Imagínate
muerto.
Suelo decir a la gente que la manera de
vivir realmente es morir. El pasaporte a la vida es imaginarte en tu tumba.
Imagina que estás tumbado en tu féretro. En cualquier postura que desees. En
India ponen a los cadáveres con las piernas cruzadas. A veces se les lleva así
al crematorio y otras veces simplemente tumbados. De modo que imagina que estás
tumbado y que estás muerto. Ahora mira tus problemas desde ese punto de vista.
Eso lo cambia todo, ¿no?
Qué meditación tan hermosa. Si tienes
tiempo, practícala cada día. Es increíble, pero te vivificas. Incluyo una
meditación así en las reflexiones diarias. Ves el cuerpo descomponerse; después
los huesos; después polvo. Cada vez que hablo de esto, la gente dice: “qué
desagradable” pero ¿qué hay de desagradable en ello? Es la realidad. Lo que
ocurre es que muchos de vosotros no queréis ver la realidad. No queréis pensar
en la muerte. La gente no vive; la mayoría de vosotros no vivís, simplemente
mantenéis el cuerpo vivo. Eso no es vida. No estás vivo hasta que te importa si
vives o mueres. En ese momento estás vivo. Cuando estás dispuesto a perder tu
vida, la vives. Pero si estás protegiendo tu vida estás muerto. Si estás
sentado ahí, en el ático, y yo te digo: ¡Vamos, baja!, y tú dices: “Oh, no, he
leído lo que ocurre a la gente que baja por las escaleras. Se resbalan y se
rompen el cuello; es demasiado peligroso” O no consigo convencerte de que
cruces la calle, por que dices: “Sabes cuánta gente muere atropellada cruzando
la calle” Si no puedo conseguir que cruces la calle, ¿cómo voy a conseguir que
atravieses un continente? Y si no puedo conseguir que mires más allá de tus
pequeñas y estrechas creencias y convicciones, y que mires a otro mundo, estás
muerto, estás completamente sordo; la vida te ha dejado en la cuneta. Estás
sentado en tu pequeña prisión, donde te sientes atemorizado.
¿Estás dispuesto a arriesgar?....
Cuando has descubierto eso, cuando sabes que esto que la gente llama vida no es
la verdadera vida. La gente cree erróneamente que vivir es mantener el cuerpo
vivo. Por eso, acércate al pensamiento de la muerte, ámalo. Vuelve a él una y
otra vez. Piensa en lo maravilloso de ese cadáver, de ese esqueleto, de esos
huesos deshaciéndose hasta que sólo queda un puñado de polvo. A partir de
entonces, qué alivio, qué alivio. Llegados a este punto, algunos de vosotros
tal vez no sepáis de que estoy hablando; tenéis demasiado miedo para pensar en
ello. Pero es un gran alivio cuando puedes mirar atrás, mirar la vida desde esa
perspectiva.
O visita una tumba. Es una experiencia
enormemente purificadora y gratificante. Miras a ese nombre y dices “vaya,
vivió hace tantos años, hace dos siglos; debe de haber tenido todos los
problemas que tengo yo; también debe de haber pasado muchas noches sin dormir.
Qué locura que vivamos tan poco tiempo. Un poeta italiano dijo: “vivimos en un
destello de luz; llega la tarde y se hace de noche para siempre” Es sólo un destello
y nosotros lo desperdiciamos. Lo desperdiciamos con nuestra ansiedad, con
nuestras preocupaciones, con nuestras ocupaciones, con nuestras cargas. Ahora
bien, mientras realizas esa meditación podrías acabar solamente con
información; pero también podrías acumular conciencia. Y en ese momento de
conciencia, tú nuevo. Al menos mientras dure. Entonces entenderás la diferencia
entre información y conciencia.
Recientemente un amigo astrónomo me
explicó algunos fundamentos de astronomía.
Hasta que me lo dijo no sabía que cuando ves el sol lo estás viendo
donde estaba hace ocho minutos y medio,
no donde está ahora. Porque el rayo de sol tarda ese tiempo en llegar hasta
nosotros. De modo que no lo estás viendo donde está; ahora está en otra parte.
Las estrellas también han estado enviándonos luz durante cientos de miles de
años. Por tanto, cuando las miramos, es posible que no estén donde las vemos;
podrían estar en otra parte. Y me dijo también que si nos imaginamos una
galaxia, un universo entero, esta Tierra
nuestra estaría perdida hacia el final de un brazo de la Vía Láctea, ni
siquiera en su centro. Cada una de las estrellas es un sol, y algunos soles son
tan grandes que podrían contener el sol, la Tierra y la distancia entre ellos.
Según una estimación conservadora, ¡hay cien millones de galaxias! El universo
tal como lo conocemos se está expandiendo a una velocidad de más de dos
millones de kilómetros por segundo. Me quedé fascinado escuchando todo esto, y
cuando salé del restaurante, miré hacia arriba y tuve una sensación diferente,
una perspectiva de la vida distinta. Eso es conciencia. De modo que puedes
tomar todo esto como un simple hecho o de repente tener otra perspectiva con
respecto a la vida: lo que somos, lo que es el universo, lo que es la vida
humana. Cuando tienes esa sensación…. Es a eso a lo que me refiero cuando hablo
de conciencia.
de Mello
0 comentarios:
Publicar un comentario