TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



¡¡¡mis creencias no deben ser las tuyas!!!




¡!!Mis creencias no deben ser las tuyas¡¡¡

“La confianza es la piedra angular de una personalidad  sana: una actitud hacia uno mismo y hacia el mundo que se remonta a experiencias del primer año de vida.”
La confianza en la vida, sin embargo, no está “ahí” sin más, requiere ser aprendida. Investigaciones han mostrado que la madre constituye la verdadera base de confianza para todo el reconocimiento del mundo por parte del infante.
Desde en principio, los humanos aprendemos no sólo a través de la educación, sino también a través de la propia experiencia y a menudo incluso a través del sufrimiento personal. “Gato escaldado del agua fría huye”.
Como experiencia propia quizá más temprana recuerdo lo siguiente: con tres o cuatro años, meto el dedo índice de la mano izquierda en una máquina de cortar pan con intención de sacar de ella un pequeño pedazo de pan y, al mismo tiempo, con la mano derecha, giro la manivela: la yema del dedo junto con la uña se queda cortada en la máquina. A la sazón, un excelente médico de familia consiguió aún coser de nuevo –valiéndose de la piel de la pierna de mi padre- la yema del dedo, de suerte que hoy apenas se percibe la diferencia.
También la primera defunción se me quedó grabada àra siempre en la memoria, a mí, que entonces tenía seis años, la de mi abuela, fallecida en un sanatorio victima de una demencia no atendida, Pálida, serena y bella yacía allí; sólo unas pequeñas moscas rondaban  su nariz sin ninguna resistencia por parte de ella. Me dijeron que ella estaba en el cielo, en aquel tan socorrido “cielo” donde la emancipación sitúa a la mortalidad anónima.
Pero estas experiencias y otras muchas análogas no me dejaron aparente trauma psíquico, ni pudieron conmover mi confianza en la vida.
Soy consciente, por supuesto, de que ya desde pronto y con cada vez mayor frecuencia pueden producirse crisis de confianza: a resultas del fracaso en la escuela, en la formación profesional o la educación superior, en las relaciones personales. Pero también a consecuencia de un futuro sin perspectivas, el paro, la amistad traicionada. O, por cumpla del descalabro profesional, la pérdida de la salud, la a menudo insoportable carga de la vida.
Más la verdadera confianza en uno mismo es requisito de una personalidad fuerte y compasiva. Y cuanto más tiempo pasa, más difícil eludir una consciente decisión fundamental sobre qué actitud adopta uno ante la vida, ante los demás, ante el mundo y ante la realidad. Sin una madura confianza radical, sin una confianza EXISTENCIAL, APENAS RESULTA POSIBLE SUPERAR LA CRISIS DE LA VIDA.

LA DETERMINACIÓN ORIGINARIA DEL SER......




La CUPIDITAS.

La determinación originaria del SER consiste en el retorno al CREADOR. Dicho retorno no se realiza a través del amor al mundo, lo cual no es una elección, pues el mundo está siempre ahí y es natural amarlo.
No hay nadie que no ame: pero si hay quién se pregunta ¿qué amar?
La comprensión de la EMANCIPACIÓN como Creadora y la del mundo como eternidad nos conduce a la caridad. Sin embargo es posible errar el giro y confundir la eternidad con el mundo temporal en cuyo caso se incurre en la codicia o sinomia (compra venta de lo espiritual por medio de bienes materiales)

GRACIAS A VOSOTROS, LOS QUE ARRIESGÁIS VUESTRA FAMA POR LA DEFENSA DE LOS QUE NO TIENEN PODER; DE LOS EXCLUIDOS.




También el voluntariado puede ser importante para el menesteroso, es decir, el lugar en el que se manifiesta y se da la compasión, la ternura y el perdón, la acogida “al que estaba por llegar”. Quizás, durante mucho tiempo, algún “excluido” no haya tenido la experiencia de encontrarse con alguien que le haya escuchado, atendido y acogido; alguien que se haya interesado por él a cambio de nada, alguien que le haya mirado con “otros ojos” y haya visto en él no sus delitos, sino a la persona que busca ser reconocida en su dignidad “perdida”, alguien que pide ser escuchado, alguien que pide, a su manera, ser incluido. Esta experiencia de acogida y de verse reconocido en su dignidad puede ser el comienzo de su recuperación humana, de su inclusión. No es fácil curarse de tantas heridas si no se encuentra alguien que esté dispuesto a curarlas, a acompañar al herido en el camino de su inclusión, de su EMANCIPACIÓN.

Gracias a vosotros, los que arriesgáis vuestra fama por la defensa de los que no tienen poder; de los excluidos

¿QUÉ PASA SI CAMBIA LA REALIDAD?





Tienes un plan “B”
 Cuando la vida nos obliga a cambiar, conviene tener a mano un nuevo rumbo en nuestra carta de navegación. A veces descubrimos que la alternativa puede ser mejor.

Nos encontramos en una época de descalabros de todo tipo. El ciudadano de a pie vive angustiado por las noticias que inundan los medios diariamente, al tiempo que mira con ansiedad su reducto de seguridad. Hay miedo a perder lo que creíamos que era nuestro por derecho propio. Es inevitable preguntarnos: ¿y si todo se va al garete?
Ante un golde que afecte de manera decisiva a nuestro modo de vida, existe el riesgo de quedarse paralizado o caer en las redes de la compasión. Sin embargo, a menudo no somos conscientes de que la vida que llevamos no es la única posible. En tiempos tormentosos como los presentes es importante contar con un “PLAN B”, por si nuestra nave no puede el rumbo que habíamos fijado. Y ahora viene la buena noticia: cuando sucede la catástrofe, casi siempre descubrimos que la alternativa es mejor.
Desde luego, para que la respuesta sea rápida y útil, lo óptimo es no tener que improvisar sobre la marcha, no conviene hacer experimentos. Ante una crisis aguda, el prueba y error puede ser fatal. Por eso merece la pena plantearnos previamente qué haríamos si……
    Perdiéramos nuestro empleo, o incluso si el sector en el que ahora trabajamos dejara de ser una opción laboral.
       Un familiar cercano muere
    No nos resultará posible mantener nuestra vivienda actual.
      Nos informan que tenemos una enfermedad irreversible.
Dibujar “el peor escenario posible” puede parecer morboso a quien no esté pasando por grandes dificultades. Sin embargo, resulta tremendamente útil. Si nos preparamos para una adversidad extrema, valorando soluciones y alternativas, podremos enfrentarnos con mucha entereza y cintura a problemas menores. Esta actitud defensiva ante la adversidad fue resumida así “DESEAR LO MEJOR, RECELAR LO PEOR Y TOMAR LO QUE VIENE”

“TODA SALIDA ES UNA ENTRADA A OTRA PARTE”
Miralles

ESCUCHAR LA VIDA; ESCUCHARTE A TI MISMO.




Escuchar la vida.

Ahora bien, necesitas conciencia y alimento. Necesitas alimentos buenos y saludables. Aprende a disfrutar del sólido alimento de la vida. Buen alimento, buen vino, buena agua. Saboréalos. Olvida tu mente y ven a tus sentidos. Eso es un buen alimento, saludable. Los placeres de los sentidos y los placeres de la mente. Buena lectura, cuando disfrutas de un buen libro. O de una buena discusión, o de pensar. Es maravilloso. Por desgracia, la gente se ha vuelto loca; SE HACEN CADA VEZ más adictos porque no saben disfrutar de las cosas buenas de la vida. De modo que tienen que buscar estimulantes cada vez mayores.
En los años setenta, el presidente CARTER apeló a los americanos para que fueran más austeros. Pensé: no debería decirles que sean austeros, debería decirles que disfruten de las cosas. La mayoría de ellos han perdido su capacidad de disfrutar. Creo verdaderamente que la mayoría de la gente de los países ricos ha perdido esta capacidad. Tienen que tener cosas cada vez más caras; no pueden disfrutar de las cosas simples de la vida. Después entro en lugares donde tienen la música más maravillosa, y esos discos con descuento, grandes cantidades de ellos, y nunca veo a nadie escuchándolos: no tienen tiempo, no tienen tiempo, no tienen tiempo. Se sienten culpables, no tienen tiempo para dsifrutar de la vida. Tienen exceso de trabajp y tienen que estar siempre en marcha. Si realmente disfrutas de la vida y de los simples placeres de los sentidos, te sentirías asombrado. Desarrollarías la disciplina extraordinaria del animal.
Un animal nunca come con exceso. Cuando está en su hábitat natural, nunca tiene exceso de peso. Nunca come o bebe nada que no sea bueno para su salud. Nunca vas a encontrar un animal fumando. Hace todo el ejercicio que necesita: observa a tu gato después de haber tomado su desayuno; mira cómo se relaja. Y mira cómo salta a la acción; fíjate en la flexibilidad de sus extremidades y la viveza de su cuerpo. Hemos perdido esto. Estamos perdidos en nuestras mentes, en nuestras ideas e ideales, y así sucesivamente. Y siempre estamos haciendo cosas. Tenemos un conflicto interno que los animales no tienen. Y siempre estamos condenándonos a nosotros mismos y haciéndonos sentir culpables. Ya sabes de qué estoy hablando. Podría haber dicho de mí mismo lo que un amigo me dijo hace algunos años: aleja ese plato de dulces, porque frente a un plato de dulces o de chocolate pierdo mi libertad. Esto  también era verdad en mi caso; perdía mi libertad ante todo tipo de cosas, ¡pero ya no! Me siento satisfecho con muy poco y disfruto de ello intensamente. Cuando has disfrutado de algo intensamente, necesitas muy poco. Es como la gente que está ocupada programando sus vacaciones; se pasan meses planeándolas y después llegan al lugar y se sienten ansiosos pensando en sus reservas para el vuelo de vuelta. Y van sacando fotos sin parar que después colocarán en un álbum; imágenes de lugares que nunca vieren y sólo fotografiaron. Éste es un símbolo de la vida moderna. No puedo prevenirte lo suficiente contra este tipo de ascetismo. Ralentízate y saborea, huele y oye, y deja que los sentidos se vivifiquen. Si quieres hallar un camino real hacia el misticismo, siéntate en silencio y escucha todos los sonidos que te rodean. No te centres en ningún sonido particular; procura oírlos todos. Vas a ver los milagros que te ocurren cuando tienes los sentidos desatascados. Esto es extremadamente importante para el proceso de cambio.
De Mello

LA EMANCIPACIÓN ESTÁ LLENA DE AMOR Y COMPRENSIÓN





La mirada de la Emancipación no es como la mirada del humano pues este mira las apariencias y la emancipación al corazón.
Nuestra aportación, a  veces, es cruel y crítica mientras que la emancipación está llena de amor y comprensión.
No estamos dispuestos a darnos entregando la vida que recibimos pues precisamos poseer para aparentar. La emancipación nos ofrece un camino u opción para entregarnos al prójimo con máxima valentía y justicia ofreciendo el perdón como signo de amor y generosidad.
INVITAR AL OTRO AL FESTÍN DE LA CONSOLACIÓN Y LA LIBERTAD SUPONE CELEBRAR UNA FIESTA DE LUZ Y AMOR DONDE EL HUMANO SE APROXIMA A LA PLENITUD RESPONSABLE EN ESPERA DE LA MUERTE DE DONDE RENACERÁ PARA CONTINUAR EL CICLO ANÓNIMO DE LA VIDA.
FRANCAMENTE

¿QUIERES PRESTAR "tu palabra" A LOS DESPOSEIDOS O EXCLUIDOS





En la escucha al otro hay siempre una mirada que acoge. Y la mirada habla más que las palabras. Sólo basta con mirar para expresar cuanto queremos decir. Estar ante el otro y mirarle con ternura rompe la distancia, la separación que nos impone nuestra condición corporal. Mirar con “otros ojos” es bajar de la altura de nuestra limpieza moral, descender a la suciedad de la calle y de las vidas anónimas; es despojarse de una supuesta autoridad moral sobre el otro, a bajarse y mancharse las manos con la miseria de la infinita dignidad del caído, vendar sus heridas y curarlas, reconocer su dignidad maltratada. AUN SIN DIÁLOGO DE PALABRAS, LA MIRADA DE TERNURA Y DE COMPASIÓN ACERCA AL HOMBRE ABANDONADO A LA EMANCIPACIÓN. ESTA MIRADA DE LIBERTAD DESCIENDE “AL OTRO” Y LO ENCAMINA HACIA SU EVOLUCIÓN COMO CUIDADANO. EN LAMIRADA DEL QUE ACOGE HAY SIEMPRE UNA COMPLICIDAD CON EL ACOGIDO. AMBOS SE SABEN ACTORES DE UNA EXPERIENCIA SINGULAR.


“dichosos vosotros, los que prestáis vuestra palabra a los desposeídos de “su palabra”

EL COACHING SOLIDARIO DA "OJOS NUEVOS" EN EL INTERIOR DE CADA PERSONA




El ser humano necesita de compasión, ser compadecido. Y el interno de los centros penitenciarios, más. Necesita contar, narrar a alguien la “VERDADERA” historia de su vida. No la que aparece en los sumarios judiciales, siempre parcial, sino aquella que sólo él conoce y que explica su trayectoria vital. El interno se sabe juzgado y condenado socialmente, pero necesita contar a alguien por qué ha llegado hasta aquí. Necesita ser escuchado para redimirse ante sí mismo y ser personado. Pero, para ello, necesita contar “su historia”, su historia completa. Y aquí nuestra presencia se hace indispensable, porque las historias no se cuentan en las paredes, ni a los que no quieren oír. Sin narración no hay identidad, no hay conocimiento de los que somos. Es curioso constatar que cuando nos preguntan quiénes somos acudimos a nuestros orígenes: soy hijo de tal y cual, nací en tal lugar, pertenezco a tal familia. Y damos cuenta de la historia de nuestros padres, abuelos, etc. Habréis visto que los internos tienen interés en mostrarnos las fotografías de sus hijos, de su familia, nos cuentan en lo que han trabajado y cómo  era su vida antes de entrar en prisión. Quieren rescatar parte de su vida. Lo necesitan, porque sólo nos reconocemos en lo que somos cuando contamos o narramos lo que hemos sido, lo que hemos vivido, cuando nos reconocemos en nuestros hechos. Y esa historia personal es necesario contarla para salir del anonimato, para responder a esa sencilla y, a la vez, difícil pregunta: ¿quién soy? Sólo así hay reconciliación con nosotros y con los demás. Quizás sea este nuestro principal y único servicio: escuchar y hospedar al otro en su palabra

El coaching solidario da “ojos nuevos” en el interior de cada persona
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¿CARNÍVORA O ESPIRITUAL?




La espiritualidad “atiende” el vacío existencial del humano carnívoro. Nuestra presencia “YACENTE” en el universo, está falta de razón y verdad, todo ACTO está sometido  a otra constelación de afirmación, y así infinitamente. Sin espiritualidad perdemos parte del sentido

Nuestro destino es la decadencia



"La locura llamada afirmar, la enfermedad llamada creer, la infamia llamada ser feliz-todo eso sabe a mundo, sabe a esa cosa triste que es la tierra.
Se indiferente. Ama el ocaso y el amanecer, porque no tiene ninguna utilidad, ni siquiera para ti, el amarlos. Viste tu ser del oro de la tarde muerta, como un rey depuesto una mañana de rosas, con Mayo en las nubes blancas y la sonrisa de las vírgenes entre las quintas retiradas. Que tu ansia muera entre mirtos, que tu tedio cese entre tamarindos y que el murmullo del agua lo acompañe todo como un atardecer junto a los márgenes de un río sin otro sentido que el de seguir corriendo, eterno hacia remotísimas mareas. Lo demás es la vida que nos deja, la llama que se apaga en nuestra mirada, la púrpura gastada antes que la vistamos, la luna que vela nuestro abandono, las estrellas que extienden su silencio sobre nuestros momentos de desengaño. Asidua, la aflicción estéril y amiga que nos aprrieta contra su pecho con amor.
Mi destino es la decadencia................."  
 Pessoa

DESDE AQUÍ NO PONTIFICO........




Desde aquí no pontifico ni deseo poseer una verdad. Simplemente te propongo compartir un camino de reflexión que, frecuentemente, me impone la existencia. Crecí casi en la calle (cosas de la época), y en ella aspiraba a poseer cosas. 
La pobreza me asustaba y vivía en la “creencia” de pensar que la felicidad se instalaba en la opulencia. Cinco décadas después, con el cuerpo fatigado de tanta opulencia, la enfermedad y los años han cambiado la perspectiva. ¿Quién soy me pregunto? Además de un eslabón en la cadena productiva. ¿Soy capaz de amar y escuchar a los demás? O simplemente persigo dar satisfacción a la vanidad? Lo que si es cierto es que ahora busco a la pobreza. Huyo de oropeles ostentosos y ayuno por necesidad y convencimiento. 
Si, si sé que es poco. Por eso, comparto contigo mi tragedia en la esperanza la podamos compartir. Los años, y con ellos el desgaste, nos muestran hay otros caminos para completarnos. Caminos que nos llevan al silencio pues la palabra, muchas veces, es la herramienta del error. Gracias por dedicarme unos instantes de ti.
Francamente.

¿SOMOS ETERNOS?




Posiblemente vivimos envueltos en la soberbia de vivir. Creemos que somos eternos y actuamos, frecuentemente, como si tal. ¿Qué haría hoy si fuese mi despedida? ¿Iría a trabajar aun estando jubilado? ¿actuaría para satisfacer mi insaciable vanidad? ¿Tendría la serenidad de despedirme de mis seres próximos con amor?..... afortunadamente ignoramos ese momento, aunque llegara. Más llegar llegará dado que cada día nos acercamos más a él ignorándolo. Nos estamos despidiendo de la primavera 2012 en silencio y engordando… ¿Puede tener el vivir otra dimensión que no consumir coches de lujo o trenes eléctricos?
¡¡¡ser adultos nos obliga a más!!!
Francamente

La escucha te escucha





La escucha y la acogida a las personas cercanas o en la exclusión social convierte al voluntario en ese “alguien” en quien se puede confiar, estando atento a la necesidad de expresión de cada interno. El lenguaje sirve para poner nombre a las cosas, decir cómo es la realidad que nos envuelve. También para crear un mundo que está “más allá” de las cosas. Sirve para expresar y dar vida a nuestros sentimientos, lo que vivimos y lo que somos. Pero el lenguaje no se limita a las palabras. Hablamos también con los gestos, con el cuerpo. Quizás la mayor carencia de este colectivo social sea la no presencia de alguien a quien confiar su experiencia de sufrimiento, su soledad frente a la ausencia, silencio o mutismo de los otros compañeros de viaje, encerrados como él en su propio aislamiento; no tener a nadie para poder volcar todos sus sentimientos en la confianza de ser escuchado y acogido. Esta ausencia de “alguien” en quien confiar se refleja en el rostro, en su mirada triste. Su rostro y su mirada es su lenguaje más elocuente. Los excluidos no necesitan tanto que les “hablemos” cuanto que estemos dispuestos a escuchar. Ellos necesitan hablar, comunicar lo que sienten, lo que viven.

La espiritualidad “atiende” el vacío existencial del humano carnívoro. Su presencia “yacente” en el universo, está falta de razón y verdad; dado que todo acto humano está sometido a otra constelación de afirmación: y así infinitamente.

¿TE RESPONSABILIZAS DE TI?







Con más frecuencia de la deseada responsabilizamos

al "otro" de todas nuestras desventuras.

Con esta práctica conseguimos liberarnos de nuestra

propia responsabilidad y evitamos revisar los

errores cometidos.

¡¡¡la culpa no es mia!!!

Una alternativa es poner en práctica una de las herramientas

que nos proporciona la Emancipación:

El amor al prójimo o reconocer al "otro" como legítimo "otro".

Desde este nuevo escenario de amor a los demás empezamos

a amarnos también a nosotros. Al no culpar a los otros

de los fracasos que nos atormentan podemos analizar

aquellas áreas de mejora que tenemos por desarrollar y que


son las que nos ocasionan los tormentos.

Así despertará el interés por nosotros mismos y desde

la Emancipación ofreceremos amor a los demás y nos


desarrollaremos por los caminos de la plenitud.

¿OPULENCIA?




Vivir pensando en lo que carecemos, no es vivir. Para un adecuado fluir por los caminos del tiempo pensar en positivo ayuda. Los postulados de la carencia tienden a idealizar el concepto del carecer, ignorando las pequeñas realidades que nos trae el día a día.
Si damos protagonismo a la carencia nada es suficiente. Todo tiene su más y más y en esa avaricia por poseer olvidamos una esencia fundamental: desarrollarnos hacia la Emancipación, es decir, fomentar los hábitos de crecimiento que nos separe de la necesidad de posesión y así enterrar la carencia.
Todo es mejorable, claro, incluso nosotros mismos. Más aceptando activamente la condición de humano olvidaremos la carencia y agradezcamos lo que, con nuestro esfuerzo, hemos conquistado.
No hablemos pues de CARENCIA solo de ESFUERZO. Abandonemos así la QUEJA y demos la bienvenida al AMOR como reto Emancipador.

La luz de la candela




Las personas que no aman se aletargan, se estancan, empiezan a oler mal tarde o temprano, normalmente más temprano que tarde, porque no tienen ningún lugar a donde ir. Su vida está muerta.
Aquí es donde el hombre moderno se encuentra así mismo, de ello se derivan todo tipo de neurosis, todo tipo de locuras. Las enfermedades psicológicas han tomado proporciones epidémicas.
Ya no es solo cuestión de unos cuantos individuos que tienen alguna enfermedad psicológica; la realidad es que la tierra en su totalidad se ha convertido en un manicomio. Toda la humanidad padece una especie de neurosis, esa neurosis es el resultado de su estancamiento narcisista. Cada uno vive apegado a su propia ilusuón de tener un ego separado; entonces la gente se vuelve loca. Esta locura no tiene sentido es improductiva, no es creativa.  Oh,  la gente empieza a suicidarse. Todos estos suicidios son también improductivos, no son creativos..., se van suicidando lentamente... apagándose como una candela ante la brisa. 
Desaparecen.

ESCUCHAR LA PALABRA DEL OTRO ES PRESTAR ATENCIÓN AL OTRO.




¿Qué significa escuchar al otro?

1.-   Escuchar la palabra del otro es prestar atención (atender) al otro, valorar la palabra del otro tanto como  “nuestra”, como “mi” palabra. Escuchar al otro significa resistir la tentación de imponer mi palabra y mi pensamiento para escuchar la palabra del otro que tiene “algo de lo que hablar” y demanda un espacio, un lugar en mi tiempo para compartir la experiencia de “su” vida. Escuchar al otro significa reconocerle su dignidad de persona. No existe ser humano sin el poder y la libertad para decir “su” palabra. Es su máxima dignidad. Cuando a alguien no se le reconoce la libertad y la autoridad para decir “su” palabra se le está despojando de su dignidad. Es la condición del esclavo. Cuando alguien siente (percibe) que su palabra carece de crédito, que ya no tiene valor (credibilidad) se convierte en una máquina o robot que sólo emite sonidos, pero que no pronuncia palabras en busca de respuesta. Sabe que al otro lado no hay interlocutor que dé crédito y acoja su palabra. A veces pienso que esta es la situación más dura a la que se enfrentan los internos de los centros penitenciarios. Se sienten desposeídos de “su” palabra. Lo que ellos puedan decir ya está desautorizado de antemano. Viven prisioneros de su in-comunicación interior. En ellos sólo hay un monólogo interminable.

Dichosos vosotros, los que reconocéis toda la dignidad de los que no pueden hablar.

¿ESCUCHAR?




A LA ESCUCHA DEL OTRO.

“Ser escuchados”: quizás sea esta la necesidad más sentida para muchos de nosotros. Echar una mirada a nuestro alrededor es suficiente para observar la profunda soledad en la que se encuentra el hombre de nuestro tiempo. La prisa, el vértigo de nuestras vida, la superficialidad de nuestra comunicación, el aislamiento buscando y la concepción individualista de la vida impiden la actitud de escucha y la apertura al otro para quien no hay lugar en nuestro tiempo y en nuestra ocupación. Las relaciones del hombre de nuestro tiempo están marcadas por la rentabilidad y la eficacia. Nada es gratuito, todo tiene un precio. La relación con el otro se enmarca en una relación de poder, de dominio, a menudo impregnada de desconfianza, de sospecha. No es el otro, como “alguien”, el interlocutor, sino un objeto común a poseer y dominar. Cambiar esta dinámica o lógica de la in-comunicación exige dar un giro copernicano a nuestra concepción del hombre, a nuestro concepto del otro y de nosotros mismos; supone entendernos como seres insuficientes, necesitados del otro para ser “alguien”, sujeto moral, es decir, responsable (capaz de hacerse cargo o responder de algo o de alguien); implica vernos desde el otro, desde la “otra orilla” ver el cuadro de nuestra vida desde la perspectiva del otro en la que encuentra su visión y sentido más pleno. El hombre es un ser esencialmente necesitado del otro para existir como humano. Escuchar al otro, abrirse al otro es ejercer de humano.


 “Dichosos vosotros, los que estáis atentos para escuchar las causas justas de los que no tienen voz”