El gran fraude del
capitalismo es la herencia. Bien está que aquel o aquella que, con su talento,
aporte bienestar y progreso a la humanidad, no pase hambre. Más su descendencia
debe ganarse el pan con el sudor de su frente.
La descomposición del
"sistema" se manifiesta cuando los bienes de producción quedan en
manos de actores ajenos a su creación.
¿puede y debe tener
la RENFE un dueño opulón que invierta en
la Costa Azul en lugar de mejorar las vías? ¿Debe estar nuestra salud en manos
de la familia SANITAS o ADESLAS?
¿Qué y quien debe
crear
y mantener el
progreso? es pues la herencia de cualquier tipo lo que deteriora a la humanidad
y evita su crecimiento. Claro que entiendo por crecimiento el acceder a la
salud, cultura y bienestar según la capacidad
y sensibilidad individual y no por herencia familiar y fruto del
nepotismo.
Sin duda existen
diversos tipos de herencia: la testamentaria (heredas de la familia), la
estatal (el estado, a modo de prestación vitalicia, te mantiene sin esfuerzo
personal, la nepótica (accedes a los beneficios por recomendación y sin
esfuerzo).
Semejante deterioro
lleva a una sociedad en progreso a romper con su principal paradigma: que el
motor sean los mejores y que estos muestren en todo momento el camino a seguir
dentro de la cultura del esfuerzo y compromiso.
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