“CAMBIA TU FORMA DE VER LAS COSAS Y
CAMBIARÁN LAS COSAS QUE VES”
Podemos estimar
que “la contrariedad” es el castigo de
no seguir una “emancipación deseada”. La oscuridad de la insatisfacción es
propia de la naturaleza del hombre y, consecuentemente éste, debe actuar para
iluminar una existencia de, por sí, frágil.
Esta acción
permanente en busca de la emancipación es esencial para alcanzar una plenitud
que nos permita descifrar las “cosas” fuera de una realidad natural y temporal.
Así, la
carencia, no debe aparecer como un castigo si no más bien como un estímulo para
aventurarnos en los terrenos de la ignorancia que nos conduzca hacia una
“verdad perdida” aunque sentida.
Será esa
ignorancia “reconocida” la que nos libere de aquella soberbia que nos envuelve
en la insatisfacción y contrariedad dado que el hombre, a través del
capitalismo, abandona su condición
primera de sujeto libre para abrazar la esclavitud de objeto
predeterminado.
Ese nuevo hombre, a pesar de su “contrariedad e
insatisfacción” sigue teniendo potencial y vocación para emanciparse y
recuperar su esencia libre que le conduzca hacia una maduración consciente de
la razón de su presencia en el denominado mundo.
Podrá, por
tanto, reencontrarse con “la verdad perdida” abandonando el “YO” y
consecuentemente acercarse a una inmortalidad anónima pero humana. POR TANTO
CON EL ABANDONO DE LA “CONTRARIEDAD” y LA “INSATISFACCIÓN” ESE HUMANO
EMANCIPADO SENTIRÁ LA LLAMADA DE LA PLENITUD, DEL AMOR COMO SIGNO Y ABANDONO
del “YO” Y ABRAZANDO LA EXISTENCIA DEL PRÓJIMO, SIN EL CUAL NADA TENDRÍA
SENTIDO.
¿Entonces? ¿es
nuestra desaparición física el final? ¿o detrás del “YO” existe el vosotros”? Para
este tránsito quizá debamos abandonar la permanente “CONCUPISCENCIA”
1 comentarios:
Nadie nace, nadie vive y nadie muere porque el yo no existe.
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