TEXTOS PARA EL ALMA 647

"Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria" 

Los hombres y mujeres nacemos equipados para una evolutiva humanización cada vez más completa. Inicialmente somos un cerebro poco evolucionado y una interrelación de órganos que necesitan urgentemente del medio para sobrevivir. 
Fuera del útero, respiramos, pero todavía no "suspiramos"; necesitamos, pero todavía no deseamos. Tenemos hambre, sueño, sed, pero todavía no podemos pedirlo o luchar por ello; solo lloramos. Podríao decir metafóricamente que añoramos el líquido amniótica y el cordón umbilical, pero no podemos ni sabemos vincularnos a algo o a alguien. En el mejor de los casos, el universo es la madre: la necesitamos, pero no sabemos su nombre.
Palabras fundamentales de la condición humana serías: YO-ello y YO-tú.
El "ello" es el mundo de las cosas, materia orgánica o no. El YO-ello es la relación cosificadora y cosificante que imprime en el YO una relación estructural con algo, no con alguien. Cuando vivimos en el reino del YO-ello, nombramos una realidad no personal; no integrada en el mundo de la conciencia personal. Podemos ser dueños de algo, propietarios de cosas que no nos confieren la dignidad de personas.
Cuando vamos accediendo al YO-tú, recibimos y otorgamos la dimensión del espíritu humano a la realidad en la que emergemos como personas.
Tenemos dos opciones vitales: o vamos cosificando o nos hacemos personas tuificando. Al pronunciar los pares de palabras fundamentales: YO-ello o YO-tú, devenimos bultos o personas. No existe el YO, sin el TÚ. Sin el otro, existimos como objetos: mensurables, eqtiquetados con un precio e intercambiables y/o desechables.
Si no amas al otro y no le escuchas no comprenderás sus heridas psíquicas ; no le devolverás su libertad. No le posibilitarás un cambio de conducta que le permita convertirse en aquello que su potencial le posibilita SER.
Quizás sea necesario un dinámico recorrido por aquello de que "nuestra patria es la infancia". Nuestro pasado no ha sucedido en vano y quizá ha dejado sendas de aprendizaje erróneos, poco sanos u poco operativos, para afrontar un presente personal-social que nos abre hacia un óptimo futuro humano.
"Sin amor interactivo no hay humanidad que merezca este nombre"

José A. Garcia Monge S.J