Sin zona de confort no hay seguridad. Sin riesgo no
hay progreso.
Sin error no hay aprendizaje. Sin satisfacción no hay recompensa
que nos motive e inspire a empezar de nuevo el proceso. Así, los cuatro
círculos son necesarios y debemos cultivar todos ellos. LA DIFERENCIA “Las
maravillas de la vida se nos escapan por la cómoda trampa de la rutina” ( John
Nigro) La mayoría de nosotros nos enfrentamos a desafíos de vez en cuando y hay
largos periodos de, digamos, relativa tranquilidad. ¿Qué hacer para estar
preparados para cuando llegue el momento de salir de la zona de bienestar? La
respuesta está, paradójicamente, en la rutina. Es decir, en introducir pequeños
cambios en todas aquellas cosas que hacemos casi automáticamente. Lo importante
es hacerlo con una actitud también diferente, mostrándonos interesados,
ignorantes, interrogativos e implicados. Es decir, abrir la mente, hacernos
preguntas, abandonarnos a la CAPACIDAD DE SORPRESA “La sorpresa es el móvil de
cada descubrimiento” (Cesare Pavese) El famoso Mihaly Csikszentmihalyi, uno de
los padres de la psicología positiva, define la capacidad de sorpresa como uno
de los grandes rasgos de la personalidad creativa. Para ser capaces de asombrar
a los demás, antes debemos ser capaces de sorprendernos a nosotros mismos. Y
sorpresa y creatividad son músculos que podemos entrenar, desarrollar y
fortalecer. Todo lo expuesto hasta el momento no tendrá casi efecto en nosotros
y en nuestra vida si no somos capaces de maravillarnos. El puro hecho de
cambiar de camino para ir al trabajo no tiene ningún valor si no nos obligamos
a encontrar durante el trayecto algo que nos sorprenda. Y para ello debemos
estar conectados y atentos, observar con una mirada primeriza.
Csikszentmihalyi propone un ejercicio que deberíamos
hacer como mínimo dos veces por semana: ser capaces de maravillarnos de algo y
ser capaces de sorprender a alguien a lo largo del día. Solo una vez, pero en
las dos direcciones. Este ejercicio nos obliga a pensar distinto, a hacer cosas
de una manera diferente y a estar conectados con nuestra atención y nuestro
asombro. Además de permitirnos entrar y explorar nuestras zonas de riesgo,
error y satisfacción. Es gratis. Es sencillo. Y es muy divertido
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