El
SER HUMANO como catedral del universo (afirmación cuestionable) posee una
"cripta propia y singular" que casi nunca muestra.
Desde esta esencia de su ser -configurada por genética y
socialización- construye su argumento social con el que vivir o sobrevivir en
la sociedad de su época.
Así nace lo que hoy denominamos un ciudadano que
ilustrado por la TV se constituye en un átomo de opinión publica.
Pocos analizan los orígenes y elementos que componen y
configuran su cripta pues están más ocupados por los éxitos de su socialización
Sin duda, ningún arquitecto -pues están controlados- obviaría los pilares de un
edificio ya que conoce su importancia en la
construcción de su obra.
Así, nosotros, como presumibles catedrales del
universo, no debemos ignorar la cripta
de nuestra existencia.
En ella encontraremos, más o menos activada diversas
emociones que guían la manifestación externa.
Con suerte, estas emociones cripticas, se verán
matizadas, educadas y canalizadas por aquellos valores que, encontrados por el
camino, seamos capaces de bajar a nuestra cripta.
Solo así podremos robustecer los cimientos del edificio
existencial que llamamos; humano.
0 comentarios:
Publicar un comentario