Escuchar la vida.
Ahora bien, necesitas
conciencia y alimento. Necesitas alimentos buenos y saludables. Aprende a
disfrutar del sólido alimento de la vida. Buen alimento, buen vino, buena agua.
Saboréalos. Olvida tu mente y ven a tus sentidos. Eso es un buen alimento,
saludable. Los placeres de los sentidos y los placeres de la mente. Buena
lectura, cuando disfrutas de un buen libro. O de una buena discusión, o de
pensar. Es maravilloso. Por desgracia, la gente se ha vuelto loca; SE HACEN
CADA VEZ más adictos porque no saben disfrutar de las cosas buenas de la vida. De
modo que tienen que buscar estimulantes cada vez mayores.
En los años setenta, el
presidente CARTER apeló a los americanos para que fueran más austeros. Pensé:
no debería decirles que sean austeros, debería decirles que disfruten de las
cosas. La mayoría de ellos han perdido su capacidad de disfrutar. Creo
verdaderamente que la mayoría de la gente de los países ricos ha perdido esta
capacidad. Tienen que tener cosas cada vez más caras; no pueden disfrutar de
las cosas simples de la vida. Después entro en lugares donde tienen la música
más maravillosa, y esos discos con descuento, grandes cantidades de ellos, y
nunca veo a nadie escuchándolos: no tienen tiempo, no tienen tiempo, no tienen
tiempo. Se sienten culpables, no tienen tiempo para dsifrutar de la vida.
Tienen exceso de trabajp y tienen que estar siempre en marcha. Si realmente
disfrutas de la vida y de los simples placeres de los sentidos, te sentirías
asombrado. Desarrollarías la disciplina extraordinaria del animal.
Un animal nunca come con
exceso. Cuando está en su hábitat natural, nunca tiene exceso de peso. Nunca
come o bebe nada que no sea bueno para su salud. Nunca vas a encontrar un
animal fumando. Hace todo el ejercicio que necesita: observa a tu gato después
de haber tomado su desayuno; mira cómo se relaja. Y mira cómo salta a la
acción; fíjate en la flexibilidad de sus extremidades y la viveza de su cuerpo.
Hemos perdido esto. Estamos perdidos en nuestras mentes, en nuestras ideas e
ideales, y así sucesivamente. Y siempre estamos haciendo cosas. Tenemos un
conflicto interno que los animales no tienen. Y siempre estamos condenándonos a
nosotros mismos y haciéndonos sentir culpables. Ya sabes de qué estoy hablando.
Podría haber dicho de mí mismo lo que un amigo me dijo hace algunos años: aleja
ese plato de dulces, porque frente a un plato de dulces o de chocolate pierdo
mi libertad. Esto también era verdad en
mi caso; perdía mi libertad ante todo tipo de cosas, ¡pero ya no! Me siento
satisfecho con muy poco y disfruto de ello intensamente. Cuando has disfrutado
de algo intensamente, necesitas muy poco. Es como la gente que está ocupada
programando sus vacaciones; se pasan meses planeándolas y después llegan al
lugar y se sienten ansiosos pensando en sus reservas para el vuelo de vuelta. Y
van sacando fotos sin parar que después colocarán en un álbum; imágenes de
lugares que nunca vieren y sólo fotografiaron. Éste es un símbolo de la vida
moderna. No puedo prevenirte lo suficiente contra este tipo de ascetismo.
Ralentízate y saborea, huele y oye, y deja que los sentidos se vivifiquen. Si
quieres hallar un camino real hacia el misticismo, siéntate en silencio y
escucha todos los sonidos que te rodean. No te centres en ningún sonido
particular; procura oírlos todos. Vas a ver los milagros que te ocurren cuando
tienes los sentidos desatascados. Esto es extremadamente importante para el
proceso de cambio.
De Mello
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