Aun no alumbra el
sol y el humano despierta buscando el pan. Nadie lo dice, más con desesperación
va de un lado para otro en su busca.
Al no saber
gestionar el instinto de necesitar, dependemos de un patrón para que nos dé
"las migas" de su fortuna.
Este es el pecado original:
no intentar canalizar nuestro potencial y venderlo a la comodidad.
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