JUNTOS Y SEPARADOS
“La responsabilidad es una cara de la moneda, la otra es la libertad. Si no quieres responsabilidad, no tendrás libertad, y sin libertad no existe el crecimiento” (Osho)
Vivimos en la contradicción de querer estar juntos y separados, de querer una pareja estable y a la vez utilizarla y desecharla después. Mantenemos relaciones dependientes y a la vez buscamos espacios de libertad. Por ese motivo, muchas relaciones son uniones y separaciones transitorias. El amor llega a considerarse una conexión más que una comunicación o un vínculo. Las parejas se convierten en otro objeto de consumo. Aunque estemos juntos, nos sentimos desunidos. Las actitudes de comparación, celos, rabia, analfabetismo emocional, “yo, yo, yo”, nos separan. El ego nos distancia del otro. En la convivencia nos damos cuenta de que nuestros egos colisionan y culpan. Los egos controlan, dominan e irritan. Constantemente desean y están insatisfechos.
Nos cuesta asumir la responsabilidad de nuestra propia vida. Nos es más fácil culpar al otro de cómo estamos. Cuando estamos irritados, pensamos que es porque alguien actúa de cierta forma; estamos de mal humor por el tiempo que hace, porque la casa tiene una grieta en el techo, porque el coche no arranca, porque nos hemos torcido el pie. Así estamos siempre quejándonos y frustrados. Pero ¿quiénes son responsables de esa frustración? ¿El coche, el pintor, la casa, el suelo? ¿O somos nosotros los responsables? Asumir plenamente nuestra responsabilidad: ese es el camino hacia la libertad.
0 comentarios:
Publicar un comentario