TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.
Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.
¡¡¡Ven te esperamos!!!
Seguramente........
Publicado por Paco Bailac viernes, abril 29, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
"EL QUE NO INVENTA Y AMA NO VIVE"
Debe de ser verdad que, a pesar de lo mucho que hoy sabemos de la vida, seguimos cometiendo el error de vivir entre la felicidad y el sufrimiento. Un ejemplo lo podemos observar en los emparejamientos actuales. Nadie quiere renunciar a la pasión abrasadora del enamoramiento, pero a la vez se quieren evitar los quehaceres del compromiso. Ya ni tan siquiera sirve aquello de “ni contigo ni sin ti”. Ahora sólo funciona el “contigo, pero sin ti”.El ascenso de eso que venimos llamando miedo al compromiso afectivo está alcanzando tal magnitud, que cabe pensar si realmente es un problema sólo de miedo o si estamos ante un cambio de modelo afectivo que también está en pleno proceso de transformación. Incluso hay quien se cuestiona si no habremos sobrevalorado la pareja como forma de transitar por este mundo.
Cuestión de estilos afectivos
Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso (Honoré de Balzac)
Cuando dos personas se gustan e inician ese periodo de cortejo, que hoy dura lo que dura un telediario, se ponen en juego dos estilos afectivos. Es decir, dos maneras de amar. Nadie ama igual, aunque la psicología reconoce algunos estilos en los que todos podemos más o menos identificarnos.El estilo afectivo tiene mucho que ver con cómo hemos sido amados en nuestra más temprana infancia y en cuál ha sido nuestra respuesta, es decir, con cómo hemos gestionado el apego. De eso se ocuparon hace ya unos años el psicólogo John Bowlby, además de Harry Harlow y posteriormente Mary Ainsworth. Dicha teoría del apego enfatiza la importancia del vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres o sus cuidadores de referencia.Distinguieron tres tipos de apego: el seguro, el inseguro y el ambivalente. Eso lo observaron al realizar una serie de actividades, que voy a simplificar, en las que las madres dejaban al niño solo, jugando, para volver más tarde, o bien la madre permanecía en compañía de otra persona adulta.Al irse mamá, todos los niños solían llorar para luego entretenerse en sus juegos. Lo interesante llegaba al volver la madre. Los niños de apego seguro se alegraban de su vuelta y se echaban a sus brazos. Los niños de apego inseguro, en cambio, se hacían los remolones, ignorando el contacto con la madre. Como una especie de “me has hecho sufrir, pues ahora paso de ti” (¿les suena eso aún hoy como adultos?). Los ambivalentes eran los más ansiosos, reaccionando ahora de una manera, ahora de otra. Esa huella la mantenemos casi de por vida.
El apego hoy
Nunca amamos a nadie: amamos sólo la idea que tenemos de alguien.Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos
(Fernando Pessoa)
Estudios más recientes han actualizado esta teoría y han adecuado los estilos de tal manera que llega a entenderse por qué tanta gente teme el compromiso. Así se puede hablar de cuatro estilos en los que todos andamos más o menos metidos: el seguro, el preocupado, el huidizo y el temeroso.A grandes rasgos, y para no andar con demasiados tecnicismos psicológicos, el estilo seguro se reconoce porque mantiene un adecuado equilibrio entre las necesidades afectivas y la autonomía personal. Suelen ser personas que tienen un modelo mental positivo tanto de sí mismas como de los demás, es decir, que confían en sí mismas, con una elevada autoestima y comodidad en las relaciones interpersonales y en la intimidad.El estilo preocupado se caracteriza por un modelo mental negativo de sí mismo y positivo de los demás, con una elevada necesidad de apego. Son personas con baja autoestima, conductas de dependencia, con una necesidad constante de aprobación y una preocupación excesiva por las relaciones. En los casos extremos puede caer en conductas hostiles, como los malditos celos.
El miedo a amar
La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros (Paul Claudel)
Al estilo huidizo se le puede añadir la coletilla “alejado”, puesto que viven las relaciones en un estado continuo de acercamiento-alejamiento. Son los que más dicen quererse enamorar para después sentirse con la soga al cuello. Por eso huyen. Suelen ser personas con una elevada autosuficiencia emocional, una baja activación de los deseos de apego, muy orientados al logro de sus objetivos y una elevada incomodidad con la intimidad. Por desgracia, los que sufren este tipo de apego confunden su necesidad de alejamiento con la falta de amor y por eso rompen relaciones una detrás de otra. Son los más proclives a huir del compromiso, y cuando lo logran hay que procurar no atarlos en corto.Finalmente está el estilo temeroso, con un modelo mental que podríamos caricaturizar como “yo estoy mal, pero tú estás peor”. Se caracterizan por sentirse incómodos en situaciones de intimidad, por una elevada necesidad de aprobación, por considerar las relaciones como algo secundario y por una baja confianza en sí mismos y en los demás. El estilo temeroso tiene necesidades de apego frustradas, puesto que, al mismo tiempo que necesitan el contacto social y la intimidad, el temor al rechazo que les caracteriza les hace evitar activamente situaciones sociales y relaciones íntimas.A todo ello hay que sumar las experiencias vividas que modelan sin duda nuestros estilos afectivos. Aunque podríamos discutir qué fue primero, si el huevo o la gallina, o el nido, es cierto que el miedo a amar también se reconoce ante los sufrimientos causados por amores mal entendidos. Por engaños y autoengaños. Por corazones rotos y desgarrados por el dolor del desamor. Nadie quiere volver a sufrir así. No es necesario. Por eso podemos aprender a amar desde la plenitud. Y eso empieza por aprender a amarse a uno mismo.
Amar con conciencia
Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección
(Antoine de Saint-Exupéry)
Conocer el estilo afectivo propio es fundamental. Primero para poder identificar las dificultades que tenemos en el marco de las relaciones y que no dependen sólo de con quién nos juntamos, para tomar responsabilidad sobre ello. Pero también significa aprender a vivir de acuerdo con el estilo afectivo que queramos desarrollar en la vida. No todo el mundo tiene que pasar por la vicaría, ni tiene que tener una familia, ni es un discapacitado emocional por no convivir en pareja. Lo importante es responsabilizarse de las elecciones que hacemos en cada momento, con integridad y sin dañar a los demás.Arrastramos aún la necesidad de crear marcos en los que encajar nuestra existencia. Son útiles, ya que así sabemos cómo actuar y dónde están los límites. Pero también nos quitan flexibilidad, no nos permiten, como la vida misma, fluir con el presente y con los acontecimientos, sino que nos etiquetan, normativizan y crean expectativas y obligaciones que nos quitan autenticidad. Eso es lo que ocurre con el amor a veces. Se dan por hecho tantas cosas que es inevitable vivir en el autoengaño. Por eso, cuando Cupido se quita la venda de los ojos, no nos podemos creer en lo que nos hemos convertido.Prefiero pensar que hoy disponemos de una conciencia diferente, la cual nos permita elaborar las relaciones día a día, sabiendo que andamos continuamente sobre la fina cuerda de la incertidumbre y que todo se debe ir resolviendo si hay capacidad de amarse. Y eso empieza por asumir cómo amamos y cómo queremos ser amados.
Publicado por Paco Bailac jueves, abril 28, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal
No levantarás falso testimonio.
Ante los espejismos de la sociedad, nos hemos dotado de soluciones temporales y carísimas (económicamente hablando)
Pues el alma se cuida con el amor al prójimo
Qué bonito objetivo es asumir el reto de conocer
Mas consideremos que el antídoto para cualquier miedo es disfrutar.
La vida está hecha de cosas pequeñas,
¡¡¡inténtalo!!!
GRACIAS.
Publicado por Paco Bailac martes, abril 26, 2011 2 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
NUESTRO EQUILIBRIO PUEDE ESTAR EN EL AMOR AL PRÓJIMO
Publicado por Paco Bailac lunes, abril 25, 2011 2 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
LOS ESPEJISMOS NO SON COSA DE BRUJERÍA.
JENNY MOIX
Válvula de escape, de liberación. La mente imagina situaciones y lugares en el terreno afectivo, sexual y laboral. ¿Debemos sentirnos culpables por ciertos pensamientos?
Estaba lloviendo espesamente, pero para Esther aquella terraza salpicada donde se encontraba no perdía un ápice de su encanto. Y es que París es muy romántico. Mientras miraba, sin ver, esa cortina de agua, tuvo la absoluta certeza de que Juan cogería un avión y se presentaría. Quizá con un ramo de rosas rojas. Veía la escena a todo color en su mente. Al otro lado de los Pirineos, en Barcelona, Juan estaba en una maldita reunión y ni pensaba en Esther, de hecho ni siquiera recordaba su nombre (el nombre de esa chica nueva que había empezado a trabajar hacía solo un mes en su despacho).
"Nos podemos sentir infieles mentalmente. Pero las fantasías se encuentran en un mundo muy aparte, en otra dimensión"
"Las personas más indecisas, las que postergan las decisiones y las actuaciones, son las que fantasean en mayor medida"
El cerebro de Esther se las apañó durante un rato para hacer factible esta historia. Sus neuronas practicaron mil piruetas para que se creyera sin dificultad que un hombre a quien casi no conocía estaba locamente enamorado de ella, había conseguido averiguar dónde se encontraba y lo había dejado todo para ir a su búsqueda. Esta ficción duró solo unos minutos porque, después de un largo suspiro, Esther, que goza de una buena salud mental, volvió a lo que ella sabe que es la realidad.
Las fantasías son un producto natural de nuestra mente. Cuando nuestro cerebro no está ocupado en una actividad que requiere nuestra atención, empieza a divagar. De hecho, Malia F. Mason y su equipo de la Facultad de Medicina de Harvard han descubierto las regiones cerebrales del córtex dedicadas a ese pensamiento errabundo. Existe una red cortical que se conecta o desconecta dependiendo de si estamos fantaseando o atentos a una tarea determinada.
Amor, sexo, venganza...
"El beso es el contacto de
dos epidermis y la fusión
de dos fantasías"
(Louis Charles Alfred de Musset)
Las fantasías se definen como un guion imaginario en el que se halla presente la persona que las genera. Las temáticas pueden ser de lo más variadas, igual que las películas cinematográficas. Cuando estamos enamorados, sobre todo las mujeres, las románticas inundan nuestro cerebro.
Las fantasías más estudiadas son las sexuales. Un alto porcentaje tanto de hombres como de mujeres al masturbarse o practicar el sexo en compañía suelen utilizar las fantasías para aumentar su excitación. Esas creaciones pueden representar escenas habituales o constituir una alarde de imaginación extravagante. En algunos casos, tanto ellas como ellos pueden sencillamente recordar escenas pasadas con su pareja. Aunque el objeto de sus fantasías también pueden ser otros hombres o mujeres. Y por ello pueden traer consigo la culpa. Nos podemos sentir infieles mentalmente. Hemos de saber que las fantasías se encuentran en un mundo muy aparte, en otra dimensión. Que los protagonistas de nuestras fantasías no sean nuestra pareja no significa que forzosamente queramos acostarnos con otro, ni que esa fantasía traspase al mundo real. También se puede dar el caso de mujeres que imaginen sexo lésbico o de hombres que mentalmente disfruten de compañeros varones. Eso tampoco tiene que poner en duda obligatoriamente nuestra tendencia sexual.
Existen diferencias entre las películas mentales masculinas y las femeninas. En la mente de los hombres podemos encontrar más argumentos donde ellos sean agresivos o dominantes, mientras en las mujeres una fantasía bastante habitual es la de ser raptada y forzada. Existen diferentes estudios al respecto. Jenny Birona y Joseph Critelly, en una investigación llevada a cabo con 355 estudiantes femeninas, comprobaron que un 62% tenía este tipo de fantasías una media de cuatro veces al año.
Las fantasías son como una válvula de escape, una grieta en las gruesas paredes de la lógica que nos permite expandirnos. Y muchas veces nos liberamos, bien liberados. ¿Cuántos jefes deben estar siendo asesinados en este momento en la cabeza de millones de trabajadores? Y es que cuando sentimos ira o frustración, cuando nos sentimos tratados injustamente, es muy difícil frenar este tipo de fantasías. Incluso con gente que queremos. Después de una tremenda discusión con nuestra pareja, a nuestras neuronas les puede dar por inventarse una historia donde muere y nosotros nos quedamos dichosamente anchos. El problema viene después, cuando la culpa empieza a invadirnos. Todos aceptamos sin problema que no podemos controlar lo que soñamos bajo las sábanas, pues no dejar escapar de la cabeza nuestras ensoñaciones diurnas también suele resultar imposible.
Luces y sombras
"La imaginación sirve para
viajar y cuesta menos"
(George William Curtis)
Las fantasías nos permiten evadirnos de la realidad, realizar nuestros deseos, ser creativos... La existencia sin ellas sería realmente aburrida, insoportable. Sin embargo, también tienen sus sombras.
Existen imaginaciones catastrofistas. Nuestro hijo no llega a casa a la hora prevista y todo nuestro mecanismo mental se pone rápidamente en marcha fabricando un argumento en el que no falta un accidente y, en el peor de los casos, la muerte. Podemos sufrir a chorro cuando estas imágenes cruzan nuestra mente. Y el peligro es que la repetición puede convertir las fantasías en verdades para nosotros. Podemos llegar a creérnoslas. Si empezamos a confundir, la patología mental nos abrirá sus puertas.
¿Quién no ha fantaseado que le tocará la lotería? Lo imaginamos a conciencia. En qué nos gastaremos el dinero, con quién lo repartiremos, cómo lo celebraremos, cómo invertiremos... ¡Es tan divertido imaginarlo por un rato! Lo malo es cuando la imaginación se pone en un plan tan convincente que estamos impacientes de que llegue el día porque sabemos a ciencia cierta que nos tocará. En los días de sorteo, el barómetro de terribles decepciones señala muy alto.
Fantasear repetida e intensamente sobre un tema nos puede empujar a querer protagonizar nuestra película en la realidad. Edward A. Selby, de la Universidad de Florida, ha estudiado detenidamente el comportamiento de los suicidas. Un alto porcentaje ha experimentado con fantasías antes de llevar a cabo el suicidio. Normalmente recrean escenas en su mente sobre el método que emplearán, sobre cómo van a reaccionar los demás, incluso sobre cómo va a ser su funeral. En algunos casos, esos montajes mentales tienen cierto halo de romanticismo. Es difícil escudriñar el camino de nuestras intenciones más profundas. Podemos suponer que estas personas primero sintieron la necesidad de suicidarse, empezaron a fantasear y finalmente lo consumaron. ¿Qué papel impulsor tienen aquí las fantasías? Quizá el barniz que las fantasías pusieron a su idea la convirtió en más atractiva. Su imaginación quizá desempeñó el papel de trampolín.
Ya hemos visto dos inconvenientes que en algunas ocasiones pueden conllevar ciertos tipos de fantasías recurrentes: creérnoslas y realizarlas. Existe otra trampa. ¿Constituye una conducta insana ir al cine? En principio no, solemos disfrutar, evadirnos de nuestro día a día. Sin embargo, si vamos tanto al cine que no podemos atender las obligaciones, podría empezar a constituir un problema. En el caso de las fantasías ocurre lo mismo. En la vida debemos afrontar problemas, actuar; unas dosis de evasión pueden ayudarnos a coger fuerzas, pero cuando la fuga de la realidad se convierte en nuestra principal estrategia de afrontamiento es cuando todo se complica. J. S. Harriot y su equipo publicaron un estudio en Journal of Social Behavior and Personality donde administraron a 107 sujetos un cuestionario de indecisión y otro para evaluar las ensoñaciones diurnas. Concluyeron que las personas más indecisas, las que postergan más las decisiones y las actuaciones, son las que fantasean en mayor medida.
Somos expertos guionistas
"La imaginación abre a veces unas alas grandes como el cielo en una cárcel grande como la mano" (Louis Charles Alfred de Musset)
Las fantasías saltan a nuestra pantalla mental normalmente sin que nosotros les hayamos dado permiso. Pero una vez allí, podemos tomar conciencia y recrearnos en ellas, retocarlas y perfeccionarlas hasta que las dejamos dignas de ser galardonadas para los Oscar. Pensemos si no en las conversaciones imaginarias. En algunos casos están basadas en algún diálogo real perteneciente al pasado. Nuestra mente lo rescata y le da unas pinceladas para que quede patente nuestra brillante elocuencia. En otros casos se trata de alguna conversación que nos gustaría mantener con nuestro jefe en la que dejamos claro quiénes somos, o con nuestra pareja, a quien le confesamos nuestros sentimientos de una manera que por fin nos entiende.
Lo ridículo o, según como se mire, entrañablemente humano es que en nuestras fantasías también tenemos problemas. Imaginemos que esta tarde vamos a la presentación de un libro de nuestro autor favorito, no lo conocemos y estamos realmente ilusionados. La mente se dispara y empieza a elucubrar algo ingenioso para decirle mientras nos firma el libro. Obvio que en nuestra película se nos ocurre una frase brillante, y más obvio todavía es que a él le vamos a caer estupendamente. Pero, claro, le gustamos tanto que nos invita a cenar. ¿Qué hacemos? ¿Aceptamos o no? ¿Qué dirá nuestra pareja...? Igual nuestras sinapsis pueden pasarse trabajando a todo gas 10 minutos para solucionar este dilema.
De repente lo veo clarísimo. Este artículo va a gustar mucho. La gente, muy entusiasmada, lo va a recomendar a sus amigos... Sí, incluso me van a invitar a dar una conferencia para hablar del tema... ¡En las islas Fiji! Ahora que lo pienso, no sé qué me voy a poner. No tengo nada adecuado en el armario. ¿Me compro algo? Bueno, ya lo solucionaré... ¡Y la persona que va a presentar mi ponencia será un hombre muy atractivo...! Benditas fantasías.
Publicado por Paco Bailac domingo, abril 24, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal
¿EGO?
Hay varias definiciones de ego. Una es el aprecio excesivo que una persona siente por sí misma. Otra, la que desarrollamos en esta nota, es la de instancia psíquica que se reconoce como “yo”.
El ego es una entidad que se va autoconstruyendo a nivel inconsciente a lo largo de la vida través de la adquisición de conocimientos, creencias, hábitos y experiencias. La falta de conciencia hace pensar que uno es eso que ha venido haciendo y experimentando.
Darse cuenta de la existencia del ego, el “yo” mental y emocional no creado desde adentro, sino impuesto por el medio, es un primer paso en la toma de conciencia y en el despertar de lo que permanece dormido.
Al disociar un yo observador de cómo funciona el ego, es posible dirigir la mirada hacia otra cosa. Hasta entonces se podía ser más o menos sano, centrado, equilibrado o feliz, pero la conciencia, esa otra cosa. Es la presencia que todavía no había llegado de lo que uno verdaderamente es. Y llega cuando la mente se conecta con su fuente espiritual y recién entonces el sujeto puede elegir por sí mismo.
Aprender a ser. Es el principio clave de las 4 A de la educación. Mientras tanto el Ego utiliza las 3 A restantes: aprender a hacer, aprender a aprender y aprender a convivir. Aprender a ser es un aprendizaje duro que muy pocos finalizan, porque el sistema educativo no da prioridad al autoconocimiento y privilegia la información.
Esto genera patologías de la personalidad como no saber lo que quiero ni lo que soy. Esto implica crear un ego distinto al real. Esa creencia falsa, lo que uno cree que es, le impedirá potenciar lo que podría llegar a ser. El sujeto se identifica con el ego que es un fragmento de sí mismo y desconoce la dependencia a la que se somete, hasta que un buen día se despierta e intenta vivir libremente.
El ego es el medio que usa la inteligencia para lograr sus fines en un sistema educativo y en un medio social donde reina la imperfección. El riesgo es no descubrir el genio interior y quedar atado a roles funcionales alejados del centro espiritual. En una sociedad así nadie esté contento con lo que hace. El test de la inteligencia emocional consiste en la alegría o en la apatía con que se encara cada jornada
No se puede operar sin una identidad. El creador del ego es la mente. Cuando no la gobierna la conciencia el ego se fragmenta. La mente es dirigida desde afuera por una sociedad de consumo que ofrece siempre algo nuevo y genera el miedo a perderlo. Así se rebaja la energía y se carece de paz y felicidad en el presente.
Un cuerpo sin mente sería un vegetal sin capacidad de sentir, de pensar o de actuar. Una mente sin conciencia produce un ego frágil.
El aprendizaje se da siempre en contextos sociales, pero aprender a ser es posible sólo cuando se llega al origen de lo que se experimenta, eso que las emociones se encargan de manifestar. Cuando la mente se alinea con la conciencia optimiza sus capacidades de elección.
Tomar las riendas. La mente que no abreva en su fuente espiritual carece de señales que orienten la acción, el ego vaga errante y las emociones no forman parte del espíritu. Disociadas del ser los éxitos son fugaces y los traumas se internalizan. En cambio ancladas al espíritu brindan la sensación de unidad, amor, integración y paz.
La mente es un software que brinda libertad creadora pero puede operar mal y originar un ego dividido, cuando el programa está infectado por los virus que pululan en el contexto. Se fabrica una prisión sin que se lo advierta porque nunca se vivió algo distinto.
El mundo es un espejo. Navegar en la falsa realidad no garantiza bienestar ni seguridad y el ego es presa fácil del contexto. La propagación de los virus crece rápidamente, provoca la impotencia y el temor, y lo anómalo es la norma. Al formar parte de eso con lo que se identifica, no conoce otro mundo. La mente lo hace adicto a esas falsas identidades que lo esclavizan y lo alejan del verdadero ser.
Esa moral se fundamenta en premios y castigos e impulsa a crear una identidad (ego) que permite desenvolverse socialmente, aunque se sienta que todo es mentira y se experimente la ausencia del amor.
Un fanático que se siente superior, miente, persigue, mata, revelando una mente disfuncional. Es difícil rebelarse al orden establecido o romper con una norma social muy arraigada. El ególatra es un autómata doliente, cuya mente busca en el desván de su cabeza pensamientos viejos del pasado que no se detienen en el presente.
El radar o la brújula. Dejar de juzgar y valorarse desde afuera, de imitar a la moda o a los ricos y famosos, inicia el proceso de cambio. Hasta aquí no se usaba la brújula para conocer el mundo interior. Todo lo que daba sentido a la vida estaba afuera, desde donde se regulaba la existencia, la moral, la identidad, el estilo de vida y las creencias.
Se producía así la desconexión con la identidad real. Ni siquiera se sospechaba de la existencia del verdadero centro vital. Sin embargo ese algo con lo que se nace no se puede separar, pero si ocultar.
Al perder la conciencia de la verdad, se actúa en piloto automático.
Esto genera seres vulnerables, dependientes, reactivos, adictos a los estímulos, que se frustran, se tensionan y se atemorizan con frecuencia.
Son seres que se irritan cuando no suceden las cosas que desean.
El falso ego lleva a la desdicha. Cautiva con promesas de un futuro mejor que a la larga las defrauda. Distorsiona la realidad y causa el sufrimiento por identificarse con creencias falsas. El ego siempre encuentra razones para sufrir con excelentes argumentos. Se especializa en crear víctimas que padecen injusticias. La preferida es: el día que tengas esto o seas aquello podrás ser feliz. Se enseña a sobrevivir a situaciones que no se pueden apartar. Sólo aprendiendo a elegir y a dejar de lado la desdicha, se deja de ser esclavo de la mente.
La batería del auto usada para iluminarlo se arruina, pero conectada con el encendido del motor se recarga. Del mismo modo hay que conectar los deseos y los recursos con los altos valores.
Al ego hay que conocerlo y aceptarlo, toda pelea desgasta. Hay que agradecerle el haberse construido: ha sido y es muy útil. Ha puesto energía y dedicación. Hay que entender para qué sirvió y para qué no. En qué facilitó las cosas y en qué las trabó. Hay que saber cambiarlo, después de todo el ego es una construcción. Fue una construcción inconsciente y automática, hecha sin haber prestado la debida atención.
El comienzo es importante. Al notar que el ego es disfuncional, se advierten sus diversas caras. En la desdicha se pueden cerrar los ojos, inspirar y percibir la presencia que se oculta. Se necesita enfocar la atención en el presente, ver que las cosas no son como parecen, retirar la capa superficial hasta detectar la presencia de la ausencia. Así aparecen dos presencias. Descubrir cuál es falsa es el principio. No hay que correr, sólo es cuestión de observar y tomar conciencia.
De pronto se descubre que se perdió la identificación y se la abandona. La mejor forma es que caiga como caen las hojas secas, sin hacer nada más que advertir su presencia. A las hojas secas se las lleva el viento.
Al madurar el poder de la conciencia se reconoce que el ego era causa de desdichas y que se desvanece al dejar de alimentarlo. La mente y el ego dejan de gobernar, se convierten en súbditos de la conciencia y la presencia es el verdadero centro. Presencia del Ser, sin identificación con máscaras. Solo consciencia y sentimiento puestos en el presente.
Las técnicas de meditación permiten desprenderse de esa construcción y sumergirnos en lo que compartimos con todos los seres. Es otro estado de consciencia. Pero es difícil desprenderse del ego aunque se es más consciente de que existe, hay que dejar de ser su víctima, aprender a manejarlo, prestar atención al diálogo con el cual uno se habla a sí mismo, se explica el mundo e intenta que las cosas encajen en los conceptos con los que acomoda el mundo externo al interno.
Conócete a ti mismo. La libertad es la capacidad de tener actos conscientes. Pero la racionalidad es limitada y cada observador puede ver otra realidad. Existe el pluralismo y la relatividad. Construir la verdadera identidad consume energías pero es peor la falsa identidad, asumir como propios planes ajenos, eludir compromisos, diferir la resolución de la crisis y caer en la parálisis por exceso de análisis.
Para que la identidad no sea un sueño y para evitar que como dijo Rousseau: el hombre nazca libre y sin embargo por todas partes se lo encuentre encadenado, hay que dominar la metodología que desarrolla el potencial eligiendo los mejores proyectos y modelos, para convertirse en el arquitecto que diseña su propio destino. El creador innovador es el mejor imitador que tiene dios en la tierra. Es el que aprendió a convertir su espíritu en materia.
Publicado por Paco Bailac viernes, abril 22, 2011 2 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
¿ES LA MUERTE REDENTORA?
El encuentro del hombre con la Emancipación, la aplicación
Publicado por Paco Bailac jueves, abril 21, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
¿QUIÉN ES EL DUEÑO DE LA HERIDA?
Gala
Publicado por Paco Bailac miércoles, abril 20, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal
"BUSCAMOS LA FELICIDAD EN LUGARES EQUIVOCADOS"
del ser humano y sin embargo no es igual para todos.
Cada uno tiene su costumbre y vive con ella,
ya sea en la gloria o en el desastre.
Los generosos, y en especial los filántropos,
tienen la costumbre de ayudar al prójimo.
Los tiranos y los despótas suelen tener la costumbre
de torturar, invadir y asesinar.
Mario Benedetti
¿Podemos cambiar?
ser dueños de nuestra propia vida.
"Cuando conquistas tu miedo, conquistas tu vida".
¿Podemos cuestionar la tradición o estamos cómodos con ella?
¿La tradición nos ha esclavizado?
Publicado por Paco Bailac martes, abril 19, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal/Solidario
Deberíamos utilizar el pasado como trampolín y no como sofá
Publicado por Paco Bailac domingo, abril 17, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal
TEN CUIDADO
Publicado por Paco Bailac sábado, abril 16, 2011 2 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal/Solidario
Vivo sin vivir en mí.... y tan alta dicha espero......
Publicado por Paco Bailac jueves, abril 14, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
Desde pequeños nos hacen creer que el mundo está lleno de gente malvada....
Publicado por Paco Bailac martes, abril 12, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
¡¡¡HUMILDAD!!! ¿Para qué?
Publicado por Paco Bailac lunes, abril 11, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial
¿CÓMO VIVES CON LA INCERTIDUMBRE?
Publicado por Paco Bailac domingo, abril 10, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal
¿Te emancipaste de ti?
Publicado por Paco Bailac viernes, abril 08, 2011 3 comentarios
Etiquetas: Coaching Existencial