TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



LAS PERSONAS DICHOSAS LO SON NO PORQUE TENGAN MÁS QUE OTROS, SINO PORQUE PONEN SU ATENCIÓN EN LO QUE TIENE SENTIDO.



NO SE LO DIGAS A NADIE

El principal motivo de nuestra incontingencia verbal es que el ser humano es un animal social que necesita involucrar a su clan en las decisiones que toma, ya que la aprobación del círculo íntimo le resulta vital. Un segundo motivo para revelar lo inconfesable, sobre todo en asuntos frívolos, es el morbo de poder contarlo. Es más, a veces los interlocutores tienen la impresión de que ciertas proezas tienen como principal objetivo ser contadas.
Vamos a ponernos en el lugar del confidente que desea ser fiel a su promesa de silencio. Si seguimos estas reglas, no sucumbiremos a la intención de irnos de la lengua o al menos minimizaremos los daños:
Piense que un secreto es una prueba de amistad que, si no superamos, repercutirá negetivamente en la confianza de quien nos lo ha contado. Si por nuestro carácter somos incapaces de guardarlo, es mejor decirlo de entrada.
Antes de revelar una confidencia de otro, debemos medir las consecuencias que puede tener para esa persona. Hay que distinguir una anécdota simpática e inofensiva de algo que comprometa gravemente al otro.
Jamás transmita una confidencia por mensaje de texto. El desafío de todo mensaje interesante es ser rebotado a los destinatarios más inesperados.
El tiempo medio que tarde en revelarse un secreto es de 22 minutos, aunque las confidentes en aseguran que podían guardarlo un máximo de dos días. Antes de hacer circular una información, deberíamos estar completamente seguros de que es cierta y de que el hecho de hacerla circular contribuirá positivamente en el seno de la organización. Si no es así, es un virus.
Para que los demás no comercien con nuestra vida privada y la tergiversen, tenemos dos soluciones extremas: el silencio o la total transparencia. Si no queremos construir un muro alrededor de nuestra intimidad, lo cual conlleva un esfuerzo de ocultación, la otra opción es ser un libro abierto. De hecho, muchas personas populares suelen explayarse sobre sus intimidades con naturalidad. Sin necesidad de entrar en detalles obscenos o en la vida privada de otros, hablar con claridad de lo que piensa y hace aporta la serenidad de no tener  que representar diferentes papeles.
Esta es una buena manera de evitar múltiples versiones sobre la realidad. Como decía un sabio romano, compórtate en privado como si te estuvieran mirando y nunca tendrás que hacerte reproches. Ni contar secretos, podríamos añadir.

Miralles

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