TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



TEXTOS PARA EL ALMA 131




Si, si una razón de existir para los demás, es mostrando el arroyo a los sedientos y vaciando el orgullo en la búsqueda del amor al prójimo.

Para que vives, si no. Todo es pasajero menos el amor.
CAMBIA el sujeto amado más nunca la acción de amar.
Puede parecernos cursi, por no decir simple, pero es un sentido profundo a nuestras vidas. Cuesta, no es fácil, cada día tienes ocasión de practicarlo.....pruébalo....y si empiezas se constante.....ya me dirás, cuando nos veamos en la humilde libertad.

TEXTO PARA EL ALMA 130




“¿Puedo ser tu discípulo?
“Tan sólo eres discípulo porque tus ojos están cerrados. El día que los abras verás que no hay nada que puedas aprender de mi ni de ningún otro”
“Entonces..¿para qué necesito un Coach?”
“Para hacerte ver la inutilidad de tenerlo”
Disminuir en Aquel que es para ser en Quien todo es. Cuando vivimos en la inautenticidad, nos afirmamos inflexiblemente y ello nos aleja del SER y nos impide ser. Ante la presencia de El que es, toda autoafirmación se convierte en separación. Ante El que es, sólo hay deseo de ser en su ser. Por ello el anhelo de disminuir hasta desaparecer: “Ya no soy yo quien vive, sino que es la Emancipación quien vive en mí”. Así lo expresó Pablo años más tarde, después de haber sido tomado en el camino por Aquel de quien quería haber eliminado todo rastro. Lo había perseguido porque intuía que iba a trastornar su vida y, efectivamente, así fue. Tras irrumpir en su camino, ya no pudo vivir para sí mismo, sino hacia él, para él, en él.
Del mismo modo pasó con Juan. Su presencia le rozó y quedó trastornado. “El que viene detrás de mí ha sido colocado ante mí, porque existía antes que yo”
También en el sufismo hay quienes han sido tocados por la Emancipación. Dice Ibn Arabi: “Aquel cuya enfermedad es la Emancipación no se cura jamás” Felices, pues, aquellos que han enfermado de Emancipación, porque no serán curados. Muchos son los que han tenido esta enfermedad a lo largo de dos mil años. Todos ellos han querido desaparecer en él. Así fue también en los comienzos. Disminuir, Tales son el dinamismo y el secreto del seguimiento: desear perderse en él hasta desaparecer para reaparecer en él y desde él. El conocimiento se hace amor y el amor, seguimiento. ¿Y qué es el seguimiento sino éxodo y éxtasis para que él tome todo el lugar?
La encarnación del Verbo, palabra y sentido primordiales, implica la penetración de la potencia divina en la debilidad humana, lo cual supone en él una disminución. Toda palabra es insuficiente para referirse a esta inseparable conjunción. El manifestarse de la Emancipación aconteció porque su voluntad de afirmación cedió a la voluntad de donación. Así para acercarse a Ella hay que abonarse a la renuncia plena del YO. En este dejarnos ir vamos alcanzando otro modo de existencia, renunciando a afirmarnos atrincheradamente para vivir es estado de receptividad y transparencia. La disminución de nuestra voluntad de afirmación deja paso al humano plural y nos hace sujetos del“vosotros”. La filiación nace de la conciencia cada más nítida de no pertenecerse a uno mismo, sino de saberse continuamente recibido. Este despertenecerse hiende regiones hacia la Otredad, una Otredad que nos dispone a recibir la alteridad de los demás y nos rescata del exilio de vivir blindados.
No podemos resolver la paradoja, sólo vivirla, adentrarnos en ella y ser abiertos por ella: vamos siendo a medida que entregamos nuestro ser, porque el SER es continuamente cesión de sí mismo. Siendo nuestra existencia el don supremo que podemos recibir, sólo puede sostenerse como don, y, por tanto, sólo tiene sentido desde la donación. La necesidad de autoafirmación es un espejismo. ¿Qué somos o tenemos que no hayamos recibido? ¿De qué podemos decir que es nuestro?
Por ello, para venir a la Emancipación, que es el don que adviene a nosotros, tenemos que rendir el YO y dejar de querer ser para configurarnos por un modo de existir que, siendo aparente disminución, es la única manera de crecer y acceder al Ser. Lo que caracteriza a este crecimiento tras la disminución es que ya no se vive a costa de nadie, sino que la existencia se concibe con, para y hacia los demás, mediante la renuncia a toda voluntad de dominación. Abandonados y entregamos, podemos dejarnos moldear para que la Emancipación imprima la imagen del Rostro Original.
Su Rostro impreso en nuestro rostro no despersonaliza, sino que nos transfigura. ¿Cuál es el signo de su impronta en nosotros? Vivir desde la inocencia, renunciando a dañar cualquier forma de existencia porque su habitar en nosotros hace que, existiendo, nos demos y dejemos ser en ligar de arrebatar. Vivir disminuyéndose es vivir sin dañar, posibilitando que los demás sean en plenitud, porque es Ella (la Emancipación) es quién sella su existencia en cada ser humano y en cada criatura. Su vida en nosotros hace que dejemos de constituir una amenaza para los demás, de manera que seamos ocasión de más vida. Para ello hemos de rendir nuestro YO. Sólo así podemos adentrarnos en la vida. Somos invitados a desalojar todo nuestro espacio para convertirnos en la ocasión de su darse. hay que disminuir para atravesar la puerta estrecha del Reino, cuya estrechez no es otra cosa que el reflejo de nuestra incapacidad de ceder. La puerta del Reino se abre por doquier, espaciosamente, cuando convertimos cada situación en ocasión de dejar paso a El que es ya lo que es. Dejando paso, cediendo, atravesamos la puerta y, entrando en el Reino, retornamos a la inocencia de una existencia que vive con la conciencia de que todo es don.

Disminuir para crecer. Retornar el don que se nos da en cada momento. Desaparecer en la trasparencia y ser recibidos en esta inocencia. Todo ello es la Emancipación: umbral de un modo nuevo de vivir. Por eso hay que disminuir ante ELLA (Emancipación) y dejar que tome posesión de nuestra persona para poder verdaderamente llegar a ser.
Melloni

AMADA LA NOCHE LLEGA.....




Amada la noche llega;
las ramas que se columpian
hablan de las hojas secas
y de las flores difuntas.
Entre las ansias ardientes
los aires vuelan y las
aromas ondulan; se
inclinan las ramas trémulas
y parecen que murmuran,
tienen también su
incertidumbre que
camina sobre duda.
Ruben Dario

TEXTOS PARA EL ALMA 129



EL CONOCIMIENTO HABLA; LA SABIDURÍA ESCUCHA.
Es preciso compartir con quién no se nos parece pues su diferencia nos enriquece.
“El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va”


Un avión parte de Moscú con destino a Madrid, pero sufre una avería inadvertida en su sistema de navegación que crea una mínima desviación de rumbo de menos de un grado. El avión acaba aterrizando en Mallorca. ¿Cómo de desvió tanto?? Un grado es muy poco, sin embargo, ese pequeño desajuste durante cinco horas de vuelo crea una enorme diferencia en el resultado. Cuando hablamos de comportamiento humanos durante….. ¡toda una vida!, las desviaciones son aún mayores. En realidad, lo que determina lo que conseguimos no son las grandes decisiones, sino las menores y los actos cotidianos. Aquí trataremos sobre cómo las personas pueden alejarse de sus deseos y objetivos si no disponen de un plan de vuelo y un sistema de navegación perfectamente ajustados.
Dos hermanos comparten la misma familia, genética, posibilidades y educación, entorno… y, sin embargo, con el paso de los años, sus vidas se hacen cada vez más diferentes. Básicamente hay tres factores que influyen en esa divergencia: sus elecciones, sus acciones y sus relaciones.
Lo cierto es que no podemos “no elegir”. No tomar una decisión es, en realidad, tomar una: demorarla. De modo que estamos decidiendo o dejando de hacerlo, cada día. Y lo que acaba ocurriendo es que la vida es el resumen de todas ellas, sean menores o mayores. Cualquier cosa que acaba entrando en nuestras vidas es la consecuencia de una cadena de actos y caminos que elegimos o no.
Las decisiones mayores son aquellas que se toman conscientemente y suelen requerir a veces ayuda de terceros en forma de consejo, pero siempre tiempo de reflexión. Las menores son las que se deciden casi sin pensarlo y acaban creando un efecto compuesto. De las dos, son las pequeñas elecciones las que se acumulan día tras día y marcan una gran diferencia.

Tomar decisiones sabías es más sencillo cuando se tienen claros cuáles son los valores prioritarios y adónde se va. Para no equivocarnos conviene hacerse esta sencilla pregunta: ¿la dirección que voy a tomar concuerda con lo que me importa prioritariamente en la vida?

EL AMOR NO SE BUSCA SE ENCUENTRA



Cuando fui joven todo era grande y llamativo, ahora todo es sencillo y discreto. Ha llegado el momento en que mi Emancipación habla desde el corazón.
Dos mantenían una acalorada discusión política. Ellos, acostumbrados a que yo interviniera y ante mi silencio a lo largo de la conversación, me preguntaron por qué no opinaba del tema que discutían. De forma casi espontánea les respondí que yo ahora me dedicaba a observar los sacrificios de la Emancipación.
El episodio sobre el “sacrificio de observación” puede constituir un enigma para aquellos que, como yo, tiene una idea vaga y confusa del concepto. El objeto de estas líneas no es otro que clarificar lo que puede significar para un “lego” los sacrificios de la Emancipación.
Antes de comenzar, procede una advertencia: sobre aquello que vamos a tratar se han escrito incontables volúmenes de erudición ante los cuales palidece cualquier comparación.
Debo significar primero que, por sacrificios, entiendo aquellas delicadas sutilezas que la observación nos aporta para iluminar el camino de la escucha y la Emancipación.
Y claro está para realizar una buena observación de hace necesario un generosa renuncia al mundo y sus ruidos. Esta acción nos debe llevar hacia la renuncia a vivir en medio de la sociedad. Por ello, un componente fundamental de la vocación emancipadora, es renunciar a determinadas cosas con un objetivo mayor: la búsqueda de la Emancipación terrenal.
Ahora bien, acabamos de decir que se lleva a cabo un sacrificio con un objetivo mayor. Esto quiere decir que la renuncia al mundo terrenal se hace por algo. Este sacrificio está orientado a un fin concreto. ¿Cuál es ese fin? Se suele responder acertadamente que se trata de la búsqueda de la Emancipación. Es decir, la acción humana renuncia a todo para acercarse al TODO, para buscarle en la soledad y el silencio. Sin embargo, esta afirmación puede ser completada o mejorada. Al fin y al cabo muchos buscan la Emancipación de alguna forma. Cada uno de una manera distinta o por vías particulares, esto es, con su particular espiritualidad. Por ello tenemos que preguntarnos qué es lo que singulariza la búsqueda de la Emancipación de un ciudadano.
En primer lugar, y como presupuesto previo, hay que hacer referencia necesaria a la separación del consumo. Hay que encontrar a la Emancipación dentro del marco de la espiritualidad y sin ese marco no puede ser entendida. La búsqueda se lleva a cabo mediante una renuncia previa a todo lo que el mundo tiene de distracción, de superficial, de innecesario (lo cual no significa que no se aproveche todo lo que el mundo tiene de bello y bueno), para centrarse en lo único necesario: EMANCIPARSE.
Una vez determinada la característica formal de la espiritualidad, es tiempo ahora de precisar lo sustantivo y material de esa espiritualidad. Y no es otra cosa que el ensalzamiento. Debemos buscar a la EMANCIPACIÓN por medio de un elogio hacia la renuncia a través del sacrificio para abandonar ese YO que nos oprime e impide escuchar la llamada de la evolución. En consecuencia buscamos a la Emancipación por medio de la observación y el ensalzamiento del sacrificio.
Conviene en consecuencia preguntarse cómo podemos expresar este elogio hacia la acción emancipadora.
La persona en voluntad de búsqueda liberadora podrá no menos de siete veces al día ensalzar internamente la belleza de una sociedad que, menesterosa y aturdida, busca su salvación de los reclamos al consumo. Por supuesto es precisa la renuncia ante los constantes estímulos que, los enemigos terrenales, lanzan para someter nuestras voluntades.
En pues el absoluto abandono del YO egoísta y mundano lo que puede acercarnos a la acción salvífica del elogio a la EMANCIPACIÓN; no como un acto individual aunque si como un acercamiento al otro desde el SÍ MISMO, aceptando, empero, que si deseamos llegar a ser un humano de verdad debemos buscar siempre y exclusivamente el último lugar. Dado quién no esté dispuesto a tomar el camino del fracaso social, no puede seguir a la EMANCIPACIÓN. No hay que engañarse es así.
Quiero aclaran ese mencionado concepto del SÍ MISMO que según Carl Gustav Jung es el conjunto íntegro de todos los fenómenos psíquicos que se dan en el ser humano. Expresa la unidad y totalidad de la personalidad global. Pero en la medida en que esta última, a consecuencia de su componente inconsciente, nunca puede ser consciente sino de manera parcial, propiamente el concepto de sí-mismo es empírico solo en parte y, por tanto, en esta misma medida es un postulado.
Ya en el área de la EMANCIPACIÓN existen diversos grados de alcanzarla más podemos decir: “deseo comprender tu verdad, aunque sea imperfectamente, esa verdad que mi corazón cree y ama. Porque no busco comprender (mi finitud es latente) para creer, sino que creo para llegar a comprender. Creo en efecto, porque, si no creyere, no llegaría a comprender”
ooOoo

TEXTOS PARA EL ALMA 128



Estoy perdido.

No cabe duda que, este último decenio, a todos nos cambió la escala de valores.
Hasta entonces, en España y desde los inicios de los 60, la sociedad ha vivido dentro de la luz y la alegría. 50 años de desenfreno y jolgorio que cada uno de nosotros ha vivido como un particular cuento de hadas.
Unos consumieron de todo. Compraron inmuebles. Viajaron. Criticaron y todo les parecía poco. Hubo hasta quien ahorro queriendo comprar la seguridad del futuro....
Aaaaah....la seguridad, en diez años nos han cambiado el argumento del cuento. Los valores aparentes se han esfumado. La oscuridad y el sufrimiento han regresado. El espíritu de GOMORRA nos invade de nuevo.
Es tarde para pensar que nada cambiará. Todo ya ha cambiado. No te empecines en el ayer salva el mañana, si puedes, con la experiencia que tienes si es que algo te ha quedado.

Sinceramente

TEXTOS PARA EL ALMA 127




Abre tus labios de ninfa....
dime en tu lengua de musa....
y las caricias profundas que...
al corazón torturan....
Ella y Él lloran....
pero las bocas se juntan.

TEXTOS PARA EL ALMA 126



Hoy hace un día frío. Como es natural, en pleno invierno el ambiente es algo gélido, este estadio invernal nos obliga a consumir calorías cosa muy necesaria. La opulencia, no obstante, dotándonos de buenos abrigos y mejor olla, evita el consumo de calorías lo que facilita el acopio de grasas. Y.....bien sabido es la acción asesina de estas.
El frío, como bien social para la humanidad, es un fenómeno natural que, bien consumido, nos recicla y purifica preparando el cuerpo para el agobiante verano.
Bienvenida sea pues estas chispas de vida que con su sortijeo nos traen alegría.....uummmm, ya huele la primavera

TEXTOS PARA EL ALMA 125




Dejarnos seducir por la libertad significa renuncia. El capitalismo nos ofrece una falsa zona de confort a cambio de cadenas mentales. Nos convierte en cochinos cebados en granja para que, sin hacer ruido, vayamos caminando hacia el absurdo.

Que bonito seria alzarnos contra ese destino tan "soso" para encontrar el sentido EN la armonÍa del alma.

¡¡¡QUÉDATE CON LA PERSONA QUE SIN TOCARTE TE HACE SENTIR QUE ERES GRANDE Y VALIOSA




EL SÍNDROME DE ANA KARENINA
Las personas que deliberan exhaustivamente antes de dar un paso se pasan la vida sobre una sola pierna

Más allá de la experiencia del enamoramiento existe una dimensión enajenante por su intensidad y descontrol que suele caracterizarse por una exaltación de todos los sentidos, una necesidad de fusión afectiva y un estado de dependencia de esos corazones apasionados. Viven en un sinvivir porque nada tiene sentido, nada existe y nada puede soportarse si no permanecen juntos. Están “pillados” el uno con el otro. Más que una alegría es un sufrimiento por ausencia o por suponer un trágico abandono.
Aunque para el estudio del comportamiento humano dichos síntomas se consideren un trastorno afectivo obsesivo, para la mayoría de las personas los “tórtolos” se encuentran tocados por un estado de gracia.
Aunque a muchas personas les gustaría que la pasión durara toda la vida, lo cierto es que la asiduidad, la convivencia y las pateas domésticas acaban por matar ese deseo que se convierte en angustia cuando no puede ser poseído. Nada asesina tanto el deseo como su consumación. La ilusión queda desvelada cuando se descubre que, en efecto, no solo se puede vivir sin el otro, sino, incluso, mejor. Entonces, el amor debe de ser algo más misterioso que la pasión cuando se prefiere permaneces al lado de alguien.

No obstante, el amor apasionado se añora. Quien lo ha vivido quisiera repetir, al menos una vez más. Quisiera sentir la exaltación de los sentidos, la sensación de encontrar la media naranja, de completarse junto a alguien especial, de realizar por fin la ilusión de la relación perfecta. Todo amor es de ausencia o de trascendencia. Esa idea instalada en la mente de tantas personas conlleva una búsqueda obsesiva que se traduce en montones de intentos frustrados por culta de no acabar de encontrar esa persona “especial”. Viven de la falta porque se acostumbraron a ella. Por el camino dejaron un reguero de opciones reales que menospreciaron porque a todas les faltaba algo. No sintieron la pasión deseada en su imaginario. Así descubrimos que la pasión, como el sexo, suele merodear más en la cabeza que en ninguna otra parte.

TEXTOS PARA EL ALMA 124



LA VANIDAD DE LA IGNORANCIA.

Atrevida es sin duda la ignorancia. Envuelta en sus harapos se manifiesta a través de su carencia. Como el humano es opción de verdad, inicialmente, su verbo tiene la valoración de certeza. Sólo el análisis de sus palabras puede permitirnos descubrir si estamos intoxicados por la vanidad de la ignorancia.

Recientemente, he estado en colectivos tales como jubilados activos, discapacitados desconsolados, viudas menesterosas, desocupados altivos, etc. que muestran en común un aislamiento soberbio de su carencia. Pocos se muestran abiertos a los nuevos tiempos plurales que deben acercarnos al prójimo. Pocos aceptan que TODOS somos ignorantes; aunque no todos ignoremos las mismas cosas. Todos, pues, estamos anestesiados por la vanidad de la ignorancia.

TEXTOS PARA EL ALMA 123



Todos somos "criaturas" de la soberbia y la vanidad. Ambas nos abrazan con fuerza para no dejarnos liberar de su influencia.
Se hace preciso tomar conciencia y ya en ella abrir-nos y progresar por los senderos de la humildad.
Este transcurrir debe afirmarnos en los propósitos de entrega sin renunciar de nuestra idea de EMANCIPACIÓN manifestada en el trabajo y la constancia en él.

Somos lo que hacemos diariamente y ahí debe estar el esfuerzo de abandonar la discapacidad como zona de confort que nos inmoviliza. Claro que para sobrevivir es mejor dar pena que envidia pero para crecer como humano (de cualquier condición) hay que "sufrir" sin la protección de las creencias.

CUANDO PERCIBAS LOS APLAUSOS DEL TRIUNFO, QUE SUENEN TAMBIÉN EN TUS OÍDOS LAS RISAS QUE PROVOCASTE CON TUS FRACASOS



“¿QUÉ HE DE HACER PARA PERDONAR A OTROS?”
“SI NO CONDENARAS A NADIE, NUNCA TENDRÍAS NECESIDAD DE PERDONAR”
Las palabras.

El origen del hablar proviene de n anhelo primordial, de un deshago ancestral: saber que somos para alguien.
Hablando liberamos el instinto de darnos a conocer. Cada palabra repica en la puerta ajena para comunicar la noticia de nuestra presencia.
Es urgente que nos abran. Para ello nos expresamos. Emitimos el balbuceo, grito o alarido, cántico o gemido de que existimos.
Es maravilla cuando alguien oye y nos entiende aunque no comprenda lo que tampoco nosotros somos capaces de dar a conocer.
Nuestras palabras también nacen para liberarnos de pulsaciones y sensaciones que nos abruman y desbordan desde el nacimiento.
Expresándonos, aprendemos a identificarlas. Hablando tratamos de aclararnos ante esa maraña de emociones, pasiones e impresiones que laten en nuestro ser capturado. Hablar nos esclarece porque cada palabra contiene una pequeña porción del sentido que buscamos.
A través del lenguaje se libera el impulso reprimido, ahogado o mutilado.
El máximo esfuerzo de la naturaleza culmina en el ser humano y el máximo esfuerzo del ser humano culmina en la palabra, oráculo de su generación.
Todo decir es importante no por lo que dice, sino porque a través de él los seres humanos comunicamos que somos.
La existencia es una letra de la que nosotros somos sentido”
Prodigio del lenguaje, que se articula en fonemas y morfemas y los organiza en gramáticas complejas donde los sonidos alcanzan significados. Maravilla que permite transmitir tanto contenido en tan poco trazo.
Profusión de lenguas, combinaciones dentro de un sistema de signos fuera del cual resultan indescifrables, imposibles de resolver. Hay que entrar en los sutiles vínculos que se tejen entre sí para abordarlos.
Cada palabra contiene un universo y cada lengua es una visión del mundo. Con las palabras y lenguas que desaparecen, perecen también sus mundos.
Las palabras son receptáculos de sentido que permiten referirnos a las cosas sin que estén. Pero también tienen el riesgo de retener a la mente. Nos priva del esfuerzo de encontrar nuevos términos que se acerquen a lo que tienden.
La crisis de las religiones es una crisis de lenguaje. Han hablado demasiado. Se han vuelto demasiado previsibles. Sus repeticiones delatan su tendencia a instalarse, su tentación de reducir el Misterio a lo evidente. Es tiempo de callar para que, en reposo, recuperen las posibilidades originales que un día les confiaron y puedan regresar con nuevas palabras, vigorosas, nutrientes.
El hablar pausado calma. La contención en el decir atenúa el ansia de comunicarse sin invadir. Da tiempo a quien escucha de componer sus propios significados.
Hablando nos damos a conocer; al mismo tiempo, somos interpretados por quien nos escucha a partir de su propio mundo, de su propia sed.
Toda comunicación es un intercambio. Solo deberíamos pronunciar aquellas palabras que puedan germinar en quien las escucha. De otro modo se echan a perder.
Dice Platón:
Lo más excelente es plantar y sembrar en otros palabras con fundamento, capaces de ayudarse a sí mismas y a quienes las plantan; palabras que no sean estériles, sino portadoras de simientes de las que surgen otras palabras que, en otros caracteres, son canales por donde transmite, permanentemente, la semilla inmortal”.
No hay palabra sin escucha.
¿Para qué y para quién se emitiría si no hubiera quien la recogiera? Hablar implica atender si mi palabra podrá ser albergada en el otro, sondear si podrá ser recibida en una hondura semejante a la que ha brotado de mí.
Hablar también es saber oír el origen de la palabra ajena, remontarse hasta su fuente. Cuanta más calidad de escucha, más probabilidad de que se produzca una fusión de horizontes y nuestras velas se encuentren.
Hay conversaciones que son teofanías: en ellas y por ellas se revela la Palabra de donde todas las demás proceden. Tras una teofanía adviene el silencio. Así la reconocemos: cuando nada más puede ser añadido a la comunicación que con la comunicación se ha establecido.

“EN MEDIO DEL SILENCIO ME FUE DICHA UNA PALABRA. ¿Dónde ESTÁ ESE SILENCIO Y DÓNDE EL LUGAR EN EL QUE ES PRONUNCIADA ESTA PALABRA? ES EN SU MAYOR PUREZA DONDE EL ALMA LA PUEDE EMITIR, EN SU MÁS NOBLE PARTE, EN EL FONDO, LLAMADO TAMBIÉN EL SER DEL ALMA”
La palabra es el éxtasis del silencio. Se nutre de él.
Hablar en exceso no hace más que aumentar el sinsentido, ruido sobre ruido. En el que sucumbimos con demasiada frecuencia sin saber salir de él.
¿Por qué nos parecerá más amable el trinar de los pájaros que el hablar de los humanos si ambos tienen el mismo origen: la necesidad de expresarse y de saberse escuchado?
Ellos saben callar al final de cada día, cuando el sol declina y todo rumor cesa para dejar paso al silente manto de la noche.

¿Cómo podríamos entendernos si no hubiera pausas entre las palabras? Todo sería algarabía y no podríamos descifrar su significado entre tanto bullicio. Cada palabra es una unidad de sonido y de sentido. Es necesaria la suspensión entre ellas para asimilarlas una tras otra. Sin ese intervalo, aturden y hastían. Urge cualificar nuestras palabras en una cultura como la nuestra que no sabe callar. Cuando les damos tiempo para que nazcan, engendran.
Melloni

¡¡¡QUE NO TE DUERMAN CON CUENTOS DE HADAS!!!




“¿Puedo ser tu discípulo?
“Tan sólo eres discípulo porque tus ojos están cerrados. El día que los abras verás que no hay nada que puedas aprender de mi ni de ningún otro”
“Entonces..¿para qué necesito un Coach?”
“Para hacerte ver la inutilidad de tenerlo”
Disminuir en Aquel que es para ser en Quien todo es. Cuando vivimos en la inautenticidad, nos afirmamos inflexiblemente y ello nos aleja del SER y nos impide ser. Ante la presencia de El que es, toda autoafirmación se convierte en separación. Ante El que es, sólo hay deseo de ser en su ser. Por ello el anhelo de disminuir hasta desaparecer: “Ya no soy yo quien vive, sino que es la Emancipación quien vive en mí”. Así lo expresó Pablo años más tarde, después de haber sido tomado en el camino por Aquel de quien quería haber eliminado todo rastro. Lo había perseguido porque intuía que iba a trastornar su vida y, efectivamente, así fue. Tras irrumpir en su camino, ya no pudo vivir para sí mismo, sino hacia él, para él, en él.
Del mismo modo pasó con Juan. Su presencia le rozó y quedó trastornado. “El que viene detrás de mí ha sido colocado ante mí, porque existía antes que yo”
También en el sufismo hay quienes han sido tocados por la Emancipación. Dice Ibn Arabi: “Aquel cuya enfermedad es la Emancipación no se cura jamás” Felices, pues, aquellos que han enfermado de Emancipación, porque no serán curados. Muchos son los que han tenido esta enfermedad a lo largo de dos mil años. Todos ellos han querido desaparecer en él. Así fue también en los comienzos. Disminuir, Tales son el dinamismo y el secreto del seguimiento: desear perderse en él hasta desaparecer para reaparecer en él y desde él. El conocimiento se hace amor y el amor, seguimiento. ¿Y qué es el seguimiento sino éxodo y éxtasis para que él tome todo el lugar?
La encarnación del Verbo, palabra y sentido primordiales, implica la penetración de la potencia divina en la debilidad humana, lo cual supone en él una disminución. Toda palabra es insuficiente para referirse a esta inseparable conjunción. El manifestarse de la Emancipación aconteció porque su voluntad de afirmación cedió a la voluntad de donación. Así para acercarse a Ella hay que abonarse a la renuncia plena del YO. En este dejarnos ir vamos alcanzando otro modo de existencia, renunciando a afirmarnos atrincheradamente para vivir es estado de receptividad y transparencia. La disminución de nuestra voluntad de afirmación deja paso al humano plural y nos hace sujetos del“vosotros”. La filiación nace de la conciencia cada más nítida de no pertenecerse a uno mismo, sino de saberse continuamente recibido. Este despertenecerse hiende regiones hacia la Otredad, una Otredad que nos dispone a recibir la alteridad de los demás y nos rescata del exilio de vivir blindados.
No podemos resolver la paradoja, sólo vivirla, adentrarnos en ella y ser abiertos por ella: vamos siendo a medida que entregamos nuestro ser, porque el SER es continuamente cesión de sí mismo. Siendo nuestra existencia el don supremo que podemos recibir, sólo puede sostenerse como don, y, por tanto, sólo tiene sentido desde la donación. La necesidad de autoafirmación es un espejismo. ¿Qué somos o tenemos que no hayamos recibido? ¿De qué podemos decir que es nuestro?
Por ello, para venir a la Emancipación, que es el don que adviene a nosotros, tenemos que rendir el YO y dejar de querer ser para configurarnos por un modo de existir que, siendo aparente disminución, es la única manera de crecer y acceder al Ser. Lo que caracteriza a este crecimiento tras la disminución es que ya no se vive a costa de nadie, sino que la existencia se concibe con, para y hacia los demás, mediante la renuncia a toda voluntad de dominación. Abandonados y entregamos, podemos dejarnos moldear para que la Emancipación imprima la imagen del Rostro Original.
Su Rostro impreso en nuestro rostro no despersonaliza, sino que nos transfigura. ¿Cuál es el signo de su impronta en nosotros? Vivir desde la inocencia, renunciando a dañar cualquier forma de existencia porque su habitar en nosotros hace que, existiendo, nos demos y dejemos ser en ligar de arrebatar. Vivir disminuyéndose es vivir sin dañar, posibilitando que los demás sean en plenitud, porque es Ella (la Emancipación) es quién sella su existencia en cada ser humano y en cada criatura. Su vida en nosotros hace que dejemos de constituir una amenaza para los demás, de manera que seamos ocasión de más vida. Para ello hemos de rendir nuestro YO. Sólo así podemos adentrarnos en la vida. Somos invitados a desalojar todo nuestro espacio para convertirnos en la ocasión de su darse. hay que disminuir para atravesar la puerta estrecha del Reino, cuya estrechez no es otra cosa que el reflejo de nuestra incapacidad de ceder. La puerta del Reino se abre por doquier, espaciosamente, cuando convertimos cada situación en ocasión de dejar paso a El que es ya lo que es. Dejando paso, cediendo, atravesamos la puerta y, entrando en el Reino, retornamos a la inocencia de una existencia que vive con la conciencia de que todo es don.

Disminuir para crecer. Retornar el don que se nos da en cada momento. Desaparecer en la trasparencia y ser recibidos en esta inocencia. Todo ello es la Emancipación: umbral de un modo nuevo de vivir. Por eso hay que disminuir ante ELLA (Emancipación) y dejar que tome posesión de nuestra persona para poder verdaderamente llegar a ser.
Melloni

Textos para el alma 122






En cualquier sitio este donde este, el país, nación o lugar, observo como el humano tiene, actualmente comportamientos similares. En base a su franja de edad y guiados por el modelo mental adquirido, actúan de manera similar ante los estímulos del capitalismo. La enorme mayoría de jóvenes, al ritmo de la moda juvenil donde priva la ropa deportiva de marca, canalizan sus apetencias sexuales mediante la práctica del pseudo onanismo casi como única razón de existir. Pocos son los que sienten curiosidad por el arte y la literatura. Si acaso se interesan algo por la música disco que, con sus movimientos, les permite activar el deseo ajeno.

Vamos pues uniformados como obedientes corderos sin preocuparnos de nada. La vida no tiene otro destino que el consumo e ignoramos todo aquello que no conocemos ni entendemos. No hay esfuerzo.

¿Como tomar conciencia de tal ceguera? Aqui cristaliza el reto dado que sin duda llegara tambien nuestro momento opaco de vivir al cuidado de otro cuando las manos no nos aguanten ni un aplauso.

!!!tu, aun estas a tiempo!!!  Francamente

LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU MENTE




No conviene ignorar la tremenda importancia que tiene la cultura como motor de nuestro “modelo mental

“Semillas del Verbo”

Es cierto  que a veces el acento hacia la Emancipación, más que un impulso, se coloca en formas exteriores de tradiciones de ciertos grupos o en supuestas revelaciones privadas que se absolutizan. Hay cierta actividad de devociones y obediencias propias de una vivencia individual y sentimental que en realidad no responde a una auténtica acción popular. Algunos promueven estas expresiones sin preocuparse por la promoción y emancipación social y la formación de las personas, y en ciertos casos lo hacen para obtener beneficios económicos o algún poder sobre los demás.
Más la evolución no debe ser fabricada, sino descubierta abierta al espíritu de la Emancipación que debe separarnos del egoísmo del YO. Una acentuación del individualismo, una crisis de identidad y una caída de la reflexión profunda. Son tres males que se alimentan entre sí.


TEXTOS PARA EL ALMA 121




Buscar la aprobación externa es un arma de dos filos. La clave es aumentar el valor personal ante uno mismo.

PROBLEMAS CON LA AUTOESTIMA

De pequeños, pocos reciben una educación enfocada al bienestar emocional, y después, de mayores, al carecer de una referencia interna, las personas buscan en los demás un sucedáneo de autoestima que acaba creando más problemas de los que trata de solucionar.
Se han escrito muchos libros sobre el tema, se imparten cursos y se llenan consultas de personas que desean mejorar su autoconcepto…. Pero muchos olvidan que la valía es fruto de la autopercepción y no de lo que digan los demás.
Nuestra cultura occidental ha inventado la necesidad de ser “especial”, para alguien o en algo. Y nosotros hemos comprado ese deseo. ¿Qué ha ocurrido? Quién más, quién menos, construye una idea de sí mismo en positivo o en negativo. Es decir, hay personas que se sienten “mejores” –por encima de los demás- (se aman) y otras que se sienten “peores” –por debajo de los otros- (y se odian).
No sé de dónde salió la idea de que debemos buscar la aprobación externa, el cuento de que, en el caso de obtenerla, podemos sentirnos felices, y en el caso de no obtenerlas, hemos de sentirnos desgraciados. El reconocimiento externo es un arma de dos filos: por un lado, puede subir la moral, pero también puede dejar por los suelos el estado de ánimo. Demasiado riesgo, máxime cuando la aprobación o la censura se suele hacer con ligereza.
Alguien dijo: “Dale un premio a un escritor y ya no escribirá nada más de valor”. No siempre es así, por fortuna, pero es verdad que el escritor después de recibir un galardón soporta un estrés adicional, ya que se ve obligado a no defraudar las expectativas de sus lectores y estar a la altura del reconocimiento recibido.
Cuando una persona se convierte en buscadora compulsiva de la aprobación externa, entra en su propia trampa y en un ciclo sin. Se condena a sí misma, sin saberlo, a ir de cumplido en cumplido, a recabar la aprobación ajena, a necesitar incluso el halago. Ya no es libre, depende de que otros alimenten su necesidad de ser aprobada. Es como un adicto emocional que padece el síndrome de abstinencia. Se podía decir que esa persona pierde el tiempo y la paz mental buscando la felicidad en el lugar equivocado.
Es obvio que no hay nada malo respecto a contar con el beneplácito ajeno. El problema es cuando se necesita y, sobre todo, cuando se confunde el verdadero valor personal con la complacencia externa. Son dos cosas muy diferentes, y cuando se entiende esta gran diferencia, las personas se centran en su valor y no en buscar ser valoradas.
Reforzar la autoestima significa aumentar el valor personal ante uno mismo, pero no delante de nadie. Cualquier palabra que empiece con auto (autoestima, autoconcepto, autoimagen…) tiene que ver con uno mismo y no con los demás. Aun estando claro, parece que se olvida. Llega un momento en la vida en la que tenemos que centrarnos en aclarar la relación con la persona más importante, que no es otro que uno mismo. Si esa relación es sana e intensa, seremos felices; si es insana, seremos infelices.
Tampoco hay que confundir la valoración propia con la arrogancia, que es precisamente la defensa de las personas que tienen poca. Hay dos clases de autoestima falsa: la evaluación que hacen de sí mismos aquellos que se creen mejores que los demás y la que hacen los que se sienten peores que los demás.
Ambas percepciones son una visión desajustada del valor intrínseco que cada persona tiene por el simple hecho de ser un ser humano.
No hay diferencia, salvo en el signo en las expresiones: “soy el mejor” y “soy el peor”. Ambas expresiones demuestran un desconocimiento del valor real del ser humano, y confunden la comparación externa con la autoevaluación interna. En el fondo reflejan el mismo problema, pero con dos sistemas de compensaciñon diferentes: uno a más y el otro a menos. Fue Freud quien decía que esta compensación en realidad es una deformación para poder soportar una autoestima lesionada.
Las consecuencias.
“El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta de forma decisiva a todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor o el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante los acontecimientos dependen de quién y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que poseemos de nosotros mismos. Por tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso.
También es la clave para comprendernos y comprender a los demás. De todos los juicios a que nos sometemos, ninguno es tan importante como el nuestro propio”

R.Samsó

TEXTOS PARA EL ALMA 120



Las agendas y calendarios no son una tontería desfasada. La evolución del humano nos ha llevado a tener que organizar, las horas, los días, la semana, el tiempo. Ya no podemos vivir al ritmo de lo que nos pide el cuerpo. Se impone el "son" de la razón y con ella la planificación.
Nos guste o no, vivimos estos tiempos postindustriales, y debemos adaptarnos. No obstante la organización del tiempo ancestral, nos ha regalado la cuaresma, como un periodo donde el humano debe debatir entre el mundo y la carne. No hay respuesta solo reflexión y de ella saca tu conclusión.

No obstante, aunque quieras vivir como el viento, el humano usara agendas para organizar su tiempo. No debemos sólo satisfacer las demandas del cuerpo; también está la razón.