TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



LA NECESIDAD DE SER NECESITADA




EL SECRETO DE LA PALABRA.

Todos recordamos la ilusión cuando éramos niños y esperábamos la llegada de los Reyes Magos. Esa capacidad por imaginar que podía ser, aunque pareciera imposible. Tampoco olvidamos el momento en que descubrimos o nos cuentas su verdadera naturaleza. La desilusión, la decepción, las ganas de algunos de seguir aferrados a la magia de lo imposible, sin querer aceptar la revelación del secreto.
Las experiencias de ilusión forman parte de nuestra vida. Ilusionarse tiene que ver con verbos como soñar, animar, alentar, desear. Con la capacidad de asombrarse. Cuando somos niños es más simple, porque nos asombramos de lo desconocido, de lo que despierta nuestra curiosidad, de lo que hay por descubrir. Con los años perdemos esta capacidad de comprender y reconocer el mundo y todo lo que nos envuelve. Pero asombrarse también es una de las facultades clave de la inteligencia espiritual. Las personas que cultivan esta inteligencia siguen maravillándose por las cosas y las personas.
“Las personas espiritualmente inquietas e indagadoras se asombran por todo: de cómo son las cosas, de la misma existencia de la realidad, de uno mismo en el mundo” Sin esta capacidad nos perdemos lo más importante de nuestra experiencia.
Esa facultad de reconocer, de indagar, de descubrir y saber apreciar. Cuando nos asombramos, saboreamos la vida.

SI JUZGAS A LA GENTE, NO TIENES TIEMPO PARA AMARLA


¿QUÉ OBTENEMOS CUANDO CONSEGUIMOS "TENER RAZÓN"

Podríamos definir la moral como nuestro dogma individual. Un punto de vista sobre cómo deben ser las cosas. Este es el motivo por el que muchos intentamos imponer nuestras opiniones sobre los demás. Al identificarnos con nuestro sistema de creencias, creemos que el mundo debería ser como nosotros pensamos. De ahí que mantengamos "batallas dialécticas", juzgando, criticando e incluso tratando de imponer nuestra verdad a aquellos que piensan y actúan de forma diferente. En estos casos, más que compartir, lo que buscamos es demostrar que tenemos razón. Cabe preguntarse: ¿qué obtenemos cuando conseguimos "tener la razón" Por muy sofisticados que sean nuestros argumentos, este tipo de conductas solo ponen de manifiesto nuestra falta de madurez emocional. Las personas intolerables y dogmáticas estamos convencidas de que las cosas están bien o mal en función de si están alineadas con la idea que tenemos de ellas en nuestra cabeza. En esta misma línea, los demás son buenos o malos en la medida en la que se comportan como nosotros esperamos. Así, la conciencia moral actúa como un filtro que nos lleva a distorsionar la realidad. Es la responsable de la mayoría de los conflictos que destruyen la convivencia pacífica entre los seres humanos. No es otra cosa que la suma de nuestros prejuicios y estereotipos. Y se sustenta sobre dos pilares: nuestras interpretaciones subjetivas y nuestros pensamientos egocéntricos. De ahí que limite nuestra percepción y obstaculice nuestra comprensión, siendo una constante fuente de lucha, conflicto y sufrimiento..

LA SOMBRA NO EXISTE. Lo que tú llamas sombra es la luz que no ves.




El poder del ser
“Aquellos que desean crear un nuevo estado de cosas deben comprenderse a sí mismos en su relación con otro” (Krishnamurti)

La verdadera identidad del hombre está conectada con la esencia de la masculinidad que prevalece más allá de los modelos patriarcales impuestos, más allá de lo que ha significado ser hombre durante siglos. A esta esencia la denominaríamos la masculinidad eterna, en la que el hombre vive todo su potencial en su ser. Para ser hombre no necesita demostrar, vencer ni triunfar. Cambia su visión y su enfoque: en vez de competir con armas adquiridas, coopera con sus armas innatas, con sus talentos y valores, cultivando su inteligencia emocional y espiritual. Vive una masculinidad madura, con raíces emocionales y espirituales propias.
Recuperar el poder interno implica tener un mayor dominio de su mundo interior y de sus facultades, como son la mente, el intelecto, los condicionamientos y los hábitos. La práctica del control mental, del pensamiento positivo y de la meditación le ayudará a conseguirlo. Fortalecer valores como la tolerancia, la aceptación y la flexibilidad le ayudará a vivir en paz en tiempos de turbulencia y cambios como los que vivimos. Cualquier debilidad, dispersión, falta de enfoque y fluctuación interna le robará la energía necesaria para sentirse pleno. Liberarse de cualquier aspecto que le haga sombra le permitirá gozar de una vida más plena. Para superar una debilidad es necesario aceptarla sin vergüenza, reconocerla con sinceridad, entender por qué está ahí y empezar a trabajar el valor o fortaleza que contrarreste esa debilidad y le ayude a vencerla.

¿ANALIZAS EL LENGUAJE QUE UTILIZAS?




El lenguaje ambiguo y encubridor de “globalización” es deshumanizante.

El lenguaje puede ser una fuente de deshumanización, como vehículo de manipulación, encubrimiento y mentira. Por ello, usar uno u otro lenguaje, es todo menos inocente, y por eso siempre se libra una batalla alrededor de él, de modo que llegue a significar lo que favorece a determinados intereses, independientemente de que la realidad quede bien reflejada o no en él. Eso ocurre con términos como “democracia” y “libertad”. Solía ocurrir con términos como “socialismo” y “revolución”. Y también ocurre con el lenguaje religioso, comenzando con la palabra “Dios”. Quien gana la batalla del lenguaje ya ha ganado la mitad de la guerra –y ha conseguido un poder importante.
Algo de eso acurre, en mi opinión, con el término globalización. Es indudable que algo nuevo ha ocurrido en la historia, pero para expresarlo no se usan términos como mundialización o humanidad interdependiente, más aglutinada. De hecho se ha elegido el término globalización, y no creo que la elección sea toralmente accidental. El mero uso del término introyecta, al menos subliminalmente, que “algo bueno” ha sucedido, y ciertamente globalización suena mejor y más humano que capitalismo. Introyecta la idea de “salvación, aunque en buena medida muchos de sus frutos son malos y a veces perversos.
Con “globalización” se quiere comunicar e imponer un juicio de valor: lo que está ocurriendo es bueno: vivimos en un mundo inclusivo de todos, y es –o será pronto- para todos un mundo sustancialmente homogéneo y armónico; no vivimos, pues, en un poliedro irregular y deforme, aunque en él también pudieran caber todos; vivimos en un mundo en camino hacia la perfección, lo que es sugerido explícitamente por el término “globalización”: la belleza de la redondez, y la equidad dentro del todo, la equi-distancia entre todos los puntos de la superficie del globo y su centro; ese mundo globalizado es predicado como una buena noticia escatológica, como lo esperado por todos, desde hace mucho tiempo, y ahora con mejores argumentos –y con mayores posibilidades-
La civilización de la riqueza lleva a que se produzcan muchos desequilibrios, Después los encubre. Y además, “deshumaniza”. Hace que el espíritu humano respire un aire envenenado como lo denuncian ciertas manifestaciones, ejemplo Juan Pablo II “Hoy más que ayer la guerra de los poderosos contra los débiles ha abierto profundas divisiones entre ricos y pobres”; “los Países más poderosos y prósperos han abdicado de los principios democráticos como justicia, libertad, igualdad, solidaridad (Mayor Zaragoza); Estados Unidos, se ría de la democracia y sus principios “no respeta la voluntad mayoritaria de la humanidad ni la soberanía de las otras naciones, ni aun los dictámenes masivamente mayoritarios de las Naciones Unidas, ni las sentencias del tribunal de la Haya (Ellacuria). Todo esto sigue cayendo en el olvido y en el silencio. Las democracias no convierten en tarea central oponerse a esa mentira. Y las Iglesias, pocas se atreven a ejercer en serio la profecía.
Pocos están dispuestos a devolver la entrada al paraíso de este mundo nuestro, industrial, globalizado y democrático, que produce –o tolera- la muerte de los niños.

SI TE DAN UN PAPEL PAUTADO, ESCRIBE POR DETRÁS




¿FAVORECER EL TRABAJO EN EQUIPO?

1.-"Por grande que sea un pensador influyente, su labor queda muy limitada si no hace equipo, con al menos un hombre de relaciones, un meticuloso gestor y un poderoso hombre de acción. Sólo con un auténtico equipo, cohesionado por un proyecto común, puede lograrse una transformación excepcional."

2.- "Las ideas no son contagiosas, por magníficas que éstas sean. Sólo son contagiosas las emociones. Y para contagiar las emociones hace falta poder. El poder que concede el miedo, o mejor aún, el poder que emana de la noble influencia: del ejemplo, del sabio consejo, del entusiasmo. Un poder sobre las sociedades en su conjunto"

3.- "Respecto al talento, el contexto influye el cuadrado de la materia prima. En condiciones adecuadas (una cultura que libera el talento, un agradable ambiente de trabajo, el desarrollo de las cualidades y un sistema que compense la labor bien hecha), las personas aprovechan mejor sus capacidades, optimizando su compromiso. En entornos tóxicos, el talento individual se desaprovecha. El talento aflora o se desvanece según las circunstancias porque, como señaló Ortega y Gasset.: "yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo."

4. "Atención a los grupos de poder; porque todas las organizaciones los tienen. Y sirven a sus propios intereses. Toda propuesta por buena que sea, si según la percepción del grupo de poder no supone una mejora para éste, será torpedeada sin piedad".

5. "Cuando un movimiento de evolución puede convertirse en peligroso, los reaccionarios se las ingenian para que aparezca un grupo radical, extremo en sus planteamientos, contra el que luchar y que justifique su existencia como garantes de la paz y el orden."

6. "El lider ha de comportarse con una integridad exquisita y con la determinación que obliga a que, si es engañado por otro de dudosa ética le responda sin miramientos"

7. "Todo líder transformador ha de tener en cuenta que sus comportamientos hablan a los demás mucho más fuerte que sus palabras. Es en los momentos de la verdad cuando el líder se juega su credibilidad. Los discursos poco valen si no vienen precedidos por los hechos".

8. "Nada sustituye en el liderazgo al contacto directo, presencial, cercano..... y a la apelación a un enemigo común"

9. "Toda fortaleza puede convertirse en compulsión si se lleva demasiado lejos. El éxito puede emborrachar como el alcohol y, ante la sensación de sentirse invencible, el líder puede embarcarse en confrontaciones teóricamente asequibles, pero que en realidad signifiquen graves derrotas

10. "Es ante la adversidad cuando se comprueban las verdaderas cualidades de un líder. El auténtico dolor, el sufrimiento, desenmascaran lo que de falso tiene una persona y la limpian, como las lágrimas limpian los ojos. En las horas difíciles es cuando se miden las grandes personas".

11. "Una de las principales labores de todo dirigente es desarrollar de manera efectiva a quien ha de ser su sucesor, para impedir que su legado se eche a perder.

12. "La última grandeza del líder es abandonar el poder antes de que el destino le obligue a ello. Ha de tener la suficiente previsión, generosidad y humildad como para preparar a la siguiente generación y cederle el testigo cuando las circunstancias lo aconsejen.

¡¡¡Solo el nosotros nos liberará de la opresión, abandona el YO!!!

El coaching Emancipador nos puede dar argumentos para ser asertivos ante el "discurso" de los capataces del del poder.

¡¡¡no abandones aunque te castiguen!!!

¿EL MIEDO ES UNA EMOCIÓN INDIVIDUAL Y SOCIAL?




MIEDO versus VALENTÍA

El miedo tiene y ha tenido diversas lecturas. Para FREUD es la señal de un conflicto interior no resuelto mientras que para San Agustín es la lejanía de Dios.
Todos vivimos en la misma realidad, pero cada uno habitamos en nuestro propio mundo.
Un valiente y un cobarde no ven lo mismo.
La peligrosidad del objeto puede depender de la evaluación que hace el sujeto, y ésta puede estar equivocada.
El que provoca el miedo, corrompe, y debe ser tratado como un corruptor.
El miedo es una EMOCIÓN individual pero contagiosa, o sea, social.
La psicología demuestra que las multitudes son masas muy influenciables y con frecuencia ésta pierde el sentido de la responsabilidad personal. A esta circunstancia podemos denominarla "miedos sociales".
Los miedos siempre están basados en creencias, informaciones o supersticiones compartidas.
¿Qué puedo hacer con mis miedos?
No podemos eliminar las pasiones, pero si convertirlas en afectos. Podemos poner las energías naturales a disposición de quién sepa educarlar
Una pasión sólo puede ser educada por otra pasión + fuerte.

¿LOS VIERNES, AMOR?




“LOS ESPECIALISTAS CONSIDERAN QUE EL VIERNES POR LA TARDE ES EL MEJOR DÍA PARA DAR NOTICIAS NEGATIVAS, YA QUE SU IMPACTO ES MENOR”
Los mensajes negativos, aunque no nos afecten directamente, generan incertidumbre, una visión catastrofista de la vida y del futuro y afectan a nuestra salud.

Las sociedades que nos precedieron fueron víctimas de toda clase de plagas, hambrunas y epidemias que se cebaban en la población. En el primer mundo, más allá de nuestras carencias materiales, hoy en día, otra clase de plaga azota el inconsciente colectivo. Vamos a hablar de las malas noticias con las que nos bombardean los medios de comunicación y que nos han instalado en un escenario de pánico y desazón.
En el actual estadio de la crisis, muchas personas se preguntan por qué Mariano elige también los viernes para dar malas noticias por televisión. Los especialistas en medios de comunicación consideran el viernes por la tarde como el mejor momento para dar noticias negativas, ya que el impacto de la opinión pública es menor. Una de las razones que esgrimen es que el sábado hay un bajo consumo de periódicos, y por tanto el recorte de turno quedará diluido entre las noticias deportivas que protagonizan los periódicos de fin de semana.
Esta práctica no es exclusiva de los gobiernos que aprietan el cinturón a los ciudadanos. También muchos despidos en las grandes empresas se comunican en viernes por la tarde.
Podría pensarse que la razón es permitir al empleado reponerse del disgusto durante el fin de semana. Sin embargo, el motivo suele ser otro muy distinto. Un despido anunciado en viernes por la tarde, cuando los empleados ya se van a casa, provoca una alarma mucho menor que hacerlo un lunes por la mañana, con lo cual la noticia se convertiría en la comidilla de toda la semana.
Podemos definir una “mala noticia” como aquellas situaciones en las que existe una sensación de falta de esperanza, una amenaza al bienestar mental y físico, un riesgo de alteración del estilo de vida, o cuando un mensaje transmite una disminución de las opciones sobre la vida.
¿TRABAJAMOS LA BUENA NOTICIA?

LUJO O EMANCIPACIÓN




Lujo temporal y miedo existencial

Con la crisis no cobraremos "bonus"

Cuando en nuestro día a día hablamos de y con los ejecutivos de empresas nos sorprendemos del lujo de todo tipo que consumen sin despeinarse. Es fácil hablar con trabajadores denominados "ejecutivos" que consumen coches de importación (en Europa de fabricación alemana), restaurantes de moda y bodegas de "gourmet". Todo ello unido a una telefónia móvil de última generación así como un "lock" de gimnasio. Este "paquete" de lujo lleva implícito, no obstante, un servilismo de dependencia a la cúpula del sistema que, en muchos casos, roza la esclavitud. Si, si esclavitud de lujo pero esclavitud.
Mientras forman parte del engranaje del sistema disfrutan de los citados oropeles como si fueran generados por ellos; como si les pertenecieran. En este mosaico de prebendas, también existe el miedo. Son pocos los ejecutivos de gama semialta-media y baja que tengan acertados planes de pensiones. Cuando quedan fuera de moda o envejecen para el sistema, el vacio llega materializado con el desprecio a su profesión e ignorando a su persona. Los más favorecidos, aquellos que tienen pactado un generoso PLAN DE PENSIONES ven como en dos dias desaparece su futuro economico como consecuencia de las denominadas hipotecas subprime.
Tal circunstancia, habitualmente, llega cuando el EJECUTIVO tiene sobre cincuenta años y la sepultura la tiene abierta.
Todo, entonces, pasan de la aceptación a la tolerancia entendiendo esta última como una confrontación diferida.

Se instala el odio en las mentes ilustradas por el sistema productivo.

Pero ya no hay tiempo para luchar solo.

Paralelamente.... la pobreza sigue donde estaba. Donde él antes no la veía. Se escucha el silencio del lamento y todos caminan hacia un destino predetermidado.

¡¡¡Ya no hay tiempo!!!

Otra generación perdida.

¿PREMIO versus CASTIGO?




Premio versus Castigo

¡¡Tú nunca andarás sola!!

Dos poderes bastarían a los "directivos" inteligentes para controlar a sus equipos: el de castigarles y el de recompensarles.

¿A que me refiero con castigar y recompensar?

Por castigar por degradar y despedir; por recompensar, a conceder honores y riqueza.
Usádolos bien, los miembros del equipo, siempre estarán temerosos de los castigos y ansiosos de las recompensas.
Pero no son así las cosas hoy.
Hoy muchos altos directivos han perdido el control sobre los castigos y las recompensas: movidos por venganzas o favores personales, resulta que son los "segunda línea" quienes determinan el premio o castigo a concretar. Consecuentemente, los equipos, ya no respetan a los altos directivos. Centran sus miedos o esperanzas en las "segundas líneas de decisión" por lo que las organizaciones son "guiadas" por individualidades escasamente comprometidas con la globalidad.
Una de las estrategias para provocar miedo es "no ser previsible". La arbitrariedad asusta.
Consecuentemente, el poder, está estructurado y organizado para controlar a las masas sedándolas en la comodidad. Quizás éstas puedan romper sus cadenas caso de adquirir conciencia de tales herramientas y modificando su escala de valores.
Tal modificación debería contemplar, por ejemplo, a dar prioridad a un "plan de carrera" versus una gratificación económica.
Pero las personas nos movemos más por lo aparente que por lo real. Tal circunstancia condiciona cualquier estrategia inteligente. Quién desee ser estratega con su entorno deberá utilizar la astucia para mantener a los demás "en suspenso y asombrados".
Todo ello acompañado de determinadas "virtudes" que refuercen nuestra credibilidad y reputación.
O bien aceptamos ser "los corderos obedientes" o nos manejamos en la estrategia dado que el "poder " busca nuestras voluntades para conseguir sus objetivos.

¿Quién es el dueño del poder?
¿Cuántos poderes hay?
¡Tú que respondes!
¿o prefieres una cerveza?
¡¡o un bombóm!

"PEOR QUE NO ESTAR INFORMADO ES PENSAR QUE LO ESTÁS"




Es necesario determinar adónde vamos
y por dónde, y no sin la
ayuda de algún experto que
haya explorado antes los caminos que
hemos de recorrer.
Seneca

Las prisas, las cada vez más complejas relaciones interpersonales, y las grietas del pensamiento postmoderno incrustadas inconscientemente en gran parte de nuestra sociedad provocan que la necesidad de un coach sea cada vez mayor. Con las crisis muchas personas caen del árbol y tocan la realidad.
Algunos necesitan espejos para entender qué está pasando y ser acompañados para reenfocar el futuro. Hay distintos niveles de expertos de acompañamiento, porque hay diversos tipos de situaciones: los que tienen demasiado trabajo y requieren mejorar su desempeño; los que se quedan sin trabajo pero tienen familia o una red social que los sostiene; los que se quedan sin familia y sin trabajo; y los que caen en el pozo, en el vacío existencial. Estos últimos requieren un psiquiatra.
Y otros precisan de un life-coach que les ayude a enfocar su trayectoria vital de modo global, integrando su ámbito personal y profesional. No tener acompañamiento conlleva cierto riesgo en épocas inciertas y complejas, pero peor sería pensar que se tiene cuando no es así. Si un ciego guía a otro ciego, el resultado puede ser una calamidad. Sería el caso de los entrenadores con una visión reduccionista de la naturaleza humana: mecanicista ("todo se arregla con pastillas") o psicologista ("ve donde el corazón te lleve").
Para que la ayuda sea de calado hay que conocer a fondo la naturaleza humana y el mapa que la rige con todas sus coordenadas, y donde el norte es el norte verdadero, no el magnético. Lo contrario puede conducir a la desorientación y a que la vida sea un simulacro donde ya no tengamos margen de rectificación.
Es difícil guiar a alguien si no se conoce el camino.

"Peor que no estar informado es pensar que lo estás"

OPRIMIDOS versus OPRESORES: distinciones del ALMA




LOS POBRES SON LO QUE NO SON
Deshumaniza el desprecio hacia los pobres

Esta deshumanización se asume con la impotencia y naturalidad de que así son las cosas, y no se hace notar mucho, pues, a diferencia de los males que producen muerte física o acercan a ella, los males del espíritu no son tan obviamente contabilizables. Pero son nocivos.
Se insiste en que hay que eliminar la pobreza pero el modo de intentarlo es deshumanizante.
Lo primero que deshumaniza  en los intentos de eliminar la pobreza es poner eficazmente entre paréntesis la dignidad del ser humano, casi como por principio, como si una cosa no tuviera que ver con la otra. O aceptar, sin más, que cualquier medio es bueno con tal de aliviarla. Este modo de pensar no sólo no es ético, sino que es deshumanizante, pues no hay que alimentar a una especie animal, sino a seres humanos.
Deshumaniza aceptar con naturalidad en la práctica, aunque en el discurso se diga lo contrario, el ritmo de superación de la pobreza y los plazos que se ponen los países. Visto desde la abundancia, el ritmo puede parecer relativamente humano y rápido, pero visto desde la pobreza –y la decencia- es inhumanamente lento, y en algunos casos hay retrocesos en las fechas fijadas para la ayuda
Deshumaniza que no disminuye sino que aumenta la llamada “brecha de generosidad” Los ingresos “per cápita” de las naciones ricas, durane los últimos 15 años, ha subido seis dólares, mientras el monto asignado al desarrollo bajo un dólar.
Deshumaniza la obviedad con que, al buscar soluciones, también la ética es puesta entre paréntesis. Para eliminar el hambre son necesarios conocimientos tecnológicos y estrategias y una dosis de pragmatismo político. Pero ignorar la ética es grave. Lo es por motivos de eficacia, pues “solucionar el problema del hambre no es hoy, sustancialmente,  problema económico ni político; es problema ético”.
Y algo parecido hay que decir del lenguaje que se usa con frecuencia ante problemas humanos como el hambre: para resolverlo se necesita voluntad política. Pues bien, según esto, lo primero que hay que reconocer es que no existe tal voluntad, pues el hambre continúa
“Un niño de que muere de hambre, muere asesinado”

¿QUÉ PUEDO HACER YO PARA CAMBIAR AQUELLO DE LO QUE ME QUEJO




“El primer paso para emanciparnos es difícil. Consiste en atrevernos a asumir el protagonismo de resolver los problemas”
No es nada fácil ser ciudadano en el mundo de hoy. Solo protestar e echar la culpa no asegura el futuro. Es el momento de tomar las riendas.
Hoy día sobran los motivos para estar enfadados. Aumentan los impuestos. Sube la inflación. Trabajamos más horas. Cobramos menos. Se alarga la edad de la jubilación. Y cada vez más personas engordan la lista del desempleo…. En paralelo, presenciamos a través de la pantalla del televisor un sinfín de fraudes, escándalos y estafas por parte de políticos corruptos y empresarios codiciosos. Y como colofón, estamos siendo testigos de cómo está desmoronándose el sector financiero, poniendo en peligro la salud y la soberanía económica de todo el país.
Frente a semejante panorama, el miedo y la confusión no solo se han apoderado de la población, sino que se han convertido en un virus contagioso. Y como reacción mayoritaria, muchos seguimos esperando que de algún modo u otro el Estado se encargue de solución a nuestros problemas. Y tiene sentido que sea así. El paternalismo y el victimismo son los dos principales legados psicológicos que nos ha dejado la era industrial. Ambas actitudes se retroalimentan; se necesitan mutuamente para poder existir.
El quid de la cuestión es cómo los ciudadanos dependemos absolutamente del Estado, de las empresas y de los bancos. Sin ellos, muchos no podríamos ni sabríamos cómo sobrevivir económicamente. Y esta dependencia a dado lugar a nueva forma de esclavitud contemporánea.  Y dado que la presión ejercida por quienes nos gobiernan es cada vez mayor, en los últimos años una parte de la ciudadanía ha salido de su aletargamiento, expresando su inconformismo a través de manifestaciones pancartas y megáfonos y especialmente midiendo su consumo.
Una de las revoluciones que podemos hacer hoy es reflexionar sobre cómo ganamos y gastamos nuestro dinero, conductas que dicen mucho acerca de las personas que somos. Y una buena manera de empezar esta senda hacia la madurez y la coherencia es tratar de responder, con más hechos y menos palabras, a la pregunta ¿Qué puedo hacer YO para cambiar aquello de lo que me quejo?

MAGNANIMIDAD Y VIRTUD; dos distinciones necesarias





Virtudes del ser humano
Platón plantea que el ser humano dispone de tres poderosas herramientas: el intelecto, la voluntad y la emoción. Para cada una de estas existe una virtud: la sabiduría, el valor y el autocontrol. La sabiduría permite identificar las acciones correctas, saber cuándo realizarlas y cómo realizarlas. El valor permite tomar estas acciones a pesar de las amenazas, y defender los ideales propios. El autocontrol permite interactuar con las demás personas y ante las situaciones más adversas cuando se está realizando lo que se debe hacer para lograr los fines propios.
A estas tres virtudes se añade una cuarta, la justicia, que permite respetar las ideas de los demás, sin abandonar las nuestras, para compartir los frutos de nuestras acciones y ayudar a los otros a realizar las suyas.
Sócrates nos dice que la virtud nos permitirá resolver las mejores calificaciones y con ella podremos distinguir entre el final, el mal, el bien y lo irrespetuoso. También dice que la virtud se puede alcanzar por medio de la educación fundamentada en nuestra moral y en nuestra vida cotidiana. Cree en el intelectualismo moral, el cual se basa en la idea de que la sabiduría se basa en la ética. Si alguien es buena persona automáticamente será sabio. También Sócrates opina que la virtud es aquello que nos ayuda a conseguir el bien mediante razonamientos y la filosofía.
Los estoicos sostenían que la virtud consistía en actuar siempre de acuerdo con la naturaleza, que, para el caso del ser humano, concebido como ser racional, se identifica con actuar siempre de acuerdo con la razón, evitando en todo momento dejarse llevar por los afectos o pasiones, esto es, todo lo irracional que hay en nosotros, que no puede controlarse y por tanto debe evitarse. Los estoicos consideraban que la virtud, como facultad activa, era el bien supremo.
Las cuatro virtudes clásicas en Occidente
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Las cuatro virtudes clásicas son:
  • Templanza (del griego σωφροσύνη, en transliteración sōphrosýnē)
  • Prudencia (del griego φρόνησις, en transliteración phrónēsis)
  • Fortaleza (del griego ανδρεία, en transliteración andreía)
  • Justicia (del griego δικαιοσύνη, en transliteración dikaiosýnē)

Magnanimidad
La magnanimidad es la grandeza y elevación del ánimo o bien una gran generosidad o liberalidad.
Es una virtud natural en el hombre que tiende a la realización de cosas grandes prescindiendo de su dificultad y es perfección en general de todas las otras virtudes en cuanto es disposición del ánimo a propósito para los actos más culminantes de las mismas. Por esto es imposible distinguir con precisión esta virtud de cualquier otra existente en grado eminente. Es la virtud que más mueve a la alabanza, porque tiene por objeto de su ejercicio las cosas grandes realizadas conforme a la recta razón. Es el mejor apoyo de la esperanza y la resistencia más eficaz contra la desesperación.
Sus extravíos dan en las ridiculeces o verdaderas locuras de la soberbia. Pero en sí la magnanimidad es singularmente opuesta a las manifestaciones viciosas conocidas con el nombre de vanidad, porque el mismo aspirar a grandes cosas hace que el magnánimo no pueda atender a procurarse las pequeñas satisfacciones del amor propio en el trato de las gentes; pero siempre corre el peligro de aparecer vano, sobre todo a ojos de los que lo son. Santo Tomás ha hablado largamente de esta virtud (Summa Theologiae 2. 2 quaestiones 129-134)



¿QUIERES SER FLEXIBLE?




La palabra es libre; la acción, muda; la obediencia, ciega (Schiller)
Muchas personas no se permiten ser flexibles con ellas mismas, en cambio lo son mucho más con los demás, aunque les pese. Es decir, les consienten lo que no se permiten a sí mismas, lo que revierte en su propia incapacidad de poner límites. Suelen ser hiperresponsables, obedientes a las órdenes jerárquicas, disciplinadas y de una moral inflexible. Aunque aceptan que cada uno haga lo que quiera hacer, ellas no se lo permiten, no pueden ser "malas" con los demás y, para colmo, se culpan de ello. Si un día se pasan un pelín de la raya, se avergüenzan tanto que la autoinculpación los corroe por dentro.
Muchas personas "obedientes" suelen sufrir de "rigidez mental", es decir, les cuestan horrores los cambios, no les gustan demasiado las sorpresas y prefieren una vida ordenada e incluso repetitiva, antes que verse envueltas en la peligrosa ruleta del azar. Cada vez que llamo a mi amiga Angelines para quedar con ella, a sabiendas de que le encanta encontrarse conmigo, es incapaz de renunciar a sus programaciones previstas. La pobre se pasa la llamada recitándome la agenda de actividades que tiene previstas o las limpiezas que todavía le quedan por hacer en la casa. No se da cuenta de que la mayoría de tareas son autoimpuestas, que no tiene que hacerlo todo, ni nadie le va a pedir explicación alguna. Pero su mente y su moral son inflexibles, no hay espacio para la improvisación.
Existe otra modalidad de esfuerzo autoimpuesto, que practican los que habitan en la insatisfacción permanente, forzando cambios en su vida innecesarios. El gran maestro Jiddu Krisnhamurti ejemplariza esta idea de forma muy entendedora: "Un río pasa fluyendo, lleno, potente, caudaloso. Cruzar el río se convierte en un problema cuando quiero alcanzar la otra orilla, donde creo que hay más libertad, más belleza, más encanto, más paz, etcétera. Pero veo que no puedo cruzar el río: no tengo barca, no puedo nadar, no sé qué hacer. Por tanto, ¿qué le pasa a mi mente? No está satisfecha con permanecer en esta orilla. Pero no tiene ningún problema. Mi herida no es un problema. Es tan simple que nos negamos a verlo".

¡¡¡YA PUEDES REINVENTARTE!!!




¿de la IMAGINACIÓN a la REALIDAD?

Uuuummm... ¿es posible?
"Un coach no es tan sólo un mago del cambio, sino también un luchador por la libertad."
Todos soñamos. Mientras dormimos,
nuestra mente baraja las experiencias del día
junto con sus correspondientes pensamientos y emociones.
Estos sueños pueden proporcionarnos pistas,
susurros e indicios acerca de nuestra vida,
de dónde estamos y de adónde queremos ir.
En los sueños nuestras metáforas se convierten en realidad.
Cuando soñamos utilizamos la imaginación,
saltamos de los confines de nuestra vida
a un mundo más amplio,
en el que todo es posible y
en el que no estamos limitados
a esas cartas que nos han sido
repartidas por "croupiers" al servicio del poder.
La libertad tiene dos facetas:
la de liberarse de algo y
la de gozar de libertad para hacer algo.
El coach trabaja con dos clases de libertad:
Ayuda a liberarse de circunstancias
insatisfactorias/desagradables y
posteriormente abre otras posibilidades.
El coach ayuda a quienes
están implicados en la búsqueda de la libertad
a determinar quiénes son sus enemigos
y qué esta bloqueando el cambio.
En la mayoría de los casos el enemigo
es el hábito entendimiento por hábito
los intereses básicos y las vilezas humanas..
Pero los tiempos cambian y
los viejos hábitos ya no nos sirven.
El coaching nos puede cambiar
la dirección de la vida simplemente
modificando los hábitos y
convirtiéndolos no en formas predecibles
de respuesta si no en formas personales
de acción proactiva.

¡¡¡No abandones!!!
¡¡¡No renuncies!!!
¡¡¡No te rindas!!! 

NO TODO CONSISTE EN DAR.....




GENEROSIDAD

Todos entendemos, casi seguro, lo que
puede significar generosidad. Lo asociamos
como dar y darse sin esperar nada a cambio.
Ofrecerse, ser útil, ayudar...todos estos
conceptos los asociamos con la generosidad
y el altruismo.
Más estas actitudes pueden incomodarnos y hasta
distanciarnos del "presumiblemente" generoso.
Cuando una persona se muestra muy generosa
provoca un desequilibrio en una relación que sólo
se reajusta cuando la otra persona puede devolver
de una forma u otra algo de lo recibido.
Así sólo seremos verdaderamente generosos
cuando estemos dispuestos a dejar que los demás
tambien lo sean con nosotros.
La generosidad es pues, un ciclo de amor
que no debes romper.
Recuerda:
Dar sin querer recibir puede ser de miserable.

¿CONOCES TU IMAGEN PÚBLICA?




Colgar etiquetas es renunciar a la capacidad de percepción y a la ocasión de conocer de verdad a los otros

Estas son algunas de las etiquetas que recuerdo cuando repaso mi vida. Sin duda hay muchas más. Y sin duda no soy el único que las ha tenido y las tiene. Todos tenemos nuestras etiquetas. Algunas son justas; otras, tremendamente injustas. Unas nos las hemos ganado, y otras nos las han colgado sin que pudiéramos evitarlo. Pero en cualquier caso ahí están. Nos acompañan en cada periodo de nuestras vidas y condicionan la percepción que tienen los demás de nosotros. Porque constituyen –en muchos casos, y muy a nuestro pesar– nuestra tarjeta de presentación.
Las merecidas y las inmerecidas. Las etiquetas son una forma fácil (aunque tremendamente superficial y a menudo poco objetiva) de clasificarnos. Cuando preguntamos sobre alguien, lo primero que recibiremos como respuesta será su etiqueta, especialmente si quien habla de ese alguien lo conoce poco. Nos guiamos por ellas y juzgamos según ellas. En un mundo veloz y superficial, lo que conocemos de los demás a menudo se limita a sus etiquetas.
Las etiquetas no tienen por qué ser reflejo de una pauta de comportamiento habitual, ni de nuestra forma de ser o nuestro carácter. A menudo nos las cuelgan por episodios anecdóticos (un día pierdo los papeles en público y paso a ser el histérico) o por comportamientos intrascendentes que por algún motivo generan curiosidad (es el maniático que siempre encuentra las faltas de ortografía en las presentaciones).
Pero también nos las podemos ganar por comportamientos habituales de los que no somos muy conscientes (soy un obsesivo del orden porque no puedo salir sin poner todos los papeles en su sitio).
Lo que es cierto es que, sea cual sea el motivo por el que nos la han colgado, casi siempre somos los últimos en enterarnos de que llevamos una etiqueta. Y que en muchos casos un solo acto desafortunado es el responsable de que nos la hayan colgado. Se cumple en este sentido el refrán que reza: “Por un perro que maté, mataperros me llamaron”.
Etiquetas instantáneas. Las etiquetas son mucho más fruto de las primeras impresiones que del conocimiento real de una persona. A menudo, solo con un primer contacto visual, y antes de que digamos nada, ya nos han colgado una etiqueta.
Es importante constatar que en estos casos la apariencia física, nuestra expresión y en general el lenguaje no verbal van a tener un papel determinante en la configuración de nuestra etiqueta. Podemos ser un pedante insoportable o un encanto de persona solo por la manera en que nos vean aparecer. Y como las etiquetas ejercen un gran papel en la configuración de la opinión que los que no nos conozcan tendrán de nosotros, vale la pena cuidar –o como mínimo ser conscientes– de esta primera impresión.
¿Qué hay detrás de las etiquetas? Las etiquetas no siempre son ingenuas o bien intencionadas. No son solo fruto de la percepción espontánea de nuestro interlocutor en un momento dado. Muchas veces reflejan los miedos de aquellos que nos las cuelgan (eres mi nuevo jefe, no te conozco, pero tengo miedo y de entrada te cuelgo la etiqueta de que eres un ogro) o esconden estrategias de destrucción cuando nos perciben como un potencial enemigo (eres nuevo en mi departamento, amenazas mi posición y de entrada te cuelgo la etiqueta de trepa).
Lo que es seguro es que las etiquetas son socialmente muy golosas. En todos los grupos hay el que cuelga las etiquetas a todos, en un proceso creativo que lo hace especialmente popular entre los demás. Es un juego que divierte y cohesiona al grupo, pero que tiene nefastas consecuencias para algunos.
En cualquier caso, las etiquetas que tengamos no nos deberían pasar inadvertidas, porque muchas veces nos advierten de comportamientos que sin que seamos conscientes están proyectando una determinada imagen de nosotros a la gente.
Generalmente nos cuelgan las etiquetas sin que lo advirtamos, pero también podemos ser proactivos e ir a buscarla: podemos tener determinados comportamientos para “ganarnos una etiqueta” y vivir de las rentas el resto de nuestros días (puedo dedicarme a llegar el primero al trabajo durante una semana, ganarme la etiqueta del que abre la oficina cada día… y vivir de ella el resto del año).
¿Cómo quitárselas de encima? Es muy difícil quitarse de encima una etiqueta, porque cada gesto que la reafirme será especialmente visible, mientras que los gestos que la contradigan pasarán a menudo inadvertidos. La gente de nuestro alrededor está condicionada a percibir lo que diga la etiqueta.
Si queremos deshacernos de una etiqueta, el primer paso será necesariamente cambiar nosotros de comportamiento. No podemos esperar que los demás cambien su percepción si no cambiamos nosotros primero nuestro comportamiento. Para quitarnos de encima una etiqueta falsa necesitaremos tiempo y paciencia.
Tiempo, para que los hechos pongan las cosas en su lugar, y paciencia, para aguantar todos los comentarios que conlleva la etiqueta que ya tenemos asignada. Lo único que podemos hacer al respecto es hacer especialmente visibles todos aquellos comportamientos que desmienten la etiqueta. Y ayudarnos de nuestra gente de confianza para que influyan en la percepción de la gente.
Si la etiqueta es cierta y no nos gusta, no podemos hacer otra cosa que asumirla con deportividad. Actuar reactivamente o coléricamente perpetuará la leyenda.
Cuando nosotros las ‘colgamos’. Leí hace muy poco una frase que decía: “Si tú me conociste ayer, haz el favor de no pensar que hoy estás tratando con la misma persona. Acércate a mí con cierto sentido de curiosidad”.
Colgar etiquetas a los demás es renunciar a nuestra capacidad de percepción. A base de etiquetas perpetuamos una impresión estática de los otros que no nos permite ver su evolución o su crecimiento.
Colgar etiquetas nos dará a la larga una falsa y superficial percepción de los demás. Al mismo tiempo, juzgar a los demás por la etiqueta que llevan nos conduce a renunciar a conocerlos de verdad. En este sentido, cuando entramos en contacto con grupos nuevos, hemos de evitar dejarnos guiar por lo que nos digan de la gente. Por las etiquetas que ya lleven. Hagamos el esfuerzo de descubrirlos uno por uno desde nuestra capacidad de percepción, limpia de prejuicios.
Y con la gente que conocemos bien deberíamos hacer el esfuerzo de mirarlos con ojos nuevos cada día. Al fin y al cabo, cuando salimos de casa cada mañana, nunca volvemos siendo la misma persona: las vivencias que hemos tenido durante el día nos han cambiado.