El
turno es una cronología en el espacio que vivimos conscientes o no.
Todos esperamos "un turno" por algo
y para algo toda vez que lo nuestro es pasar.
Sucede habitualmente que estamos tan
habituados a ello que no nos damos cuenta. Sin duda estamos programados y a
cada lustro de nuestra existencia física le corresponde "un turno"
determinado. Hay, no obstante, quien por querer correr demasiado vive con el
turno cambiado o retrasado lo que representa un desfase en su evolución.
Así, hoy en día, vemos como mujeres de 60
años tienen hijos de 10 y como hombres de 70 manejan hijos de 5.
La soberbia humana no tiene límite y, desde
su finitud, desea establecer los "turnos" a su comodidad. Más dicha
osadía tiene un coste que habitualmente pagamos con lágrimas.
Sirva de ejemplo: además de la duquesa de
Alba, pocas octogenarias son cuidadas por su marido si bien infinidad de maridos
ochentones son acompañados por damas sensiblemente más jóvenes para dar su
torpe paseo matutino.
Así, los asilos, se nutren de clientas a las
que simplemente les ha llegado su turno de soledad consumida.
Si quieres salirte de tu turno antes diseña
tu destino y planifícalo. Si decides no hacerlo otros lo harán por ti y a ti te
tocara esperar "el turno".
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