La
existencia es frágil como unas florecillas silvestres.
El destino ha
conducido la observación hacia el territorio TEKNON. Temprano acude el dolor en
busca de consuelo. Son muchos los ciudadanos que más o menos tristes transitan
por sus dependencias reclamando la salud perdida.
Los hay de todas las
edades y condición. Con y sin movilidad, ricos y pobres. Están unidos por la
enfermedad y son clientes del dolor físico y de la decadencia.
Tal población supone
solo una pequeña parte del egoísmo humano. Todos quieren curarse aun a costa de
matar al otro o dejar que se mueran para curarse ellos. Si, si como en la
sociedad de consumo ordinario. En nuestro día a día consumista priva el YO y sus
intereses. Vivimos adictos al narcisismo existencial y todo queda justificado
para combatir la soledad y sus adicciones.
¿Podemos vivir de
otra manera?
Es difícil pero no
imposible. Inicialmente hay que tomar conciencia de nuestra adicción al YO y,
al igual que un enfermo clínico, buscar la solución dentro de nosotros mismos.
Debemos dotarnos, a
través de la desintoxicación cultural, de nuevos horizontes de gratificación de
la autoestima basados en la evolución de nuestro SER profesional - adaptándolo
a los tiempos- y personal -a través del amor al prójimo.
Pero ello requiere
constancia para lo profesional y más humanidad para lo personal. Ahí pues
tenemos el reto que no podemos obviar. Vivirlo en positivo o negativo también
depende de ti.
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