Cuando recuerdo mi niñez me llega la tristeza. No fui un niño feliz. Así que debemos comprometer-nos
a hacer felices a los niños para que, cuando sean ancianos
no les pase como a nosotros que, sin recuerdos de felicidad,
estén tristes
La muerte es un hecho que, en el sentido que ahora precisamente,
vamos a definir, afecta al hombre entero.
Ahora bien, el hombre es una unidad de naturaleza y persona,
es decir, un ser que posee, por una parte, una subsistencia,
previa al libre albedrío personal, que sigue sus propias leyes
determinadas y tiene, por tanto, su propia evolución necesaria;
y, por otra parte, ese ser dispone libremente sobre sí mismo y,
por tanto, es definitivamente lo que él determina hacerse dentro
del ámbito de su libertad.
La muerte, consiguientemente, ha de tener un aspecto natural
y otro personal.
El primer aspecto esta visto, con el lema muerte, como
la separación del alma y del cuerpo; el aspecto personal
se expresa diciendo que con la muerte
termina definitivamente el estado de viador
del hombre. Si a estas dos consideraciones anteponemos
unas breves palabras sobre la universalidad de la
muerte, tenemos trazada la marcha de nuestras
primeras reflexiones: la universalidad de la muerte.
la muerte como separación del alma y del cuerpo.
La muerte como consumación de la formación
personal del hombre.
La muerte no llega por un desoden
es el término necesario de todo ser viviente
que teniendo una dirección histórica
tiene un fin.
Manejar es concepto de nuestro
determinismo puede ser una
enorme aventura para nuestro
crecimiento.
¡¡¡adelante!!! abre la cortina de tu
mente.
Karl Rahner