Quién fracasa
y no desespera está en las mejores condiciones para entender y descubrirse a sí
mismo. Pues ese fracaso puede ser la mayor de las suertes dado que emanciparse
consiste en entrenarse a fracasar bien.
Antes de esta
reflexión estaba demasiado centrada en mí misma como para mirar a alguien que
no fuera “YO”. Después de ella simplemente tengo espacio para buscar la anónima
emancipación.
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