TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



TEXTOS PARA EL ALMA 254



Analizando los ciclos humanos sobre la curiosidad me ha trasportado encuentro del bueno de JEAN PIAGET quien notó que la capacidad cognitiva y la inteligencia se encuentran estrechamente ligadas al medio social y físico. Así considera que los dos procesos que caracterizan a la evolución y adaptación del psiquismo humano son los de la ASIMILACION Y ACOMODACION. Ambas don capacidades innatas que por factores genéticos se van desplegando ante determinados estímulos en muy determinadas etapas o estadios del desarrollo, en muy precisos periodos etéreos es decir en determinadas edades sucesivas.
ASIMILACION. Consiste en la interiorización de un objeto o un evento a una estructura de comportamiento y cognitiva preestablecida. Ej. Un bebe que aferra un objeto nuevo y lo lleva a su boca.
ACOMODACION. Consiste en la modificación de la estructura cognitiva o del esquema de comportamiento para acoger nuevos objetos y eventos que hasta el momento eran desconocidos para el humano. Ej. Si el niño es difícil de aferrar él bebe deberá modificar los modos de aprehensión.
Piaget complementa las aportaciones de FREUD Y JUNG en el campo del Psicoanálisis.


"EL MIEDO ES LA EXCUSA PARA NO INTENTARLO"


El cansancio mental

La mente fatigada provoca dispersión, falta de atención y de claridad. En la situación contraria, es capaz de ver lo extraordinario en lo aparentemente corriente.

Gracias a nuestra poderosa mente pensamos, soñamos, ideamos, proyectamos, asociamos ideas, diseñamos, planificamos, generamos expectativas, imaginamos y recordamos. El pensamiento puede ser beneficioso o nocivo, positivo o negativo, necesario o inútil, insípido o creativo, elevado y sublime o destructor y desgarrador. Muchos pensamientos son innecesarios. Algunos surgen como tormentas que nos azotan. Si no gestionamos bien toda la actividad de nuestra mente, el cansancio mental se convierte en nuestro compañero inseparable.
Es una fatiga que provoca dispersión, pereza, falta de atención y de claridad; además, disminuye nuestra capacidad resolutiva. En cambio, cuando se está inspirado y motivado, la mente nos revitaliza y genera pensamientos creativos que suscitan energía y fuerza. En un estado creativo, los pensamientos son prácticos, poéticos y manifiestan belleza. La mente está abierta y puede ver lo extraordinario en lo aparentemente corriente.

Las preguntas relevantes son como escobas que barren la mente y crean un espacio limpio”
Desafortunadamente, este estado mental no suele durar mucho. Más bien nos sumergimos en una actividad mental estéril y agotadora. Cada individuo genera unos 50.000 pensamientos al día, muchos de los cuales son repetitivos y mecánicos. Otras veces se da vueltas una y otra vez sobre cosas que no se pueden cambiar. Son pensamientos que suelen referirse al pasado. No llevan a ninguna parte y agotan.
Cuando se vive en un tren de pensamientos innecesarios y debilitantes, viene bien plantearse algunas preguntas que ayuden a desactivar ese mecanismo repetitivo y lleven a una reflexión más productiva y estimulante. Por ejemplo, ¿cuál es la intención que le mueve a pensar lo que está pensando? El primer paso es encontrar el propósito, porque permite darse cuenta de lo inútil de ese pensamiento y cambiar el rumbo.
Otra práctica aconsejable es intentar no utilizar demasiado los tiempos verbales condicionales, ya sean en pasado o en futuro. Por ejemplo: “Si hubiera estado ahí en esos momentos, no habría sucedido esa desgracia”. “Si hubiera tenido esa información a tiempo, habría ganado ese caso”. Cuando tenga el título seré más respetado por mis superiores”. “Cuando él cambie estaré mejor”. Como el pasado pasó y el futuro aún tiene que venir, este tipo de juicios no son útiles, debilitan y agotan. Es tan importante aprender a transformar como a no crear estos pensamientos sobre asuntos que no podemos cambiar o que no depende de nosotros que cambien. Así se estará más concentrado y se tendrá mayor claridad para tomar las decisiones adecuadas.

Cuando la mente está libre de todo conflicto, existe una energía creativa que surge libre de condicionamientos”
No se trata de dejar la mente en blanco, sino de generar pensamientos positivos, creativos, inspiradores, beneficiosos. Así se logra un espacio mental fértil. Deliberar en positivo no es negar la realidad, sino ser capaz de ver los problemas y tener la creatividad mental para aportar soluciones sin obsesionarse ni ofuscarse. Las reflexiones positivas fortalecen y revitalizan la mente. Suelen ser cavilaciones que se basan en valores y en apreciar y agradecer lo que se es y lo que se tiene. Una mente agradecida es una mente descansada.
Otro aspecto que agota es nuestra extraordinaria capacidad de planificar: reuniones, encuentros, acciones, lugares, horarios… Cuando las cosas se suceden una tras otra según los planes, uno está más tranquilo que cuando los imprevistos tergiversan los planes. Si se aferra a su plan, deja de escuchar las señales que el momento o las personas le están dando, y quiere que la realidad se amolde a sus ideas y no al revés. Al forzar nos cansamos. A veces es nuestro cuerpo el que nos pide descanso, pero como el plan era otro, nos forzamos a cumplirlo.
En una sesión de coaching, una mujer explicaba cómo se obligaba a realizar los planes que se había marcado y los compromisos que había adquirido, forzándose a cumplir los horarios impuestos por otras personas importantes para ella. Aunque sintiera que debía parar, su mente le hacía seguir. Sin parar, ni respirar con consciencia ni escuchar. Estaba agotada mentalmente. A veces hemos planificado algo, pero cuando llega la hora sentimos que no es el momento o no es el nuestro. Es importante detenerse unos minutos para replantear la situación. Ese rato da un espacio mental para abrir un paréntesis, ver y decidir con mayor claridad.

A veces el cansancio mental surge de las luchas internas entre lo que nos gustaría que fuera y lo que es, entre si decir o callar, si salir o quedarse, entre las decisiones que se toman y lo que en realidad se hace. Debemos incorporar prácticas para comprender de dónde surge tanto pensamiento estéril, para escucharnos y acallar los ruidos mentales.


Ejercitar la mente con pensamientos creativos revitaliza. Es como cuando se hace ejercicio físico. Caminar, correr, nadar o jugar al tenis energiza, y si acabamos cansados, se siente que es un cansancio sano. Por el contrario, si nos quedamos de pie media hora sin movernos, terminamos más cansados que si hubiéramos estado ese rato caminando. A la mente le ocurre algo parecido: si está “parada” dando vueltas a un mismo asunto, se agota más que cuando avanza con pensamientos inspiradores que abren nuevos horizontes.


Leerlos nos acompaña a descansar la mente.

¿Qué se puede hacer para que nuestro pensamiento sea más inspirador y vigorizante y combatir el cansancio mental? Cultivar el pensamiento creativo, reflexivo y claro. ¿Cómo? Por ejemplo, haciendo un viaje a un entorno natural y observar. Mirar el horizonte que une mar y cielo en una playa; sentir la humedad del suelo o gozar de los colores de las hojas y los ruidos de la naturaleza en una montaña. Así es más fácil que la mente se calme.

Son situaciones que ayudan a parar la actividad mental durante un par de minutos y a descansar. Se trata de visualizar un espacio que me ayude a renovar el discernimiento.



En un mundo saturado de información y conversaciones que provocan ruido mental, emocional y físico, se necesita cultivar espacios internos de silencio para estar centrados. Un silencio creativo, contemplativo y generativo. Es decir, que genere positividad y bienestar, comunicación y sentido y una quietud en la cual se gesta el pensamiento transformador. Aunque uno esté en un entorno ruidoso, puede ser creador de pensamientos inspiradores como cuando está rodeado de naturaleza.


Todo mi esfuerzo debe limitarse a controlar 

las idas y venidas de la mente, poner la imaginación a mi servicio y dejar de estar yo –como un esclavo– al suyo”
Tenemos la capacidad de crear las reflexiones que queremos. Utilicémosla más a menudo. Para ello, se debe controlar la mente, dirigirla y mantener centrada la atención. Si uno se queda atrapado en sus propios pensamientos, no tendrá poder sobre ellos. Cuando, observándolos, se logra separarse de ellos, se deja espacio, se asume el control y se pueden canalizar en la dirección que se quiera.
Para tener poder sobre algo se debe ver desde cierta distancia. Al observar un cuadro, si se pega la nariz a él, no se ve más que un pedacito borroso. Si nos distanciamos, podemos abarcarlo en su totalidad. En la práctica de meditación se aconseja sencillamente observar los pensamientos y dejarlos pasar. Llega un momento en que uno se da cuenta de que son una creación mental, una película, que uno puede dejar de crear y de seguir. Al lograr este dominio, se conecta con un estado de calma y claridad que permite crear los discernimientos de calidad que queremos. Una buena meditación revitaliza, nos llena de energía, barre la mente de reflexiones innecesarias y deja espacios para la innovación y la renovación mental.

LA GENTE TE AMARÁ POR LO QUE ERES Y OTROS TE ODIARÁN POR LA MISMA RAZÓN....¡¡¡ACOSTÚMBRATE!!!



NO TE TOMES LA VIDA EN SERIO: NO SALDRÁS VIVO DE ELLA


TEXTOS PARA EL ALMA 253



Después de unos días de ausencia, entrar en el ATENEO BARCELONÉS, me supone adentrarme en una corriente de curiosidad ilustrada.
Entre sus paredes se respira "libertad de catedra" donde una opinión es respetada por ser opinión entre un universo de opiniones. Ninguna interpretación de una circunstancia se valora como absoluto y si se celebra como una aportación al universo de la verdad.
Todo ello dentro de una cartujana disciplina del silencio que otorga a los asistentes un aroma de misticismo intrigante.
¿Qué secretos esconden sus estanterías repletas de libros? ¿Cómo han ayudado sus paredes al crecimiento humano?
Difícil respuesta pero lo que si me atrevo a afirmar que sin esta trasmisión de cultura la sociedad no sería igual.

¿Vienes?

TEXTO PARA ELALMA 252



Te dejo este pensamiento William Shakespeare decía: "Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. No permitas que nadie te insulte, te humille o te baje la autoestima. Los gritos son el alma de los cobardes, de los que no tienen razón. Siempre encontraremos gente que te quiere culpar de sus fracasos, y cada quien tiene lo que se merece. Hay que ser fuertes y levantarse de los tropiezos que nos pone la vida, para avisarnos que después de un túnel oscuro y lleno de soledad, vienen cosas muy buenas. "No hay mal que por bien no venga".  Por eso, disfruta la vida que es muy corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe. Solo vive intensamente para ti y por ti. Recuerda: Antes de discutir. respira; antes de hablar. escucha; antes de escribir. piensa; antes de herir. siente; antes de rendirte. intenta; antes de morir. VIVE.  La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y a admirar sus cualidades. Que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haber perdido y que quien hace mal algún día recibirá su merecido. Si quieres ser feliz haz feliz a alguien, si quieres recibir, da un poco de ti, rodéate de buenas personas y sé una de ellas. Recuerda, a veces de quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias¡. Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro. Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa "Estoy bien".

TEXTO PARA EL ALMA 251



 Al igual que la tierra gira sobre sí misma y alrededor del sol. El humano crece en función de su determinismo genético y alrededor de su mente.

Como cultive su mente condicionara el buen funcionamiento de su    posición en la sociedad y para una buena adaptación precisara de un físico sano y bien cuidado. Desarmonizar dichos elementos es engendrar carencias letales para alcanzar la dicha.

TEXTOS PARA EL ALMA 250



En cada momento, la existencia, solicita satisfacciones más o menos caprichosas en función de la formación recibida.
Así frecuentemente vemos al humano "descosido" buscando contentar lo que "el" llama necesidades.
Episodios como la alimentación, la soledad, el status social, la diversión, el descanso, la curiosidad,  la profesión o trabajo,  la vanidad, etc, etc deben quedar atendidos mediante el dictado del egoísmo.
Solo cuenta el YO, nada más. Nos ocupa ""mi niño" sin querer saber nada de aquella infancia que diariamente muere de hambre. Criticamos el mundo laboral sin preocuparnos en absoluto en ser profesionales y conocer las necesidades del mercado.
Vivimos pues solos en la individualidad dentro de una "granja de existencia" escuchando las peticiones del egoísmo.
¿Podemos hacer algo para abandonar esa granja?
Sin duda, sí. Primero hemos de aceptar que la vida es ese aparente confort, no es el impulso necesario para caminar hacia la necesaria EMANCIPACION DEL "YO".
Sin el "otro" no tenemos razón de SER, pues todos formamos una unidad se sentido colectivo donde la individualidad es solo la anécdota, no el sujeto de la oración.
Existir contemplando las necesidades de todo tipo que tiene la "otredad" dimensiona el argumento se nuestra presencia en sociedad pluralizándola y derribando los muros de "la granja".

El "otro" es tu verdadero reto, tu razón. Sin él tu existencia vivirá alejada del amor y tal circunstancia que condenara a vivir en "la granja del egoísmo".

TEXTOS PARA EL ALMA 249




  !!!INTENTALO!!!

Que nuestra vida sea una polifonía de  amor, inteligencia y emociones y no un monologo del absurdo egoísmo del YO.


SOLO PODEMOS PERDONAR CUANDO COMPRENDEMOS QUE EL OTRO NUNCA NOS HA HECHO DAÑO


Vivir tras una coraza

Hay personas que tienen tanto miedo a ser heridas que terminan viviendo a la defensiva

Se muestran frías y desafiantes en un intento por lograr el control sobre su entorno

Muy pocas personas miran fijamente a los ojos cuando hablan con sus interlocutores. Debido a la falta de seguridad, o de costumbre, suelen desviar la mirada a la nariz o la boca. Sin embargo, hay quienes no saben mirar de otro modo, clavando sus ojos de forma directa, franca y honesta. Y cuando uno se encuentra con alguien que mira así, muchos se pueden sentir algo incómodos e incluso intimidados.
No es casualidad que a estas personas se le cuelgue el sambenito de desafiadores. Quienes van de cara por la vida suelen irradiar un aura de poder y fuerza. De hecho, suelen ser individuos que enseguida están al mando de la situación. Nadie pone en duda que son líderes natos. Y que desprenden un magnetismo de lo más seductor. Sin embargo, su liderazgo a menudo deviene en autoritarismo, en especial cuando se sienten amenazados. Es entonces cuando aflora su enorme visceralidad, arremetiendo con ­dureza y agresividad a quienes se atreven a confrontarlos.
La mejor defensa no es un buen ataque.
La mejor defensa es no sentirse atacado”
Gerardo Schmedling
Están tan acostumbrados a imponer su voluntad sobre los demás que no soportan que nadie les diga lo que tienen que hacer. Poseen madera de jefes y algún que otro rasgo de tiranos. Más que respeto, los demás les tienen miedo. No es muy recomendable cuestionar su autoritarismo. Ni mucho menos discutir o pelearse con ellos. Cuando piensan que alguien ha actuado de manera injusta, se sienten legitimados a contraatacar de forma violenta. El fuego que anida en sus entrañas tan solo necesita de una pequeña chispa para estallar en llamas, quemando todo aquello que obstaculiza su paso.

El justiciero que llevan dentro quienes viven a la defensiva les dota de una fuerza sobrenatural, ayudándoles a desarrollar un instinto protector al servicio de los suyos, o de aquellos que consideran más vulnerables y débiles. Y para no perder el dominio de sí mismos, tratan desesperadamente de controlar cualquier situación. Los individuos que poseen este tipo de personalidad no resultan fáciles de conocer. Viven detrás de una coraza. Cuanto más en conflicto entran con los demás, más se protegen y se encierran en sí mismos. En casos extremos terminan por aislarse de su entorno social, pudiendo llegar a vivir como ermitaños.

Una historia refleja la clave para deshacerse de esa protección excesiva. Un viejo pescador vivía completamente solo en una playa alejada del pueblo. Harto de discusiones, conflictos y peleas, llevaba años sin relacionarse con nadie. Se había convertido en un hombre frío y distante, que pasaba los días leyendo y pescando. Un día salió a navegar con su pequeña barca en alta mar. De pronto apareció un bote que chocó frontalmente contra el del pescador. Este se pegó tal susto que dio un salto y cayó directamente al agua.
Mientras nadaba para volver a subir a su barca, empezó a maldecir al tripulante del otro bote. “¡Pero ¿cómo has podido chocar contra mí?! ¡Con lo grande que es el mar! ¡Maldito seas! ¡Ya verás como te coja!”. Al conseguir sentarse y recuperar la compostura se dio cuenta de que allí no había nadie más. Era un bote a la deriva. El viejo pescador estaba empapado, rabioso y sin nadie a quien culpar. De pronto, por primera vez en mucho tiempo, emitió una enorme carcajada. Algo en su interior hizo clic. Y esa misma tarde se dejó caer por el bar del pueblo.
Para que estos desafiadores bajen la guardia es fundamental que comprendan las ­motivaciones ocultas que les llevaron a tomar el escudo y a desenfundar la espada en primer lugar. Por más que les moleste reconocerlo, son como los cangrejos: muy duros por ­fuera y extremadamente blanditos por dentro. Su apariencia hostil y fuerte no es más que una fachada, un mecanismo de ­defensa que han desarrollado desde niños para que nadie vuelva a hacerles daño. Y también para tratar de que nada, ni nadie, pueda dominarlos.
Prefiero sufrir una injusticia que cometerla” Sócrates
Quienes viven tras una coraza comparten un mismo tipo de recuerdo. En muchos casos, algo sucedió cuando todavía eran niños inocentes e indefensos. Tal vez un cambio de colegio. Una separación de los padres. Un accidente. Abusos y maltratos de cualquier tipo, o la muerte de un ser querido. No importa tanto el qué, sino cómo interpretó el suceso la persona que lo vivió. A raíz de afrontar alguna situación adversa suele tomar conciencia –siendo todavía muy niño– de que el mundo es un lugar amenazante, injusto y violento, donde solo los fuertes y los duros consiguen sobrevivir.
Esa es precisamente su herida. La que nace de haber conectado con su propia vulnerabilidad. Al negar y condenar esta debilidad, esa persona empieza a construir, ladrillo a ladrillo, una muralla que lo proteja de volver a sufrir. Paradójicamente, al vivir a la defensiva, con el tiempo se convierten en adultos controladores y dominantes. Y también hiperreactivos. Es decir, que están a la que saltan. Por eso suelen mostrarse tan agresivos y cosechan multitud de conflictos.
Los problemas derivados de este tipo de actitud van más allá. Una vez cesa la lucha, estas personas tienden a culpar a los demás por el sufrimiento que han experimentado. Y al hacerlo, se sienten legitimados para castigar a sus supuestos agresores. Pueden llegar incluso a vengarse de ellos de forma cruel. Al mismo tiempo también se culpan a sí mismos del sufrimiento que consideran que han causado a los demás. Es entonces cuando, en un intento desesperado por redimirse, pueden llegar a hacerse daño a sí mismos, tanto física como emocionalmente.
Solo podemos perdonar cuando comprendemos que el otro nunca nos ha hecho daño” Irene Orce
Llegados a este punto, cabe diferenciar entre el dolor físico y el sufrimiento emocional. Es cierto que tenemos el poder de matarnos unos a otros. Pero nadie nos ha hecho sufrir sin nuestro consentimiento. Los demás pueden tomar decisiones que nos perjudican directamente, o comportarse de una forma con la que no estamos de acuerdo. Pueden incluso insultarnos a la cara. Pero analizamos estas situaciones detenidamente, nos damos cuenta de que lo que sentimos no tiene tanto que ver con lo que ha sucedido, sino con nuestra interpretación de los hechos.
El punto de inflexión en la vida de quienes viven detrás de una coraza llega el día en que empiezan a cuestionar una creencia tan falsa como limitante: “Los demás son la causa de mi sufrimiento”. Es entonces cuando comprenden que el poder –el de verdad– no consiste en vivir a la defensiva o tratar de controlar, sino en ser verdaderamente dueños de sí mismos. Para lograrlo, han de dejar de ser reactivos para empezar a cultivar la responsabilidad. Es decir, deben aprender el arte de responder de forma proactiva frente a cada situación adversa y cada persona conflictiva con la que se cruzan.
La culpa existe en una sociedad victimista, una que condena el hecho de que las personas necesitemos cometer errores para evolucionar. Por ello, el gran aprendizaje vital de estos desafiadores pasa por perdonarse a sí mismos por los errores cometidos en el pasado, lo que les permitirá liberarse del sentimiento de culpa que cargan a sus espaldas. Ese es precisamente el significado de la palabra “inocencia”: el estado del alma libre de culpa. Solo así pueden perdonar a quienes consideran que les agredieron: llegando a comprender que, más que maldad, el motor de los errores de los demás fue la ignorancia y la inconsciencia. Vivir sin coraza implica aceptar y sentir la propia vulnerabilidad. Esta es la auténtica fortaleza.

TEXTOS PARA EL ALMA 248



 El turno es una cronología en el espacio que vivimos conscientes o no.
Todos esperamos "un turno" por algo y para algo toda vez que lo nuestro es pasar.
Sucede habitualmente que estamos tan habituados a ello que no nos damos cuenta. Sin duda estamos programados y a cada lustro de nuestra existencia física le corresponde "un turno" determinado. Hay, no obstante, quien por querer correr demasiado vive con el turno cambiado o retrasado lo que representa un desfase en su evolución.
Así, hoy en día, vemos como mujeres de 60 años tienen hijos de 10 y como hombres de 70 manejan hijos de 5.
La soberbia humana no tiene límite y, desde su finitud, desea establecer los "turnos" a su comodidad. Más dicha osadía tiene un coste que habitualmente pagamos con lágrimas.
Sirva de ejemplo: además de la duquesa de Alba, pocas octogenarias son cuidadas por su marido si bien infinidad de maridos ochentones son acompañados por damas sensiblemente más jóvenes para dar su torpe paseo matutino.
Así, los asilos, se nutren de clientas a las que simplemente les ha llegado su turno de soledad consumida.

Si quieres salirte de tu turno antes diseña tu destino y planifícalo. Si decides no hacerlo otros lo harán por ti y a ti te tocara esperar "el turno".

TEXTOS PARA EL ALMA 247



 Sin duda el espíritu de la Emancipación vendrá a visitarte cuando menos lo esperes. Cuando llegue no tengas miedo de abrir tu alma plenamente y dejar que su fuerza te robustezca.
Transformará, sin duda, la visión de tu existencia y tu vida engendrará una dimensión hasta ahora desconocida.

La tristeza se convertirá en gozo y la debilidad en fortaleza y así, desde nuestros labios, solo saldrán palabras de amor y bondad.

TEXTOS PARA EL ALMA 246



El significado social del dinero.
La diferencia social del dinero influye siempre, no solo en rincones oscuros  exóticos de la economía, sino en cualquier parte hacia donde miremos, las diferentes clases de relaciones sociales y de valores le dan nuevas formas al dinero.
El dinero destruye pues remplaza necesariamente los vínculos personales por lazos se calculo instrumental y corrompe los significados culturales con intereses materialistas.
El dinero tiene un enorme protagonismo e influencia en todas las estructuras culturales y sociales aunque estas prevalecen a todo proceso de monetización.

El dinero, pues, es una simplificación de la existencia que permite vivir el espejismo en la evolución otorgándonos el prestigio de "DUEÑOS DE LA NADA"

TEXTOS PARA EL ALMA 245



La existencia es frágil como unas florecillas silvestres.
El destino ha conducido la observación hacia el territorio TEKNON. Temprano acude el dolor en busca de consuelo. Son muchos los ciudadanos que más o menos tristes transitan por sus dependencias reclamando la salud perdida.
Los hay de todas las edades y condición. Con y sin movilidad, ricos y pobres. Están unidos por la enfermedad y son clientes del dolor físico y de la decadencia.
Tal población supone solo una pequeña parte del egoísmo humano. Todos quieren curarse aun a costa de matar al otro o dejar que se mueran para curarse ellos. Si, si como en la sociedad de consumo ordinario. En nuestro día a día consumista priva el YO y sus intereses. Vivimos adictos al narcisismo existencial y todo queda justificado para combatir la soledad y sus adicciones.
¿Podemos vivir de otra manera?
Es difícil pero no imposible. Inicialmente hay que tomar conciencia de nuestra adicción al YO y, al igual que un enfermo clínico, buscar la solución dentro de nosotros mismos.
Debemos dotarnos, a través de la desintoxicación cultural, de nuevos horizontes de gratificación de la autoestima basados en la evolución de nuestro SER profesional - adaptándolo a los tiempos- y personal -a través del amor al prójimo.

Pero ello requiere constancia para lo profesional y más humanidad para lo personal. Ahí pues tenemos el reto que no podemos obviar. Vivirlo en positivo o negativo también depende de ti.

EL GRAN PELIGRO DE ESTAR ALREDEDOR DE GENTE NO EXCELENTE ES QUE EMPIEZAS A VOLVERTE COMO ELLOS SIN SIQUIERA DARTE CUENTA


La influencia de los entornos

Las personas y las cosas que nos rodean provocan un efecto en nuestro bienestar.

Saber modificar un contexto nocivo es una buena opción para vivir mejor.


Todos ejercemos una influencia en nuestro entorno más cercano. Pero es una relación bidireccional, de doble influencia. Por lo común, las personas apelan a su fuerza de voluntad para rendir más. Pero el ambiente es como una palanca en la que podemos trabajar para conseguir más resultados con menos esfuerzo.
Los contextos en los que nos movemos pueden ser unos grandes aliados o unos grandes enemigos. Veamos qué son, cómo afectan y cuáles son los mejores para reforzarnos en lo personal y en lo profesional. Se pueden agrupar en tres categorías:
Materiales. Los lugares donde se vive y se trabaja, el barrio y el vecindario, la tecnología, el automóvil o el ajuar doméstico.
Personales. La familia, la pareja, los amigos, los compañeros de trabajo, los conocidos, el contacto en las redes sociales, los horarios y los hábitos.
Mentales. Las creencias, los paradigmas, la formación e información, la religión o los condicionamientos.

Hay esencialmente dos cosas que te harán sabio: los libros que lees y la gente que conoces”
Jack Canfield
Todas estas circunstancias pueden jugar a favor o en contra de uno, ser un motor que propulse nuestra vida o un ancla que la hunda. Un entorno colabora o compite. Inspira o deprime. Nutre o envenena. Obviamente también existen entornos neutros, pero por esa misma razón hay que evitarlos tanto como los que nos perjudican. No es posible prescindir de los ambientes, pero sí elegirlos cuidadosamente teniendo en cuenta sus efectos.
Los entornos materiales y personales son visibles y evidentes, aunque tal vez no sus efectos. Otros son más sutiles, pero tan influyentes. Todo influye en todo y nadie puede aislarse del contexto inmediato sin recibir de él su influencia.
Delegar en el entorno significa no tratar de hacerlo todo por uno mismo, sino aprovechar las influencias positivas externas para reforzarse.
El lugar donde una persona vive ejerce una influencia enorme en ella: le da energía o se la quita. Seguramente un pequeño piso ordenado, decorado de manera minimalista y con luz abundante es suficiente para nutrir a quien vive en él. No es un tema de dinero, de propiedad o de lujos. Es cuestión de que cualquier cosa que entre en casa sea muy apreciada y esté en coherencia con el resto de objetos y con la persona que habita la vivienda.

Tener menos cosas significa contar con más espacio y más claridad mental. La luz y el orden ejercen una influencia en la mente. Deshacerse de objetos que no se usan es una prioridad, y cambiar de vez en cuando la disposición de los muebles en casa es un divertimento muy motivador.

La luz y las vistas desde las ventanas son tanto o más importantes que la vivienda en sí o su superficie. Elegir el entorno donde uno va a pasar su vida cuenta mucho, pero, por desgracia, cuando las personas compran o alquilan un piso se fijan en los metros, el precio o los servicios antes que en la tranquilidad, la luz, las vistas o la ausencia de repetidores de telefonía móvil. Lo que hay fuera de la vivienda es tan importante como lo que hay dentro.
El lugar donde se trabaja y en el que se pasan tantas horas al día también es importante. Influye en el rendimiento del trabajo y en la felicidad de las personas. Muchas veces uno carece de la capacidad de cambiarlo, pues las oficinas o instalaciones son las que son. Pero a menudo podemos influir en mejorarlas de alguna manera; y si no es así, siempre está en nuestra mano dejar un trabajo cuyo entorno es insalubre, nocivo, molesto, desagradable, tóxico, incómodo o desmotivador. Es decir, si no podemos cambiar un entorno de trabajo gris, siempre podemos cambiar de empleo. Un sueldo no lo justifica todo. Como en el caso anterior del piso, muchas veces nos equivocamos al valorar más el sueldo, las vacaciones, los ascensos o la cercanía que el entorno de trabajo en sí.
Las personas más beneficiosas en el entorno personal son aquellas que sonríen, no se quejan, no se sienten víctimas de nada, están automotivadas, son positivas, se esfuerzan, viven en la coherencia, inspiran paz y bondad, aprenden y se forman. En definitiva, las que tienen una mentalidad ganadora. Relacionarse con gente positiva es una receta para la felicidad que no siempre se tiene en cuenta.
Muchas veces, las personas que no hemos elegido, pero que forman parte de nuestros círcu­los (familia política, compañeros de trabajo o vecinos), parecen una imposición imposible de eludir. Tal vez no podamos decidir si forman parte de nuestra vida, pero sí tenemos la capacidad de minimizar su efecto, e incluso de evitar su trato si su influencia es muy negativa.


La influencia de las personas es invisible y silenciosa, se acumula con el tiempo, pero sus efectos acaban siendo muy visibles a la larga. Cada amigo o conocido deja un poso, una influencia mayor o menor. De hecho, acabamos pareciéndonos mucho a las personas que más tratamos. Deberíamos preguntarnos: “¿Quién me está influyendo más?”.
A veces conservamos la amistad de algunas personas solo porque en el pasado fuimos amigos y nos sentimos empujados a seguir siéndolo. Pero la gente cambia con los años, y es lógico que las amistades también cambien, sin obligaciones morales o deudas de amistad autoimpuestas. No se trata de no quererlos, sino de no frecuentarlos tanto y a la vez hacer espacio para compañías diferentes. Cambiar de entorno personal siempre conlleva variaciones individuales y profesionales. Si buscamos modificar nuestra vida, será necesario un cambio de amistades o, como mínimo, un ajuste de los círculos sociales.

El gran peligro de estar alrededor de gente no excelente es que empiezas a volverte como ellos sin siquiera darte cuenta”
Robin Sharma
No tener esto en cuenta puede traer consecuencias desagradables a largo plazo. ¿No es extraño que descuidemos con quién entramos en contacto y, sin embargo, para nuestros hijos e hijas exijamos colegios y amistades beneficiosos?
Todos somos conscientes del gran valor que tiene el pensamiento en la vida. Es nuestro “cuadro de mandos”, y siendo tan conscientes de esa importancia parece mentira que lo tengamos tan descuidado y tan poco “afilado”. Mucha gente vigila escrupulosamente lo que come cada día: calorías, nutrientes, calidad y cantidad. Cuidan su cuerpo, pero descuidan el alimento de su mente. ¿No es una incoherencia? El tiempo promedio que dedica una persona al cuidado del espíritu es exactamente cero segundos al día. Increíble.
Deberíamos cuestionar el “material” que permitimos que entre en contacto con nuestra mente, como publicidad, noticias, ideas, creencias, informaciones… Todo eso puede alimentar o envenenar la mente. O la expande, o la contrae.
Hay mucho que podemos hacer para nutrir el pensamiento: lecturas inspiradoras, meditar unos minutos al día, relajar la mente en el silencio cada jornada, aprender cada día algo nuevo, cuestionar creencias inútiles o contraproducentes que nos limitan, ejercitar la imaginación y la creatividad o incluso elegir un vocabulario y unas expresiones que nos sienten bien mientras rechazamos las que nos perjudican.
La lectura es una de las mejores formas de alimentar la mente. Una hora al día es bastante para que esta se exponga a nuevas ideas y entre en contacto con autores de culturas y mentalidades diferentes. Leer es el gimnasio del espíritu. Resulta incomprensible que los índices de lectura del país sean tan bajos cuando es el ingrediente que más necesitan las personas para su éxito personal y profesional. Todos somos el resultado de la media de los libros que hemos leído en nuestra vida. Por poner un metáfora, lo que distingue a una persona que lee de una que no lo hace es semejante a la diferencia de velocidad que hay entre un jet a reacción y un patinete.
Cuando una mente se expande y cambia de paradigmas, ya no vuelve a su tamaño anterior y sus posibilidades aumentan en consecuencia.

¿Quién le está influyendo?

“¿Con quién pasa más tiempo? ¿Quiénes son las personas que más admira? Jim Rohn me enseñó que nos convertimos en una combinación de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Rohn decía que podemos adivinar la calidad de nuestra salud, actitud e ingresos con tan solo mirar a las personas que nos rodean. Con el tiempo empezamos a comer lo que comen, hablar como hablan, leer lo que leen, pensar lo que piensan, ver lo que ven, tratar a la gente del mismo modo, incluso a vestir igual que ellos. La influencia es muy sutil, es como estar tumbado en una colchoneta hinchable en el mar. Crees que flotas y permaneces en la misma posición, hasta que miras y te das cuenta de que una corriente moderada te ha desplazado 800 metros de la costa”. El efecto compuesto, de Darren Hardy.

TEXTOS PARA EL ALMA 244




El camino puede ser cada vez más difícil, y los obstáculos más grandes, pero abajo en lo seguro, no puedes disfrutar de todo el paisaje.

Fácil es ocupar un lugar en la agenda telefónica...difícil es ocupar el corazón de alguien.
Fácil es herir a quien nos ama.....difícil es curar esa herida.
Fácil es dictar reglas....difícil es seguirlas.
Fácil es soñar todas las noches. Difícil es luchar por un sueño.
Fácil exhibir la victoria...difícil es asumir la derrota con dignidad.
Fácil es admirar la luna llena...difícil es ver su otra cara.
Fácil es saber que este rodeado por personas queridas...difíciles es saber eso y no sentirse solo.
Fácil es tropezar con una piedra....difícil es levantarte.

Vivimos en un estado de prueba, no de recompensa. En ocasiones la Emancipación se manifiesta de un modo espantoso, de suerte que los indiferentes se ven obligados a reconocer su mano.

Con suerte llega la tranquilidad de conciencia que nos evita ser deudor de nadie y de nada.

TEXTOS PARA EL ALMA 243



Cuando el olvido haya hecho su trabajo y solo sea un sujeto de la superficialidad no podré acordarme de lo mucho que significaste para mí.
No me acuerdo, ya, cuando te vi por primera vez (pues posiblemente nunca te conocí) aunque si mantengo intacta la emoción que tuve cuando fuiste singular para mí.
Mi recorrido ya venía de lejos y casi se perdía en los horizontes del recuerdo. Tú, alegre, mostrabas interés por los episodios de fantasía que la experiencia transmitía sabiendo que el camino era corto y a veces algo penoso.
Sabía que las compañías son efímeras, que  lo verdaderamente nuestro es la soledad y el silencio.....pero, ya ves, por un tiempo transgredimos el destino humano....vivimos la risa y el llanto.....anduvimos como niños pisando los charcos. Pero los sueños, aunque bellos, se terminan. Ya no sé quién eres ni cómo te llamas. Tampoco sé quién soy yo. El olvido ha hecho su trabajo....aun respiro pero solo sé que me veo y no reconozco

Comentario: No es necesario que la enfermedad llegue para olvidar! Olvidamos para llenar de vivencias nuevas, nuestras vidas vacías. Afortunadamente la mente sabia nos devuelve aquellos recuerdos a través de emociones  sentidas y por un instante  nos trae el olor peculiar de los momentos vividos... Que sin fortuna y por el paso del tiempo los logramos encajar en vivencias singulares... Eso sí, nos consolamos pensando que fueron felices 

TEXTOS PARA EL ALMA 242



Fíjate un destino para estar en la sociedad que te acoge. Sin el caminarás con rumbo opaco al son de los impulsos vitales que tanto condicionan tu libertad. Si, ya que la libertad puede representar desatarse de aquellos deseos y emociones que, la naturaleza, nos pone como engaño de nuestra existencia.
Sabes muy bien que un estadio superior del humano es la razón y desde ella la existencia se entiende diferente. Así un destino para nuestro camino puede ser comprender los postulados que desde la inteligencia nos lleva hacia el entendimiento de lo propio y ajeno.

No reacciones, analiza

TEXTOS PARA EL ALMA 241



Tú eres la luz y YO la oscuridad. Leer esta metáfora para muchos de mis amigos puede parecerles una chorrada. Dirían, algunos de ellos, que suena a "agua bendita" sin sentido práctico. Sin utilidad para el día a día, vamos....
¿Qué es SER oscuridad? Pues....difícil ¿no? Entiendo como "oscuridad" en sentido figurado la falta de "valor añadido" en el actuar humano. Seguir las pautas de la naturaleza sin más,  nos sitúa en un escenario primario de la escala evolutiva, es decir, un mamífero más entre los millones y millones de los existentes y de los que han existido.
¿Entonces? ¿Que debe ser la luz? ¿Qué puede iluminar unas existencias guiadas por la oscuridad de la naturaleza?.....sin duda la EMANCIPACION del ser dependiente de la gravedad terrenal. Poco a poco podemos ir desatándonos de esos postulados donde la terrenidad nos mantiene presos para ir adquiriendo los legados del amor, entendiéndolos, como un abandono del, siempre presente egoísmo.
Amor que para entenderlo precisa de la inteligencia y la voluntad de acercamiento al otro sin más interés que la aceptación de la pluralidad como forma universal de Emancipación.
Ya en la luz todo fluye en otro sentido. Solo hay paz.

Respuesta anónima: Ni los más opulentos llegan a ver la luz, no es solo una cuestión de tener cubiertas las necesidades primarias para Ser luz.. Ser luz requiere de la necesidad de ver más allá de satisfacer las necesidades primarias y romper con las imposiciones que esta sociedad nos tiene preparadas haciéndonos creer que en el consumo está la felicidad..   Ser luz requiere de esa curiosidad de saber el significado de quiere decir ser humano!! Dame medio pan y un libro...
Satisfacer la curiosidad de saber para que hemos nacido más allá de para poblar el mundo...


TEXTOS PARA EL ALMA 240



QUE DIFÍCIL ES AMAR al otro, lo que representa no ser correspondido jamás...
Entregar "amor al prójimo" con constancia y sin esperar nada a cambio es un reto que los humanos no aceptan con facilidad dado que han sido educados para poseer no para ofrecer.
Ante tal egoísmo merece la pena recapacitar sobre nuestra presencia en sociedad.
Vivir en la desconfianza y el egocentrismo representa un enorme vacío existencial que nos aísla y reprime ante la diversidad.
Las personas no son una utilidad son un sentimiento y las debemos potenciar a través de la aceptación y del amor sin conveniencia.
Lo que nos conviene lo adquirimos en un supermercado pero nuestras emociones deben ser guiadas por el afecto y respeto al otro.
No debemos ser adictos al egoísmo y podemos intensificar nuestro proceso liberador de las dependencias del YO.

Nos han secuestrado la voluntad a través del consumo, por el consumo destrozando valores tales como la solidaridad y la emancipación haciéndonos dependientes de todas las mezquindades humanas que tan bien le van al capitalismo.

TEXTOS PARA EL ALMA 239



La niebla que percibimos en nuestro espacio de atmósfera es solo un fenómeno temporal de la climatología. Es como una barrera visual que nos impide actuar, por las limitaciones de nuestro campo óptico, ante la acción de la luz solar.
¿Cuánta niebla cubre nuestra existencia y con qué luz recorremos el camino?
Al dictado de nuestras emociones vivimos presa de su voluntad sin intentar salirnos de esa niebla emocional. Como en la climatología la oscuridad emocional nos oculta la luz de la razón que, como lenguaje de la inteligencia, se ve con demasiada frecuencia eclipsado por ese instinto de las emociones que tanto nos encorseta.
El humano debe ser libertad de la razón, responsabilidad en la ego transformador en la evolución de las "cosas"

Si las emociones están ahí pero no deben adueñarse de nuestra plena acción. Están como mecanismos de alerta y no como pautas de comportamiento permanente. Sin emociones no vivimos más por ellas no evolucionamos.

TEXTOS PARA EL ALMA 238



Para lograr lo que deseas, es necesario primero saber qué quieres"
Todas las personas con éxito tienen el hábito de hacer cosas que a los fracasados no les gusta hacer. A ellos tampoco les gusta hacerlas. Pero su disgusto se ve subordinado a la fortaleza de sus propósitos.
Sabemos que, en una carrera, no todos ganan el premio sino uno solo. Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarles. Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho. Nosotros en cambio lo hacemos para recibir un premio que dura siempre. Yo me esfuerzo por recibirlo, así que no lucho sin un propósito. Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mí mismo.

!!!VALE LA PENA VIVIR MAS ALLÁ DE LOS GUSTOS Y VIVIR CON PROPÓSITO!!!

LOCURA: "Hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes"


Menos calcular y más pensar

Nos pasamos el día echando cuentas. Vivimos instalados en buscar resultados.

Hay que discernir, convertir la experiencia en sabiduría para encontrar calma y belleza.

Durante el examen de Selectividad de este año se produjo una situación curiosa: algunos alumnos pusieron el grito en el cielo ante uno de los problemas que planteaba la prueba de matemáticas, cuya resolución podía ser simple o compleja. La mayoría eligió el camino más complicado, lo que ocasionó que les bajara algo la nota aunque la mayoría aprobara finalmente. Una maestra, acertadamente, dio en el clavo. El problema no era el examen sino los cálculos que se suelen hacer antes de la prueba, lo que convierte la Selectividad en pura estrategia resultadista. Al fallarles los planes a los alumnos, la maestra añadió: “¡Menos calcular y más pensar!”.
Es una evidencia que hoy vivimos instalados en la sociedad del resultadismo, es decir, la vida se ve reducida al resultado, al cálculo, a las medidas, las proporciones, la cantidad o la estadística. La felicidad y el sentido existencial dependen de lograr los resultados calculados, sobre la base del beneficio propio. Piénselo usted, por un momento. ¿En qué se pasa el día calculando? ¿Dónde echa más sumas y restas, hipoteca al margen?
Por supuesto que, en una sociedad que permanece instalada en crisis consecutivas, uno se ve obligado a hacer muchos números para llegar a fin de mes. No es de esos cálcu­los de los que vamos a reflexionar, sino de aquellos otros que convierten la vida en mera especulación, en la obsesión por el control y el beneficio propio. Si una persona quiere permanecer en un estado de puro egocentrismo, seguro que habrá desarrollado el arte de calcularlo todo, no fuera que por debilidad emocional se viera obligada a esforzarse y a tener que salir de sí misma.
Aprender sin reflexionar es malgastar la energía”
Confucio
La experiencia de esos jóvenes en la Selectividad nos da algunas pistas. La primera es el valor que se le dan a los estudios en concreto, y al conocimiento en general. Salvo excepciones, no existe amor por conocer, curiosidad por aprender o apertura a experimentar, sino mera superación de pruebas. Para ello es suficiente con saber lo justo para aprobar. Calcular preguntas, saberse las respuestas y después olvidarlo todo. Prima el resultado, no el conocimiento. Vale el cómputo final y no el proceso.
Esa forma de proceder no es una moda estudiantil, sino consecuencia de una cultura reciente que se ha basado en la inmediatez, el desprecio al esfuerzo, la falta de autodisciplina y la intolerancia a cualquier tipo de frustración. Para colmo, se ha instalado en el imaginario social la poca practicidad de las ciencias humanas, y los múltiples réditos futuros que se esconden tras las tecnologías. Consultados nuestros jóvenes ciudadanos, la mayoría prefiere ser funcionario o, en segundas nupcias, trabajar en cualquier disciplina biotecnológica o en la empresa privada. Ya no interesa tanto la educación (cuyo origen etimológico es educere, hacer salir), sino el cálculo avispado hacia el máximo beneficio al menor esfuerzo.

También la psicología sufre de alguna manera esta visión coyuntural. Las personas que se acercan a las consultas no están dispuestas a mantener un proceso terapéutico. Exigen soluciones rápidas, prácticas y que no requieran demasiados cambios y esfuerzos. Al final la solución la encuentran en algún fármaco que adormezca el problema y a seguir para adelante. Mandan los resultados. Pensar en la vida y en cómo se vive es perder el tiempo, hacer entelequias, algo muy agotador y poco productivo.

Para los calculadores, la vida especulativa empieza con preguntas poco filosóficas, del tipo: ¿y esto para qué sirve, o para qué me servirá? ¿Qué sacaré con eso? ¿Cuánto me va a costar? ¿Qué puedo ganar y qué puedo perder? La visión tiene poco de hondura y mucho de extensión. Es pura practicidad al servicio de los resultados. Es una manera de mirar hacia otro lado cuando emerge el viejo dilema de si el fin justifica los medios.
No hay nada malo en querer resultados beneficiosos, faltaría más. No podemos desear nada mejor que la máxima plenitud para nosotros, para los nuestros y para el mundo en su conjunto. Para los especuladores, el credo se basa en el beneficio propio por encima de todas las cosas. Así, forma y fondo, medios y fines, se aúnan con un solo propósito: darle vida a la ambición personal y al logro sin miramientos, como en las burbujas especulativas, que lo único que han logrado es que las ganancias sean privadas y las pérdidas públicas.
Todo hombre tiene su precio, lo que hace 
falta es saber cuál es”

Joseph Fouché
Obviamente, no se trata de demonizar la capacidad de calcular, sino su uso especulativo al servicio solo del resultado. Es creer que a la postre solo somos valorados y amados por nuestros éxitos, por lo que conseguimos, amasamos o contabilizamos. El caso es pasar cuentas al final y poder presumir de lo mucho que se tiene, de lo listillo que se ha sido haciendo cálculos y de cómo se han sabido aprovechar astutamente las ocasiones. ¿Extraña que nademos entre tanta corrupción?
El vivir no entiende de tantos cálculos. Entre otras cosas porque nadie sabe lo que sucederá y porque somos más hijos de las contingencias que de los grandes propósitos. El único cálculo posible en la vida es la muerte. Y por ahí empezamos a entender por qué tantas personas necesitan echar cuentas. A sabiendas de que no se podrán llevar nada al más allá, al menos en el más acá que nadie les quite lo bailado.
Cuando el vivir se basa en la mera compensación; en procurar que la balanza se incline siempre a favor; en pasarse las horas del trabajo calculando la llegada de las próximas vacaciones; en tratar las relaciones como si fuesen inversiones; en hacer cálculos electorales, en lugar de gestionar los problemas de los ciudadanos… Si el vivir se convierte en un libro de contabilidad, el materialismo más despiadado habrá logrado su propósito. Erich Fromm, uno de los padres de la psicología humanista, alumbró al mundo con el tratado a través del cual discernía entre el “ser” y el “tener”. Ya entonces nos advirtió sobre el peligro que podría suponer para el futuro que los hombres se conviertan en robots. A menudo, entre tanta tecnología y tanto cálculo parece inevitable un destino desalmado.
Pensar es como
vivir dos veces”
Cicerón
No obstante, aún nos asiste la facultad de discernir. La maestra tenía razón: “Menos calcular y más pensar”. Necesitamos más espacios de reflexión, paciente y dialógica, en lugar de ese resultadismo en el que vivimos instalados, volátil, vacío y deshumanizado. No solo se trata del gozo intelectual. También consiste en el arte de meditar la vida, de convertir la experiencia en sabiduría. Se trata de abandonarse, algunas veces, al discurrir propio de las aguas de la vida. ¿Sirve de algo empujar el río?
Pitágoras fue un gran sabio aritmético, hasta el punto de descubrirnos su famoso teorema. Sin embargo, fue a la vez un mago, chamán y creador de su propia hermandad en la que discernieron sobre el alma, la naturaleza matemática de la realidad y la vida espiritual. El cálculo no está reñido con la trascendencia, como demostró el filósofo. Al contrario, es un instrumento necesario. En cambio, se torna un peligro en la mente de aquellos cuyo afán de surfear por la vida no les permite encontrar la calma y la belleza de las profundidades.
Cuando todo se rige por el resultado, se pierden los matices, el proceso, el viaje, la motivación profunda. Fluyendo se logran los mejores resultados. Angustiados, solo encontramos justificación en grandes compensaciones, que duran poco y esclavizan a ir detrás de la ilusión de la zanahoria. La vida es lo que pasa mientras hacemos cálculos. Que el contar no nos haga perder el vivir. Porque la vida se vive, no se cuenta.