CONTEMPLAR
Crece
lo Abierto y se agranda la capacidad de vislumbrar el Ser por doquier.
Anhelo
de infinito prendido en lo finito, el latir de lo inmenso recogido en lo más
íntimo, lo invisible reflejándose en cada cosa, lo inaudible escuchándose en el
rumor de cada ola, lo intangible palpándose en la sucesión de formas que se
hacen y deshacen sin cesar.
¿Es
necesario pasar por la experiencia de la ausencia para abrirse a la inmediatez
de tanta inmensidad?
¿Es
necesario el dolor, el combate con la opacidad, para alcanzar la diafanidad de
lo Real?
Tal
vez no lo sea en los seres acabados, pero sí para la mayoría de las criaturas
que giran sobre sí mismas sin encontrar el camino hacia el Mar.
Cuando
los obstáculos has sido sustraídos, cuando ya no hay aversiones ni preferencias,
cuando todo puede ser recibido sin elegirlo, lo que aparece en el Océano
latiendo sin cesar.
El
Todo es hallado en las cosas y las cosas ya no son percibidas separadas del
Fondo que las funda. El Fondo y las cosas resultan mismidad.
Ya
no se trata de la visión de la Emancipación que hace morir sino de la visión de
la Emancipación sin la cual no se puede vivir.
El
don de la contemplación es verlo todo sumergido en el Mar. No sumergido como
algo distinto, sino como Mar
precisándose en cada cosa.
Este
estado de claridad es puro gozo en el que todo se ha convertido en
Presenciación.
La
misma ausencia se revela como una forma de Presencia porque está incluida en
ella a modo de vaivenes en el Mar.
Contemplar
es abrirse desde el corazón y descubrir que está abierto el corazón de lo real
dilatado cada vez más.
Del
corazón hablan todas las tradiciones:
“Esfuérzate
por entrar en el tesoro de tu corazón y verás el tesoro de la Emancipación. Ya
que el uno y el otro son la misma cosa.
Considera que los dos tienen la misma entrada”
Tal
es la unidad que ha sido alcanzada, la transparencia que he juntado Amado con
amada, “amada en el Amado transformada”
“Ni
el Cielo ni la Tierra me contienen, solo el corazón de mi fiel me contiene.
Para
ello, el yo se ha debido dilatar hasta desaparecer.
“El
corazón desata lo que la razón ata”
El
corazón se expande y se contrae para adaptarse a la forma de la teofanía y así
abarcarla.
La
Emancipación se manifiesta según la aptitud del corazón, a la vez que el
corazón toma la forma emancipadora que se revela en él.
“El
indescriptible corazón es el espejo de todo lo que aparece. En él mora, la
única Conciencia, el espacio del mero Ser, lo primordial y supremo, el silente
pleno. El corazón es la fuente, el comienzo, el medio y el fin de todo. Es el
Espacio supremo, no es nunca una forma sino la luz de la verdad”
Para
ello tenemos que haberlo abandonado todo.
Entregado todo, así el espacio supremo del corazón
puede irradiar
Melloni
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