Cuando una persona
o colectivo se queja mucho, es un síntoma de que algo no anda bien en su entorno.
El comportamiento
de los seres humanos está en función de lo que tenemos y lo que percibimos en
nuestra mente. La queja es la manifestación más común de la inconformidad y de
la frustración de una persona o comunidad.
Si una persona o
grupo de personas se lamenta demasiado es porque probablemente tiene muchas
áreas de su vida en inconformidad. No significa que tenga razón, sino que está
inconforme.
Las personas o
colectivos discuten al ver las cosas de maneras distintas y querer imponer su
visión. Debido a los temperamentos e historia las lamentaciones toman una
dimensión u otra dado que nos falta espíritu de respeto al otro.
Para fomentar la
convivencia es recomendable tomar
decisiones maduras que nos conduzcan hacia los espacios de soluciones alejadas
de los conceptos, vencedor o vencido.
Es bastante
difícil permanecer paciente al lado de una persona que se lamenta mucho pues
pocos desean estar junto a una persona negativa. Solo con humildad podremos
soportarnos los unos a los otros
intentando mantener la unidad de espíritu que debe caracterizar a la
especie humana y que evita el deterioro de la relación.
Para ello debemos
cuidar especialmente el respeto a los
sentimientos para obtener respuestas satisfactorias en las relaciones de
convivencia con el otro y con tu conciencia.
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