Vivir pensando en lo que carecemos, no es vivir. Para un adecuado fluir por los caminos del tiempo pensar en positivo ayuda. Los postulados de la carencia tienden a idealizar el concepto del carecer, ignorando las pequeñas realidades que nos trae el día a día.
Si damos protagonismo a la carencia nada es suficiente. Todo tiene su más y
más y en esa avaricia por poseer olvidamos una esencia fundamental:
desarrollarnos hacia la Emancipación, es decir, fomentar los hábitos de
crecimiento que nos separe de la necesidad de posesión y así enterrar la
carencia.
Todo
es mejorable, claro, incluso nosotros mismos. Más aceptando activamente la
condición de humano olvidaremos la carencia y agradezcamos lo que, con nuestro
esfuerzo, hemos conquistado.
No
hablemos pues de CARENCIA solo de ESFUERZO. Abandonemos así la QUEJA y demos la
bienvenida al AMOR como reto Emancipador.
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