Si por niveles de
conocimiento aceptamos tres: SENSIBILIDAD (ORDENA
EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO LAS IMPRESIONES DEL SUJETO HUMANO); entendimiento (ORGANIZA “ESAS” IMPRESIONES PARA CONDUCIRLAS
A JUICIOS ) Y la rAZÓN (que toma esos juicios y
los transporta hacia una realidad en busca de principios más generales)
encontraremos una existencia que nos lleva más allá de la experiencia y nos
conduce hacia un IDEALISMO TRANSCENDENTAL que sustituye el
conocimiento del SUJETO HUMANO entorno al objeto material, por ser ese objeto
material quien se debe al sujeto humano.
Ese es el verdadero espíritu
humano de la PASCUA y de PENTECOSTÉS, es decir, de la EMANCIPACIÓN HUMANA.
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