EN LAS GRANDES CRISIS, EL
CORAZÓN SE ROMPE O SE CURTE
A pesar de la capacidad de
adaptación de los humanos, la crisis actual tiene un formato que, en algunos
casos, impide que esa facultad cumpla sus funciones. Sufrimos un golpe y nos
adaptamos. El problema es que actualmente algunas personas reciben un golpe
tras otro: se quedan sin casa, pierden el trabajo…..
Otra losa de esta crisis es
la incertidumbre. No nos deja dormir. Los humanos, cuanto más estable y
controlable vemos el mundo, mejor estamos física ypsicológicamente. Esta crisis
nos lo pone difícil para ver el mundo manejable. Es una trampa en la que
solemos caer cuando la desesperación nos sacude.. “Sé que me va a pasar algo
bueno”, presiento que antes de dos meses tendré trabajo”. Estos pensamientos
nos provocan paz unos minutos, pero son extremadamente peligrosos. ·Desear lo
mejor y estar preparados para lo peor”. Esta frase significa desear encontrar
un trabajo rápido. Ese deseo nos anima y pone en marcha. Y prepara para la
posibilidad de que tarde muchos meses encontrarlo.
Del prodigioso cerebro de
Einstein surgieron ideas que revolucionaron nuestra visión del mundo. El tiempo
es relativo. Para el común de los humanos, esa idea nos resulta incomprensible.
Él decía: “Los problemas que tenemos no pueden ser resueltos en el mismo nivel
de pensamiento que los ha creado”. Esto es, no le quedó más remedio que
dinamitar muchas premisas, preconcepciones, ideas-pilares de la física para
poder llegar a su nueva visión.
Romper con lo previo para
alcanzar una nueva mirada en un proceso mental que también caracteriza a las
personas que salen airosas de situaciones traumáticas. De hecho, se estima que
dos tercios de los sujetos que viven este tipo de circunstancias no solo son
capaces de superarlas, sino que acaban por crecer personalmente. La situación
les fuerza a ponerse en un nivel superior si quieren afrontar el dolor.
Aprenden grandes lecciones de vida ya que se quedarán con ellos. Desde su silla
de ruedas, una mujer de 34 años me explicaba que antes del accidente, 11 años
atrás, solía compadecerse de sí misma y caer en profundos pozos negros. “Ahora
no me puedo permitir ese lujo”. Fueron sus palabras.
Subir de un nivel a otro
suele conllevar sufrimiento. Pero llegar resulta liberador. A ese escalón más
elevado cada uno llegamos a nuestra manera: logrando resituar nuestros valores
hasta ver absurdas algunas cosas que nos preocupaban en el pasado, aprendiendo
a ser humildes hasta quitarnos de la boca “eso nunca me pasará a mí” dándonos
cuenta de cómo podemos ayudar a los demás y ellos a nosotros, consiguiendo que
no nos afecte “el que dirán” hasta liberarnos de la opinión ajena, asumiendo
nuestras debilidades hasta hacernos fuertes. Y, sobre todo, recordando que tras
la tempestad, los rayos del sol vuelven a asomar entre las nubes.
Moix.
1 comentarios:
Amigo blog: Recuerdo, amado blog, lo muy necesario que eras para mí, las miles de alegría que me diste.
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