Unas horas más estamos juntos para compartir los "instantes" que nos regala el destino.
No sabemos cuando será la partida pero lo cierto es que no somos eternos.
Esta fragilidad permanente queda mitigada a través de la ignorancia que nos hace creer eternos.
Seguro que, si nos alertara tal realidad, abandonaríamos la comodidad del desconocimiento para abrazar a la vida como testamento de la evolución. Ahí ya no cabe el YO simplemente tiene cabida el NOSOTROS para la ETERNIDAD.
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