"El mundo es uno y los gobiernos, mil"
de nuestra existenciaa se cultiva con la estima
y respeto al prójimo.
Cada día, llega a nosotros, un afán de esperanza
y una desviación de egoismo. Entre ambos conceptos,
diariamente, se libra una disputa para tratar
de discernir si aprovechamos o no la
oportunidad cotidiana de evolución.
¿vamos hacia el encuentro con los otros o no?
Muchas personas se sienten perdidas y sin
rumbo en una sociedad donde el individualismo
es cada vez más relevante: la primera persona, "el yo",
lo ocupa todo.
¿Os habéis preguntado que pasaría si sonriéramos más
a las personas que nos rodean? Podemos cultivar
el amor mutuo, aquel amor desinteresado que
enriquece nuestro ser.