TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



VIVIR SIN CONFIAR EN NADA NI EN NADIE ES NO VIVIR.




NO HAY ABSOLUTOS PARA ALGO TAN RELATIVO COMO LA VIDA HUMANA.

Mantenerse a una distancia excesiva de los demás impide crear confianza, y sin confianza no se puede construir una sólida relación. Hay gente que, por prudencia, se mantiene a una gran distancia psicológica de los otros, en una cómoda zona de protección. Son reacios a compartir información personal y a implicarse emocionalmente en los problemas de los demás. Ciertamente, no sufrirán grandes traiciones con esta actitud, pero tampoco desarrollarán grandes relaciones. La clave para acercarse al otro está en la apertura, es decir, en la capacidad de compartir nuestras experiencias y, sobre todo, nuestras emociones. Si nos limitamos a hablar del mundo, de los demás o del trabajo, poca complicidad generamos y poca confianza construimos.
Crecemos en interrelación con los demás, y esta interrelación exige poner de nuestra parte; si no somos capaces de trascender la conversación tópica, si no somos capaces de hablar de nosotros, de nuestros sentimientos y de nuestras emociones, si no somos capaces de interesarnos por el otro, nos abocamos a una relación superficial, que tal y como ha nacido va a morir y que no nos aportará, como persona, ningún valor. Y si lo que quiero es que el otro se abra, se acerque a mí, poco voy a conseguir exigiéndoselo. Solo puedo hacer una cosa, que es predicar con el ejemplo: abrirme yo, y esperar que el otro siga el camino.
Por el contrario, muchas veces se asume en una relación que cuanto más cerca, mejor. Y no necesariamente es así. El otro extremo, la proximidad permanente, es sin duda también nocivo para la relación. Por un lado, porque no respeta los espacios de intimidad del otro, unos espacios que, siendo distintos para cada persona, no son absolutamente necesarios a todos. Y por el otro lado, porque desde la proximidad excesiva acabamos perdiendo la perspectiva de las cosas. Lo vemos todo exactamente como lo ve el otro, y no podemos aportar puntos de vista que le ayuden. No es bueno para las relaciones estar permanentemente cerca. Se produce un sentimiento de asfixia que desgasta rápidamente la relación y que provoca la necesidad psicológica de “poner tierra de por medio”. Como decía un sabio “lo importante es que la puerta de tu casa esté abierta, no que siempre tengas a la gente dentro”.

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