LA SALA DE ESPERA
Cuando suena tu
nombre en la voz de la enfermera se produce en el interior una emoción de
ALEGRÍA INQUIETANTE.
Dejas la espera y abrazas la duda. ¿que te dirán? lo que
perciba ¿lo aceptaré?.
Tal incertidumbre
debe aceptarse con humildad y domesticada paciencia. La ciudadanía, en nervioso
silencio, espera y espera la sentencia del destino.
Es el precio de no
morir. Aceptar el incuestionable deterioro que el tiempo nos regala como premio
a la curiosidad de vivir.
Por tanto el
argumento de la vida es la muerte, mientras tanto, vamos viviendo episodios más
o menos interesantes.....hasta que llegue el final.
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