La alegría cotidiana
al retomar la conciencia de la "luz" no debe quedar empañada por
nada. Abandonar la oscuridad, en su elegante silencio, supone poder vivir el
contraste y con él, la diversidad. Sin "luz" no seriamos humanos y
con "ella" podemos personalizar el amor al prójimo. Ya en este
escenario luminoso aprovechemos para detectar nuestras áreas de mejora desde la
serenidad de la imperfección plena. ¡¡¡ Solo tú puedes verte sinceramente!!!
Sin engaños ni excusas.
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Que tus sueños iluminen el alma.
Pagar impuestos
debería ser algo elegante. El contribuyente, con su esfuerzo físico e
intelectual, aporta a la colectividad parte de sus rentas. La sociedad debe
reconocerlo creando espacios de alegría y comodidad. Pues no es así, no. La
espera del turno se desarrolla en espacios masificados donde, para evitar las
multas, el ciudadano espera en un sudoroso silencio. ¿Es esto la democracia
fiscal? Me siento un cordero esperando turno para ser esquilado callado y sin rechistar.
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Con demasiada
frecuencia no analizo "la alegría de la amistad". Entendemos, quizás,
que la amistad estará siempre a pesar de nuestro egoísmo, y no. La amistad se
aleja cuando se ausenta el amor. Así, diariamente, con mimo y cuidado podemos
"acunar" la amistad con el máximo cariño. Tu eres un ser especial en
mi existencia, déjame inscribir aquí mi testimonio de presencia.
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El trajín matutino que se lleva la ciudadanía en coche,
metro o bus no es un movimiento productivo; es la danza del miedo. Medio
sonámbulos nos dirigimos al trabajo y los colegios con un espíritu de temor.
Pánico que nos provoca las deudas contraídas, por insensatez, y la
inestabilidad actual de los mercados. En la calle no hay sosiego y el alma está
vacía. ¿Qué horizonte nos espera si
estamos al borde del desahucio? Aaah. En el Corte Ingles....ya está la oferta
de vacaciones a plazos..... ¡!!Animo!!!
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