TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
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¿PARA QUÉ NACÍ? ¡¡¡UN TRUENO DESPERTÓ MI ALMA!!! 10



Ve a decir a mis amigos que me he embarcado hacia un Gran Mar y que mi barca se rompe


Si tuviéramos que contextualizar la época del SERMÓN DE LA MONTAÑA podríamos hacerlo dentro un estadio social primitivo del hombre, es decir, más de dos mil años atrás donde la filosofía y la religión guiaba sobre la razón de existir, pero la ciencia estaba por llegar. Cabe suponer que, por aquellos entonces, la esperanza de vida de la masa campesina era corta y llena de sufrimiento. Los estamentos dominantes del momento utilizaban más que el miedo el terror para controlar al pueblo, y, éste para poder estar en paz, debía adoptar el estatus de cordero dócil y obediente. Lo contrario podía suponer morir en la cruz. Una muerte mísera tanto por el sufrimiento como para la dignidad humana.
Unos cuántos eruditos sensibles y evolucionados (el Sermón de la Montaña se atribuye a Marcos y el Sermón del Llano a Lucas) dejaron constancia de determinadas referencias o sermones al objeto de intentar ofrecer a la clase popular (ignorada y explotada) una fuente de esperanza y especialmente de dignidad que cubriera su martirio cotidiano con un horizonte de felicidad eterna. Ya por aquellos entonces, se predicaba con el amor al prójimo como herramienta de paz y consuelo.
Con una lectura, casi plana, de los consejos que nos dejaron los denominados evangelistas encontramos perfiles sociales del calvario existencial de los contemporáneos de la época: El cielo será para los que padecen persecución por la justicia. Tenían que ser perfectos (humildes, conducta modélica, justos, sumisos, amor al enemigo, misericordiosos y limpios de corazón) teniendo, no obstante una perspectiva muy esperanzadora al iniciarse en ellos el camino del monoteísmo como verdadera cuna de la emancipación del humano. Con la humanización de las deidades plurales que han existido con anterioridad del “crucificado”, el hombre, da un primer paso importante hacia su plenitud gloriosa que lo libere de sus condicionamientos primarios o animales.

Desde este punto los, corderos de Dios, van y van tomando forma de proletarios según nos esboza en el Manifiesto Comunista aquí descrito y comentado. La cristiandad disuelta o atomizada en diversas interpretaciones ha dado respuestas distintas ante el proyecto emancipador del hombre. Unas, las más, se han dedicado a guiar al pueblo por el camino de su elevación conceptual y espiritual al objeto de que el hombre encuentre su felicidad a través de la plenitud del alma. No obstante, otras versiones, de la misma cristiandad de origen, han optado por estimar que la emancipación del hombre debe estar guiada por los representantes de Dios (clero) en la tierra siendo sólo ellos los legitimados en autorizar los nuevos horizontes del trabajador, del cordero. La lectura católica del hecho cristiano, al estar totalmente politizada teje y teje artimañas para no perder nada de su protagonismo social dentro del conflicto permanente que mantiene con el rebajo de Dios. Un ejemplo más es la respuesta que los sabios moradores de la cátedra de San Pedro han dado a la Ley sobre la Recuperación de la Memoria Histórica que el Parlamento Español tiene previsto aprobar en breve. Ante la posibilidad de desenmascarar los hilos y actores que desencadenaron el fraternal genocidio del llamado Levantamiento Nacional, Roma beatifica a más de cuatrocientas víctimas del lado capitalista tomando evidente partido por el entonces –y durante muchos años- denominado nacionalcatolicismo e ignorando a los cientos y cientos de humanos que –vivos o muertos- sufrieron durante décadas la represión.

Esta interpretación cultural de la deidad monoteísta del “crucificado”, muy a pesar de Roma, no es tan monolítica como desearían los purpurados del Vaticano. Ejemplo evidente es la llamada Teología de la Liberación que con admirable constancia dejan claros signos de referencia para que el cordero pase a ser proletario, para que el hombre alcance su libertad.
 Los teóricos de las ideas comunistas del siglo XIX no podían imaginarse, como la burguesía personalizada en el humano opresor, sería sustituida, no por el proletario victorioso de la revolución, sino por las grandes multinacionales que, como grandes Estados de la producción, han globalizado el trabajo situando de nuevo los avances del trabajador dentro del circo de la competencia, del consumo de la vileza. De nuevo hemos de volver a empezar a reconocer el Sermón de la Montaña.
La Teología de la liberación, el cristianismo de base; los ciudadanos comprometidos con la emancipación del hombre, han de evidenciar sin miedo los signos y conductas que antaño otros acuñaron. Para ello se hace preciso liberarnos del consumismo opresor que tanto y tanto envilece al hombre y que es la versión actualizada de la cruz. ¡¡Insumisión al consumo!! ¡¡Libertad a las ideas!! ¡¡Cooperación humana!!


No te impacientes si los ves hacer muchos millones. Sus acciones comerciales son como el heno de los campos. No envidies a los millonarios ni a las estrellas de cine, a , los que figuran a ocho columnas en los diarios, a los que viven en hoteles lujosos y comen en lujosos restaurantes; porque pronto sus nombres no estarán en ningún diario y ni los eruditos conocerán sus nombres.
Porque pronto serán segados como el heno de los campos.
No te impacienten sus inventarios y su progreso técnico. Al líder que ves ahora pronto no lo verás, lo buscarás en palacio y no lo hallarás. Los hombres mansos serán los nuevos líderes (los pacíficos).
Están agrandando los campos de concentración; están inventando nuevas torturas, nuevos sistemas de “investigación”.
En la noche no duermen haciendo planes, planeando cómo aplastarnos más; cómo explotarnos mas; pero el Señor se ríe de ellos porque ve que pronto caerán del poder.
Las armas que ellos fabrican se volverán contra ellos. Sus sistemas políticos serán borrados de la tierra y ya no existirán sus partidos políticos. De nada valdrán los planos de sus técnicos.
Las grandes potencias son como l flor de los prados. Los imperialismos son como el humo.
Nos espían todo el día. Tienen ya preparadas sus sentencias. Pero el Señor no nos entregará a su Policía. No permitirá que seamos condenados en el Juicio. Yo,  ví el retrato del dictador en todas partes –se extendían como un árbol vigoroso- y volví a pasar y ya no estaba.
Lo busqué y no lo hallé. Lo busqué y ya no había ningún retrato; y su nombre no se podía pronunciar. 
Salmo 36 (Ernesto Cardenal)



Oh Dios. Jerusalén es un montón de escombros. La sangre de tu pueblo se derramó en las calles y corrió por las cunetas y se fue por las alcantarillas,
La propaganda se burla de nosotros y los slogans de odio nos rodean.
¿Hasta cuándo Señor estarás airado con nosotros? ¿Arderá tu furor como el fuego nuclear que no se apaga con agua? ¿Por qué han de decir los ateos “donde está su Dios”?
Llegue a tus oídos el gemido de los presos y la oración de los condenados a trabajos forzados y condenados a muerte. Ten presencia en la oración de sus siervos humillados en los campos de concentración,
Y, nosotros tu pueblo. Te alabaremos eternamente y te cantaremos de generación en generación (con el permiso de la Obra Social de aquellas farsas financieras tuteladas por el Opus Dei)

*


Me preocupa que no te dosifiques. La emancipación te ha hecho conocer el amor y éste te ha correspondido con impurezas humanas. Tú que has sido musa de todo y razón de todo no encontrarás el premio doméstico que corresponde a tu naturaleza bondadosa. Lo sabes y sigues y sigues queriendo parar el cauce de los ríos y conducir los vientos. Tú eres el trueno que despertó mi alma




                                                                  Gossen de Paula.

                                                                  Abril 2007

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