Retornar a la
sabiduría ancestral que ha pasado de una generación a otra es una brújula
fiable para encontrar nuestro rumbo en tiempos revueltos.
Las ideas simples tienden a
ser obvias porque tienen un toque de realidad. Pero, en general, la gente no se
fía de sus instintos. Normalmente se cree que suele haber una respuesta oculta
más compleja. Es un error. Lo que es obvio para usted es, generalmente, obvio
para los demás. Veamos cuatro pautas para mantener el sentido común en nuestras
vidas.
No juzgar a
través del ego. Si contemplamos los acontecimientos a través
de nuestros prejuicios, opiniones e ideas preconcebidas, nos equivocaremos.
Cuanto más objetiva sea nuestra visión, más realistas seremos.
HuIR DE LAS
ILUSIONES. Es inevitable desear que las cosas sucedan
según nuestra conveniencia, pero la experiencia demuestra que muchos acontecimientos
no están bajo nuestro control. La persona con sentido común “sintonizan con el
rumbo que siguen las cosas”, es decir, fluye con ellas.
SABER ESCUCHAR. La mayoría de acciones
absurdas son las que se ejecutan de manera caprichosa y unilateral, sin
contrastarlas. Para ello, puesto que el sentido común es la visión compartida
por muchos, escuchar a los demás nos dará la justa medida de las cosas.
SER PRUDENTE. Hay personas, acciones
y situaciones que resultan engañosas a primera vista. Por eso el sentido común
aconseja no precipitarnos. Un poco de tiempo puede ayudarnos a entender.
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