La tortura de sentirse "diferente" es,en mi opinión, un espejismo de la vanidad.
Nadie es igual y todos somos
parecidos y lo significado no son los aspectos o actos culturales que tomamos
como propios. Lo determinante es nuestro posicionamiento dentro de la
constelación humana y como nos relacionamos entre nosotros.
En los estadios primitivos de
la sociedad, familia, tribu o nación los componentes vivían y viven
"aislados" en un YO EXCLUYENTE del OTRO.
Tal olvido de la pluralidad
con cierto desprecio hacia lo diferente puede limitar la evolución y crear
individuos narcisistas envueltos en insanos aspectos endogámicos.
Entiendo al humano como un ser
con enorme caudal social que tiene en la diversidad un patrimonio infinito para
construir su progreso en la evolución.
Ojo pues como nos limitamos o
limitan con un discurso tan banal y simple como es "somos
diferentes".
Facilitar la Emancipación del
ser de su pertenencia al YO a través de la identificación con la
territorialidad es limitante y limitado.
Cada uno desde su inicial
origen debe crecer en el amor al otro.
Dejemos el primitivo egoísmo de querer ser diferentes.
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