Conciencia y contacto con la realidad.
Se trata de observarlo todo dentro y fuera de ti, y
cuando te esté ocurriendo algo, verlo como si le estuviera pasando a otra persona,
sin comentario, sin juicio, sin actitud, sin interferencia, y sin intentar
cambiar, sólo entender. A medida que hagas esto, empezarás a darte cuenta de
que te vas desidentificando progresivamente del “YO”. Si otra persona tiene
cáncer, y yo no conozco a esa persona, no me afecta tanto. Si siento amor y soy
una persona sensible, podría ayudarla, pero su enfermedad no me afecta
emocionalmente. Si tú tienes que hacer un examen, eso no me afecta tanto.
Podría mostrarme muy filosófico al respecto y decir: “Bueno, cuando más te
preocupes, peor te saldrá. ¿Por qué no te tomas un buen descanso en lugar de
estudiar?” Pero cuando me llega el turno de hacer el examen la cosa cambia,
¿no? La razón es que me he identificado con el “Yo condicionado”: con mi
familia, mi país, mis posiciones, mi cuerpo, yo. ¿Qué pasaría si la
Emancipación me concediera la gracia de no decir que estas cosas son mías?
Estaría desapegado; estaría desidentificado. Esto es lo que significa perder el
YO, negar el YO, morir al YO.
Mello
Más o menos, mi muchacho querido, todas las palabras humanas acaban siendo un embuste; donde relativamente más honrados somos es entre pañales y más tarde en la tumba.
Después nos tendemos junto a los padres, por fin somos sabios, llenos de fresca claridad, con huesos relucientes tableteamos la verdad, y alguno mentiría y preferiría volver a vivir.
Hermann Hesse.
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