El
AMOR no crece por proselitismo sino, “por atracción”.
En
este escenario la Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir.
Es entonces como una semilla que, una vez sembrada, crece por sí sola también
cuando el agricultor duerme. La Emancipación utiliza esa libertad inaferrable
de la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras
previsiones y romper nuestros esquemas. “la expresión de la verdad puede ser
multiforme, y la renovación de las formas de expresión se hace necesaria para
transmitir al hombre de hoy el discurso emancipador en su inmutable
significado.
Vemos
así que la tarea emancipadora se mueve
entre los límites del lenguaje y de las circunstancias. Procura siempre
comunicar mejor la verdad en un contexto determinado, sin renunciar a la
verdad, al bien y a la luz que pueda aportar cuando la perfección no es
posible.
Un corazón emancipado nunca se encierra, nunca se
repliega en sus seguridades, nunca opta por la rigidez autodefensiva. Sabe que
el mismo tiene que crecer en la comprensión y el discernimiento de los senderos
del Espíritu, y entonces corra el riesgo de mancharse con el barro del camino.
Se convierte así el débil con los débiles
Bergoglio
Bergoglio
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