La tarea de pensar deja de consistir en pensar lo pensable, en tanto es lo inteligible y lo que se ajusta a logos.
Podemos aceptar que la tarea de la filosofía no es el análisis de lo que se ajusta a la idea, a la inteligibilidad, sino que es la de pensar lo que da que pensar, esto es LA REALIDAD. la filosofía hasta ahora ha hablado "de la luz de la razón", de lo que se ajusta al logos representativo, pero sin prestar atención a "la claridad del SER". Y retomando el frente a los entes y a la conciencia, la tarea de pensar es una nueva vía: la de la comprensión y la del sentido. Dirigir al SER a su sentido por la vía del lenguaje, convirtiéndo el proyecto de una ontología fundamental a una metafísica del sentido donde el pensar trae al lenguaje, en su decir, sólo la palabra no hablada del SER. Todo este proceso requiere de una praxis de logificación de la inteligencia que nos permita identificar categorias de necesidades vitales que nos transporten hacia escenarios de curiosidad esencial. En este marco, impulsado por el coaching, podemos aventurarnos hacia un proceso emancipador donde la constancia nos guie dentro de la oscuridad.
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