TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



¿PARA QUÉ NACÍ? ¡¡¡UN TRUENO DESPERTÓ MI ALMA!!3



“Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”
Las enseñanzas del “crucificado” nos relatan que no basta con procurar obrar bien sino que hay que padecer bien con humildad y misericordia. El alma que no es probada carece del sello de la predestinación, que es la paciencia y perseverancia. Desconfía de los aplausos y duda del mérito de tus virtudes. Piensa que todas tus tribulaciones han pasado primero por el corazón del crucificado.

“Que vuestra luz brille delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras”
Tu conducta debe servir de modelo a los demás. No es suficiente el que obras bien, es necesario inducir también a los otros a la virtud para contribuir con todas las fuerzas a la gloria y al reinado de Dios (los límites de nuestra ignorancia) sobre la tierra.

“Guárdate de hacer tus acciones para ser visto por los restantes humanos”
El crucificado no debe buscar la estima y aprobación de los humanos, porque es una usurpación de la gloria que es de Dios (los límites de nuestra ignorancia). Ten cuidado con la vanidad, porque la obra en sí más excelente que hicieras con el fin de ser estimado, quedaría eternamente perdida. Aquel que en todas sus cosas se propone el agradar al crucificado, no puede, por un temor excesivo a la vanidad, abstenerse de dar ejemplo.

“Sed perfectos como el crucificado”
El cristiano por el bautismo está obligado a aspirar a la perfección. Primero huye de todo pecado. Procura por medio de la fe y el amor elevarte sobre todas las cosas creadas.

“Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
La justicia es una virtud íntegra, que consiste en dar a Dios (los límites de nuestra ignorancia) y a los hombres lo que les pertenece. Examina tus intenciones, que son el alma de tus acciones. Las acciones no sirven ante el crucificado, solotas intenciones las hacen buenas o malas. Es de temer, por tanto, que muchas de nuestras acciones, aunque buenas en la apariencia no sean justas a los ojos del crucificado que conoce las intenciones ocultas de nuestro Ser.
Seamos sumisos con nosotros mismos liberándonos de la vileza natural de nuestro primigenio estadio humano. Hagamos a los demás el bien que quisiéramos que a nosotros nos hiciesen. La justicia exige que siendo tú la nada misma, estés siempre disminuido, y sujeto ante Dios (los límites de nuestra ignorancia). Dios (los límites de nuestra ignorancia) se ve forzado por la justicia a escuchar nuestros deseos de conocimiento.

“Más yo os digo: no resistáis al mal, antes si alguno te hiere en la mejilla derecha, presenta también la otra”.
Aquel que agravia se hace un daño a sí mismo, mientras que con la venganza harías tú a tu alma un mal mucho mayor.

“Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y rogad por los que os persiguen y os calumnian”.
El crucificado habiendo descendido del cielo a la tierra para lavar con su sangre las injurias del humano, nos suplica que salgamos a su encuentro para conocer la emancipación. El odio es un sentimiento infernal propio de quién pertenece al demonio. No debe, por tanto, entrar en tú corazón el resentimiento. No dejes con o sin razón, que haya en el espíritu del prójimo ninguna nube contra ti. Pide que el crucificado repare con prontitud tus faltas contra la caridad, aunque sea a costa de tu amor propio.


Estas reflexiones atemporales que tanto confunden al humano en su confrontación cuerpo versus alma, suenan como campanas lejanas en los oídos del primitivo. Nuestra historia en la superficie ha estado marcada, especialmente, por el sentimiento de supervivencia y ésta ha guiado frecuentemente nuestros pasos y alaridos. Cuando la masa surge como fenómeno social, configura sus propios movimientos humanos que buscan como solucionar su existencia terrenal con un horizonte de consumo y consumismo. Si bien el marxismo grita y denuncia los desequilibrios en la supervivencia humana, cuando los estómagos están llenos, no ofrece esperanza para el grado secundario de nuestra esencia. El avance industrial nos ha traído progreso social y más años de vida pero ¿tiene el hombre alguna función más que justifique su existencia o es ésta un acto de vanidad más?


Muchos años después del Sermón de la Montaña tuvo la humanidad el Manifiesto Comunista. Recordemos su síntesis y contexto histórico:

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