La
niebla que percibimos en nuestro espacio de atmósfera es solo un fenómeno
temporal de la climatología. Es como una barrera visual que nos impide actuar,
por las limitaciones de nuestro campo óptico, ante la acción de la luz solar.
¿Cuánta niebla cubre
nuestra existencia y con qué luz recorremos el camino?
Al dictado de
nuestras emociones vivimos presa de su voluntad sin intentar salirnos de esa
niebla emocional. Como en la climatología la oscuridad emocional nos oculta la
luz de la razón que, como lenguaje de la inteligencia, se ve con demasiada
frecuencia eclipsado por ese instinto de las emociones que tanto nos encorseta.
El humano debe ser
libertad de la razón, responsabilidad en la ego transformador en la evolución de
las "cosas"
Si las emociones
están ahí pero no deben adueñarse de nuestra plena acción. Están como
mecanismos de alerta y no como pautas de comportamiento permanente. Sin
emociones no vivimos más por ellas no evolucionamos.
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