidades de nuestros tiempos, en los que los equipos necesitan maniobrar con creatividad y autonomía ante los cambios.
Pedro Padilla, que ha dirigido la corporación Televisión Azteca, hace al respecto la siguiente reflexión: “Más que duro o blando con sus empleados, deberíamos hablar del líder justo o injusto. No sirve de nada un líder blando, pero injusto; a la mayoría de los empleados no les importa que su líder sea duro, siempre que proceda con justicia y dé a cada uno lo que le corresponde”.
Tal vez ahí esté la clave: actuar con justicia y reconocer los méritos de los demás puede bastar para, una vez fijado el objetivo común, volar todos en la misma dirección.
Esa es una lección que no solo deberían aplicarse los jefes y jefas con asalariados. También los padres deben ejercer una autoridad motivadora e inteligente con sus hijos, por no hablar del difícil ejercicio de gobernarse cada uno. A la hora de ser justos y de detectar los problemas hay que empezar por uno mismo.


¿Sumisos o combativos?
“Padres, maestros y hombres de negocios han conspirado inconscientemente para producir un país de tímidos. En la infancia muchos padres censuran a los hijos que se atreven a defender sus derechos. Los maestros premian a los estudiantes que no discuten el sistema educativo y tratan con dureza a los que lo cuestionan. Todo empleado aprende, al empezar su carrera, que si protesta no es probable que reciba un aumento o un ascenso. Después, esta actitud se extiende a la vida familiar y social”. Herbert Fensterheim, No diga sí cuando quiera decir no. 

¿TENER O SER?



Estamos acostumbrados -por la educación que hemos recibido-
a existir para TENER y no a vivir para SER.
El capitalismo nos da "consumibles"
y nos priva del crecimiento y
reconocimiento de nuestro SER.
¡¡¡piénsalo!!!

Para alcanzar conciencia de la emancipación
podemos pasar cuatro etapas
o estadios de conocimiento:


Inconcientemente incapaces
(ignaramos que las cosas existen y no actuamos)
Concientemenete incapaces
(sabemos que las cosas existen pero no sabemos como actuar)
Concientemente capaces
(sabemos que las cosas existen y sabemos actuar con ellas)
Incoscientemente capaces
(sabemos que las cosas existen y actuamos ya automáticamente)


Para transitar por estas etapas de tu evolución
el coaching puede acompañerte.
¡¡¡no camines siempre sola!!!

¿SÓLO TE VAS A FIAR DE LOS APEGOS?




La sombra no existe:
lo que tú llamas
sombra
es la luz que no ves.
Nuestras reflexiones no podrán
suponer que los cambios que estamos sufriendo
y el tipo de sociedad a la que hemos ido a parar
sea la consecuencia de una decadencia.
Quien parte de ese supuesto
lo hace desde un juicio previo que es un prejuicio.
Quien parte de un prejuicio
no tiene ninguna posibilidad de comprender.
Quien no acepta, no comprende.
Partimos de la hipótesis de que la cultura
de un grupo equivale a un programa
que incluye un sistema de comprensión
y valoración de la realidad,
un sistema de actuación
en el medio
y un sistema de relación social.
Por conseguiente,
ha de haber una estrecha relación
entre el modo de vida de los grupos
y su sistema cultural.

EL AMOR BENEFICIA MÁS AL QUE AMA QUE AL QUE ES AMADO.




El egoísmo es necesario. Sin embargo, saber diferenciar entre sus distintas formas es clave para disfrutar de las relaciones con los demás.

Tacharnos de egoístas es una de las peores etiquetas que nos puedan poner. En general lo asociamos con ser mezquino, ruin e incluso mala persona. Curiosamente –por no decir imposible- encontrar un ser humano que no lo sea. De hecho, cada vez que señalamos el egoísmo de otro lo hacemos porque se ha comportado de manera que no nos beneficia o directamente nos perjudica. Así, tildamos de egoístas a todos los que `piensan más en sus necesidades que en las nuestras.
La palabra egoísmo procede del latín ego, que significa YO. Lo cierto es que ser egoísta no es bueno ni malo; es necesario. Necesitamos pensar en nosotros mismos para sobrevivir física y emocionalmente. Por  más que nos cueste reconocerlo, todo lo que hacemos es por nosotros mismos.
Al analizar en profundidad las motivaciones que residen detrás de nuestras
decisiones y conductas, siempre encontramos una ganancia, por pequeña que sea, que justifica que las hayamos llevado a cabo. Ahora bien, en función de cuál sea nuestro nivel de consciencia, nuestro grado de comprensión y nuestro estado de ánimo, este egoísmo puede vivirse de tres formas muy diferentes.
El primer tipo se denomina egoísmo egocéntrico, aquel que orienta nuestro comportamiento a saciar únicamente el interés propio. Cegados por nuestros deseos, aspiraciones y expectativas, vamos por la vida sin tener en cuenta la repercusión de nuestras palabras y actos sobre los demás. Paradójicamente, al esperar que el mundo gire alrededor de nuestro
ombligo, nuestra existencia suele estar marcada por la lucha, el conflicto y el sufrimiento.
Tiranizados por este egocentrismo, nos empachamos tanto de nosotros mismos que somos incapaces de empatizar con las personas con las que interactuamos. El ego ocupa tanto espacio que apenas dejamos sitio para los demás. El egoísmo egocéntrico se nutre de nuestra sombra o lado oscuro, esto es, carencias, frustraciones y miedos. Estas son las armas con las que guerreamos contra nosotros mismos y, por ende, contra los demás.
Este egoísmo egocéntrico es la raíz desde la que vamos construyendo una personalidad victimista y reactiva, quejándonos y culpando siempre a algo o a alguien cada vez que las cosas no salen como uno esperaba. Y pone de manifiesto una permanente sensación de vacío e insatisfacción que nos lleva a buscar de forma obsesiva fuentes de evasión y narcotización. Irónicamente, cuando más egocéntrica es nuestra visión del mundo, más tachamos de egoístas a los demás.
Desde el mismo día de nuestro nacimiento, cada uno ha ido perdiendo el contacto con su esencia, también  conocida como ser o yo verdadero. La esencia es el lugar en el que residen la felicidad, la paz interior y el amor, tres cualidades de nuestra auténtica naturaleza, las cuales no tienen ninguna causa externa, tan solo la conexión profunda con lo que verdaderamente somos. En la esencia también se encuentra nuestra vocación, nuestro talento y, en definitiva, el inmenso potencial que todos podemos desplegar al servicio de una vida útil, creativa y con sentido.
Eso sí, para reconectar nuestro bienestar perdido necesitamos cultivar el denominado egoísmo consciente. Es decir, aquel que nos permite resolver los conflictos internos por medio del autoconocimiento. Para llevar un estilo de vida saludable es importante dedicar algo de tiempo cada día para darnos lo que necesitamos y preservar así el equilibrio emocional. ¿Cómo podemos estar bien con otras personas si no sabemos estar a gusto con nosotros mismos?
En este punto es cuando sentimos la necesidad de decir no a los demás. Y es que, a menos que aprendamos a ser felices cada uno por su cuenta, difícilmente podremos ser cómplices de la felicidad de la gente que forma parte de nuestro entorno familiar, social y laboral. Por medio de este egoísmo consciente sanamos nuestra autoestima y fortalecemos la confianza en nosotros mismos.
El egoísmo consciente es el puente que nos permite evolucionar del egoísmo egocéntrico al egoísmo altruista. Este deviene de forma natural cuando reconectamos con nuestra esencia. Entonces uno dispone de todo lo que necesita para sentirse completo, lleno y pleno por sí mismo. Sabemos que estamos en contacta con nuestro yo verdadero cuando, independientemente de cómo sean las circunstancias externas, a nivel interno sentimos que todo está bien y que no nos falta de nada.
También estamos en contacto con nuestra esencia cuando podemos elegir nuestros pensamientos, actitudes y comportamientos, cosechando resultados emocionales satisfactorios de forma voluntaria. Cuando dejamos de perturbarnos, haciendo interpretaciones de la realidad muchos más sabias, neutras y objetivas. Al conseguir ver el aprendizaje de todo cuanto sucede. Cuando experimentamos una profunda alegría y gratitud por estar vivos. Cuando confiamos en nosotros mismos y en la vida.
Por medio de la habilidad para aprender y evolucionar, los seres humanos tenemos la capacidad de poner nuestro interés al servicio del bien común de la sociedad. Es decir,  hacer un bien al mundo y que, como resultado, eso nos haga bien, algo que puede ser tanto emocional como una recompensa económica. Este egoísmo altruista consiste en hacer algo que nos gusta hacer y que además reporta beneficios para otras personas. El altruismo no es un acto moral. No lo hacemos porque tengamos que hacerlo. Y no tiene nada que ver con la caridad. Tampoco lo hacemos para ser buenas personas. Somos altruistas simplemente porque hacer algo es bueno y nos hace sentir bien. Nos genera bienestar. Por todo ello, demonizar el egoísmo nos impide hacer un adecuado uso de él.. Saber diferenciar entre estos tres tipos de egoísmo es clave para disfrutar más plenamente de nuestras relaciones

¿SI TE QUEDAS QUIETA, ESTÁS PARADA?





Tú me has seducido,
EMANCIPACIÓN,
y yo me he dejado seducir.

¿Qué somos LUZ o REFLEJO?
Humildad:
La humildad es una cualidad o característica humana que es atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia o a
Dios según si se habla en términos teológicos. Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros. El concepto de la humildad en varias confesiones es a menudo mucho más exacto y extenso. La humildad no debe ser confundida con la humillación, que es el acto de hacer experimentar en algún otro o en uno mismo una avergonzante sensación, y que es algo totalmente diferente.Desde la perspectiva de la evolución espiritual, la humildad es una virtud de realismo, pues consiste en ser conscientes de nuestras limitaciones e insuficiencias y en actuar de acuerdo con tal conciencia. Más exactamente, la humildad es la sabiduría de lo que somos. Es decir, es la sabiduría de aceptar nuestro nivel real evolutivo.La humildad en las personas es toda aquella cualidad que revela el completo concepto de lo que es el ser humano, es la verdadera virtud que muestra en un más completo sentido lo que convierte a una persona en humano.
Los grados de la humildad:
1 conocerse, 2 aceptarse, 3 olvido de si, 4 darse.
1 -Conocerse: conocer la verdad de uno mismo.Ya los griegos antiguos ponían como una gran meta el aforismo: "Conócete a ti mismo". La Biblia dice a este respecto que es necesaria la humildad para ser sabios: Donde hay humildad hay sabiduría . Sin humildad no hay conocimiento de sí mismo y, por tanto, falta la sabiduría.
2 -Aceptarse: Una vez se ha conseguido un conocimiento propio más o menos profundo viene el segundo escalón de la humildad: aceptar la propia realidad. Resulta difícil porque la soberbia se rebela cuando la realidad es fea o defectuosa. Aceptarse no es lo mismo que resignarse. Si se acepta con humildad un defecto, error, limitación, se sabe contra qué luchar y se hace posible la victoria. Ya no se camina a ciegas sino que se conoce al enemigo. Pero si no se acepta la realidad, ocurre como en el caso del enfermo que no quiere reconocer su enfermedad: no podrá curarse. Pero si se sabe que hay cura, se puede cooperar con los médicos para mejorar. Hay defectos que podemos superar y hay límites naturales que debemos saber aceptar.Vive según tu conciencia o acabarás pensando como vives. Es decir, si tu vida no es fiel a tu propia conciencia, acabarás cegando tu conciencia con teorías justificadoras.
3 -Olvido de sí. El orgullo y la soberbia llevan a que el pensamiento y la imaginación giren en torno al propio yo. Muy pocos llegan a este nivel. La mayoría de la gente vive pensando en si mismo, "dándole vuelta" a sus problemas. El pensar demasiado en uno mismo es compatible con saberse poca cosa, ya que el problema consiste en que se encuentra un cierto gusto incluso en la lamentación de los propios problemas. Parece imposible pero se puede dar un goce en estar tristes, pero no es por la tristeza misma sino por pensar en sí mismo, en llamar la atención. El olvido de sí no es lo mismo que indiferencia ante los problemas. Se trata más bien de superar el pensar demasiado en uno mismo. En la medida en que se consigue el olvido de sí, se consigue también la paz y alegría. Es lógico que sea así, pues la mayoría de las preocupaciones provienen de conceder demasiada importancia a los problemas, tanto cuando son reales como cuando son imaginarios. El que consigue el olvido de sí está en el polo opuesto del egoísta, que continuamente esta pendiente de lo que le gusta o le disgusta. Se puede decir que ha conseguido un grado aceptable de humildad. El olvido de sí conduce a un santo abandono que consiste en una despreocupación responsable. Las cosas que ocurren -tristes o alegres- ya no preocupan, solo ocupan.
4 -Darse. Este es el grado más alto de la humildad, porque más que superar cosas malas se trata de vivir la caridad, es decir, vivir de amor. Si se han ido subiendo los escalones anteriores, ha mejorado el conocimiento propio, la aceptación de la realidad y la superación del yo como eje de todos los pensamientos e imaginaciones. Si se mata el egoísmo se puede vivir el amor, porque o el amor mata al egoísmo o el egoísmo mata al amor.Una persona humilde al librarse de las alucinaciones de la soberbia ya es capaz de querer a los demás por sí mismos, y no sólo por el provecho que pueda extraer del trato con ellos.Cuando la humildad llega al nivel de darse se experimenta más alegría que cuando se busca el placer egoístamente. La persona generosa experimenta una felicidad interior desconocida para el egoísta y el orgulloso. 

¿AYUDAN LAS CREENCIAS?





¿PROBLEMA O INCONVENIENTE?

El intelecto en su sentido más
comúny tradicional
se considera
como la facultad de pensar,
el cómo y el dónde
se produce el pensamiento
como capacidad de
leer el interior de la
realidad de las cosas,
y por tanto,
de comprenderlos
mediante conceptos
adecuados a la
realidad de ellas.

Padre nuestro, que estás en el cielo,
Pater noster, qui es in caelis,santificado sea tu Nombre;
sanctificetur nomen tuum.venga a nosotros tu reino;
Adveniat regnum tuum.(Vulgata: Veniat regnum tuum

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Fiat voluntas tua, sicut in caelo, et in terra.Danos hoy nuestro pan de cada día;
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie,(Vulgata: Panem nostrum supersubstantialem da nobis hodie

perdona nuestras ofensas
et dimitte nobis debita nostra
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.(Vulgata: sicut et nos dimisimus debitoribus nostris)

no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo.Tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre Señor. Amen
Quia tuum est regnum, et potéstas, et glória in sæcula (sæculorum). Amen
Entonces ¿cómo se han construidos tus creencias?
¿Entiendes como algo necesario analizar su procedencia?
pero especialmente
¿hacía donde te conduce conservarlas?

PONERSE EN LOS ZAPATOS DEL "OTRO" NOS AYUDARÁ




“La empatía representa la habilidad sensitiva de una persona para ver el mundo a través de la perspectiva del otro”

(Sebastià Serrano)

Muchas veces he visto definida la empatía como “la capacidad de sentir lo que el otro siente”. Esta no es ciertamente la empatía que buscamos cuando nos enfrentamos a los problemas de los demás, porque el contagio del sentimiento –un hecho científicamente demostrado y que ocurre espontáneamente si no ponemos ciertas barreras– nos incapacitará para la ayuda. Sugiero una definición alternativa, que consiste en considerar la empatía como la capacidad de captar lo que el otro siente, y añado una coletilla fundamental: y de comunicarle que lo capto. Esta es la forma que tenemos de no resultar fríos y asépticos, y sin embargo no cargar con el peso emocional de los problemas ajenos.
Para desarrollar esta empatía son fundamentales dos cosas: en primer lugar, ser capaces de captar el estado emocional de los otros. Lo lograremos escuchando lo que nos dicen, pero sobre todo prestando atención a cómo nos lo cuentan. Para captar los sentimientos, el tono de la voz y las expresiones en lenguaje no verbal (la mirada, los gestos, la posición del cuerpo…) son más importantes que todo lo que la persona a la que escuchamos nos pueda decir. Debemos escuchar con los ojos.
Y en segundo lugar, hemos de ser capaces de comunicar al otro que captamos su sentimiento. Será la forma en que notará nuestra proximidad y se sentirá comprendido. Será también la forma en que saldremos de la frialdad que podría suponer no implicarnos en su problema.
Separando el pensar y el sentir. Tenemos muchas formas de hacerlo, algunas más explícitas que otras, pero lo fundamental será el modo en que interactuemos. La mejor forma de demostrarle que captamos su estado emocional será comunicarnos con él utilizando las palabras, el tono y los gestos adecuados a la situación que nos esté describiendo y a las emociones que esté sintiendo.
La empatía es enemiga de los juicios. No se basa en la razón, sino en la emoción. La vía de la empatía no contempla jamás la crítica, y precisa de la completa aceptación del otro en el momento psicológico en que se encuentre, sin prejuicio alguno, y dejando de lado nuestra opinión.
Hay quien construye verdaderas tesis escuchando a los demás. Quien busca constantemente las contradicciones y disfruta “pillando en falso” al otro. Y quien aprovecha la ocasión para aleccionar a los demás haciendo gala de principios éticos y comportamientos ejemplares. Todo ello está muy lejos de la escucha empática.
A través de la empatía no emitimos ninguna opinión. Nos limitamos a expresar al otro que captamos su sentimiento en toda su intensidad.
Cazadores al acecho. Hay gente que va por la vida con un gran gancho, mirando cómo engancharnos a la mínima. Quieren que nos impliquemos en sus problemas, en sus emociones, quieren que sintamos lo que sienten, que lo vivamos con ellos. Que les demos la razón y la aprobación de sus conductas. Si caemos en ello, estaremos siempre enganchados. Acudirán a nosotros sin tregua, generándose relaciones de dependencia. Seremos víctimas de una relación tóxica, que a nosotros nos resultará agotadora y a los demás los perpetuará en su falta de crecimiento.
Si les queremos ayudar de verdad, debemos abstenernos de caer en sus garras. Debemos evitar la implicación emocional y guardarnos muy mucho de darles sistemáticamente la razón. Lo que más les ayudará –aunque ellos busquen desesperadamente nuestra implicación– es que estemos emocionalmente a su lado, escuchándolos y comprendiéndolos, pero sin manifestar nuestra opinión.
Cuando nosotros necesitamos ayuda. Muchas veces seremos nosotros los que buscaremos a alguien a quien contar nuestros problemas. Cuando lo hagamos, no busquemos a quien resuelva o a quien sufra con nosotros el conflicto. Busquemos a quien nos pueda hacer de espejo, reflejándonos fielmente lo que sentimos. Quien nos deje expresarnos sin restricciones, ayudándonos así a que encontremos nosotros mismos las soluciones. Si no, los conflictos no nos ayudarán a crecer.

¿PROBLEMA O INCONVENIENTE?




¿Distancia o implicación emocional?
FERRÁN RAMON


Cuando nos cuentan un problema, a menudo nos debatimos entre mantenernos a cierta distancia o implicarnos emocionalmente. Lo apropiado es el término medio: la empatía.
Hace unos años, mi padre tuvo una grave enfermedad de corazón. La operación fue bien, pero una complicación pulmonar lo mantuvo durante más de un mes sedado en la UCI debatiéndose entre la vida y la muerte. Durante aquel largo mes, fuimos a visitarlo y a recibir el parte médico a diario.

“Si nos contagiamos del estado de ánimo de los otros, dejamos de ver objetivamente las cosas y perdemos la capacidad de ayudarles”
“Es fundamental captar el estado emocional de los demás atendiendo a lo que nos dicen y especialmente a cómo nos lo cuentan”

Acudíamos al hospital con el corazón encogido y nos desesperábamos ante la frialdad del médico que, con explicaciones llenas de tecnicismos unas veces, o con la ausencia total de explicaciones otras, no nos daba ningún mensaje que nos reconfortara.
Lo comenté con una amiga que trabaja en un gran hospital, y me dio una explicación que tenía todo el sentido. “Se trata de una UCI posquirúrgica”, me dijo. “La mitad de los pacientes fallecen. Imagínate si los médicos se implicaran emocionalmente en cada caso. No podrían hacer su trabajo…”.
Tenía razón y lo acepté. Pero reconozco que aquella explicación no me solucionó nada. Yo seguía sintiéndome fatal ante la aséptica comunicación de un médico al que sabía un excelente profesional, pero muy lejano de nosotros.
Compartía a menudo mi desesperación con mis amigos, hasta que uno de ellos me dio la clave: “Es cierto que el médico no se puede implicar”, me confirmó. “Pero entre la implicación emocional y la distancia hay un camino intermedio: la empatía. Consiste en que él capte tu angustia y sea capaz de comunicarte que la percibe sin hacerla suya”.
“¿Cómo?”, pregunté. “Modulando su comunicación acorde con tu angustia”.
No tuve nunca el valor de pedírselo al médico. La suerte es que el cirujano jefe, al que podíamos ver semanalmente, sí lo entendía así, y sí se comunicó con nosotros haciéndose eco de nuestra angustia.
Cuando nos cuentan un problema, especialmente si lo hace un familiar o alguien muy cercano, es habitual que nos impliquemos emocionalmente. De hecho es lo que muchas veces se espera de nosotros. Sin embargo, implicarse emocionalmente en los conflictos de los demás no es bueno. En primer lugar, porque nos contagiamos de su estado de ánimo, con lo que, presos de las emociones, dejamos de ver objetivamente las cosas y perdemos la capacidad de ayudarles. Y en segundo lugar, porque si lo hacemos por sistema, acabaremos sufriendo un desgaste emocional que tendrá sus consecuencias en nuestra salud y en nuestro ánimo.
La implicación emocional en los problemas de los demás no es una buena manera de ayudarles. Sin embargo, mantener la distancia tampoco es la solución. Distanciarse de un conflicto que nos cuenta alguien nos convierte en personas frías, desinteresadas por los demás. Aunque sin duda es una actitud que nos protege emocionalmente, no ayuda en absoluto en la relación personal.
Hay una tercera vía: la empatía. Es una respuesta que conecta emocionalmente con el otro, sin que haya por nuestra parte un desgaste emocional, y sin que altere nuestra percepción o peligre nuestra objetividad.

¿SOMOS NIÑOS CAMINO DE LA EMANCIPACIÓN?




Los Tres Tipos de Hombre

By Reimar Schultze

""Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de LA EMANCIPACIÓN, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (I Cor. 2:14).
"En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie" (I Cor. 2:15).
"De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en la camino de la emancipación" (I Cor. 3:1).
En este pasaje Pable divide al hombre en tres categorías. Estas categorías definen la forma en que todo hombre será juzgado. No importa la organización religiosa, o Bautista o Adventista nuestro destino eterno depende de la categoría en la cual nos encontramos.
Examinemos en más detalle las tres categorías: el hombre natural, el hombre carnal, y el hombre espiritual.
El Hombre Natural
"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu , porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente."
El hombre natural vive de acuerdo con lo natural. Su intelecto y sus emociones lo gobiernan. Nunca ha nacido de nuevo – es inconverso. El hombre natural no está despierto a las cosas espirituales. No puede entender lo espiritual porque no es racional. La palabra de LA EMANCIPACIÓN, sus promesas, su gracia y la fe son cosas incomprensibles para el hombre natural. El mundo del hombre natural es limitado por su entendimiento finito y sus sentimientos. El hombre natural no puede entrar en el reino de LA EMANCIPACIÓN porque En Él no hay lugar para lo racional. Jesús dijo, "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3).
El Hombre Carnal
"De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en EVOLUCIÓN."
Por todo el Nuevo Testamento hay ejemplos de la diferencia entre el hombre carnal y el hombre espiritual. Estos dos tipos de hombres son extremamente diferente pero tiene una cosa en común. Los dos son nacidos del Espíritu. La frase "cristiano carnal" fue usada por primera vez en I Corintios 3:1 cuando Pablo habla a los cristianos en Corinto. Pablo les dijo, "...no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo."
Lo primero que aprendemos de este pasaje es que el cristiano carnal es como niño. El cristiano carnal es uno que ha nacido de Dios pero vive fuera del reino de Dios. No crece espiritualmente, no madura y no se puede cuidar. El problema es que el cristiano carnal debe de haber ya pasado por esta etapa de su vida espiritual. Es como un niño de la edad de diez años que todavía no puede escribir ni leer. Debemos preocuparnos por los niños cristianos que todavía son carnales.
Cuando nacemos, todos somos carnales y cuando nacemos de nuevo esta carnalidad persiste. El problema con los cristianos corintios fue que despues do varios años todavía eran carnales. Pablo expresó esto cuando dijo "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5:19-21).
De manera que la carnalidad del hombre no es removida por medio de la conversión, debe ser removida por medio de la obra de santificación. Por esto Pablo dice, "pues la voluntad de Dios es vuestra santificación" (I Tesa 4:3). A pesar de todas las frutas del espíritu que poseían, los cristianos corintios no habían sido santificados. La causa de todos lo problemas en la iglesia corintia fue la carnalidad.
Libertad de la carnalidad viene solo por medio de la cruz. La experiencia de la conversión ocurre en un instante, pero la santificación es un proceso continuo. Debemos procurar ser obedientes y negarnos a nosotros mismos diariamente para ser seguidores verdaderos de Jesús.
El Hombre Espiritual
"En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie."
El hombre espiritual crucifica continuamente los deseos de la carne. La carnalidad nunca perseguirá a Jesús, pero cuando negamos a nuestros deseos carnales llegamos a la mente de Cristo.
Las características dominantes del hombre espiritual son 1) el entendimiento de los deseos de Cristo, 2) las frutas del Espíritu y 3) la dirección del Espíritu.
Los Deseos de Cristo. El cristiano carnal pone su enfoque en la experiencia de su conversión, pero el cristiano espiritual es consumido por Cristo mismo. El hombre espiritual ha sido transformado y piensa como Cristo piensa. Actúa y reacciona de una forma agradable al Señor. Todo lo que hace es precedido por sus deseo de agradar a Cristo.
Los Frutos del Espíritu. "Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza" (Gal 5:22). Es importante distinguir entre los frutos del Espíritu y las obras del Espíritu. Las obras del Espíritu son para la edificación de la iglesia, pero los frutos del Espíritu son el resultado de la morada del Espíritu dentro de nosotros.
La Dirección del Espíritu. "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios" (Rom 8:14). El hombre espiritual es dirigido por el Espíritu. El aprender a seguir al Espíritu es un proceso también. Mientras aprendemos a seguir a Jesús, aprendemos también a sentir la dirección del Espíritu. Jesús dijo, "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" (Juan 10:27). Para seguir necesitamos escuchar y no podemos escuchar si no hemos crucificado a nuestra vida carnal.
¿Qué tipo de hombre eres tu? ¿El carnal? ¿El natural o el espiritual? ¿En cual categoría te presentarás ante el trono de la Emancipación?