REALIDAD FILTRADA
Quiero decir algo más sobre nuestra
percepción de la realidad. Dejadme que lo ponga en forma de analogía. El
presidente de Estados Unidos tiene que recibir información de sus ciudadanos.
El papa de Roma tiene que tener información de toda la Iglesia. Hay
literalmente millones de informaciones que se les pueden dar, pero difícilmente
podrán recibirlas todas, y mucho menos digerirlas. De modo que tienen a
personas de confianza que elaboran informes, resumen las cosas, monitorizan,
filtran; al final, sólo parte de ello llega hasta su escritorio. Ahora bien,
esto también es lo que nos ocurre a nosotros. Desde cada poro o célula viviente
de nuestros cuerpos, y a través de todos nuestros sentidos estamos obteniendo
información de la realidad. Pero filtramos cosas constantemente. ¿Quién las
filtra? ¿Nuestro condicionamiento? ¿Nuestra cultura? ¿Nuestra programación? ¿El
modo en que se nos enseñó a ver las cosas y experimentarlas? Incluso nuestro
lenguaje puede ser un filtro. Hay tantos filtros que a veces no verás lo que
tienes delante. Basta con observar a una persona paranoica, que siempre se
siente amenazada por algo que no existe, y que está interpretando
constantemente la realidad según ciertas experiencias del pasado o ciertos
condicionamientos previos.
Pero hay también otro demonio que se
está infiltrando. Se llama apego, deseo, anhelo. La raíz del sufrimiento es el
anhelo. El anhelo distorsiona y destruye la percepción. Los miedos y los deseos
nos persiguen. “Si un hombre sabe que dentro de una semana va a ser ajusticiado
se concentra de maravilla”. Te olvidas de todo lo demás y te concentras
únicamente en el temor, o en el deseo, o en el anhelo. En muchos sentidos,
cuando somos jóvenes estamos drogados. Se nos ha educado para necesitar a la
gente. ¿Por qué? Para obtener aceptación, aprobación, aprecio, aplauso; para
conseguir lo que denominamos éxito.
Se usan palabras que no se corresponden
con la realidad. Son convenciones, invenciones, pero no nos damos cuenta de que
no se corresponden con la realidad. ¿Qué es el éxito? Es lo que un grupo
decidió que era bueno. Otro grupo decidirá que lo mismo es un fracaso. Lo que
se considera bueno en Palma de Mallorca puede considerarse malo en un
monasterio cartujo. El éxito en un círculo político puede considerarse un
fracaso en otros círculos. Son convenciones. Pero las tratamos como realidades,
¿no? Cuando éramos jóvenes fuimos programados para la infelicidad. Nos
enseñaron que para ser feliz necesitas dinero, éxito, una pareja preciosa,
un buen trabajo, amistad,
espiritualidad……, todo lo que se te ocurra. A menos que tengas estas cosas, no
serás feliz, se nos dice. Ahora bien, eso es lo que llamamos apego. Un apego es
la creencia de que sin algo no vas a ser feliz. Una vez que te convences de
esto –y llega a tu subconsciente, se graba en las raíces de tu ser- estás
acabado. “¿Cómo voy a ser feliz sin tener buena salud?”, dices. Pero te diré
algo. He conocido a gente que se estaba muriendo de cáncer
y era feliz. Y ¿cómo podían ser felices si
sabían que iban a morir? Lo eran. “¿Cómo voy a ser feliz si no tengo dinero?”
Una persona tiene un millón de dólares en “la Caixa” y se siente insegura; la
otra prácticamente no tiene dinero y eso no le hace sentir ninguna inseguridad
en absoluto. Están programados de manera diferente, eso es todo. Es inútil
recomendar a la primera persona qué hacer; necesita entender. Los consejos no
son de gran ayuda. Tienes que entender que has sido programado; es una creencia
falsa. Has de verla como falsa, como una fantasía. ¿Qué hace la gente durante
toda su vida? Se dedican a luchar, luchar, luchar y luchar. A eso le llaman
supervivencia. El americano medio dice que se está ganando la vida, pero no es así, ¡no! Tienen mucho
más de lo que necesitan para vivir. Ven a mi país y lo verás. No necesitas
tantos coches para vivir. No necesitas tanta ropa para vivir. Pero trata de
convencer al americano medio de esto. Les han lavado el cerebro; están
programados. Trabajan y se esfuerzan por conseguir el objeto deseado que les
hará felices. Escucha esta patética historia; tu historia; mi historia, la
historia de todos: “Hasta que no tenga este objeto no voy a ser feliz; tengo
que esforzarme por conseguirlo, y después, cuando lo tenga, tendré que luchar
por conservarlo. Siento un estremecimiento temporal. Oh, estoy tan emocionado;
¡lo tengo! Pero ¿cuánto dura? Unos pocos minutos, como mucho unos pocos días.
Cuando consigues tu coche nuevo, ¿cuánto tiempo dura la emoción? ¡Hasta que el
siguiente apego se vea amenazado!
La verdad sobre una emoción es que me
canso de ella pasado un rato. Pero al rato nos aburren es el único modelo que
se nos ha dado para ser felices. No se nos dio ningún otro. Nuestra cultura,
nuestra sociedad, y, siento decirlo, incluso la religión católica, no nos da
ningún otro modelo. Te han nombrado cardenal. Oh, qué gran honor! ¿Honor? ¿Has
dicho honor? Has usado una palabra equivocada. Ahora otros aspirarán a ello.
Has tenido un desliz hacia el llamado “mundo”, y vas a perder tu alma. El
mundo, el poder, el prestigio, ganar, el honor, etcétera, son cosas inexistentes.
Ganas el mundo pero pierdes tu alma. Toda tu vida ha sido vacía y sin alma:
“Has vivido sin pensar en la muerte y mueres sin haber tenido vida”
No hay nada ahí. Sólo hay una vía de
salida, y es desprogramarte. ¿Cómo se consigue eso? Tomas conciencia de tu
programación. No puedes cambiar mediante un esfuerzo de voluntad; no puedes
cambiar a través de tus ideales; no puedes cambiar construyéndote nuevos
hábitos. Es posible que tu conducta cambie, pero tú no. Tú sólo cambias por
medio de la conciencia y el entendimiento. Cuando veas una piedra como piedra y
un trozo de papel como trozo de papel, no creerás que la piedra es un diamante
precioso, no que el trozo de papel es un cheque por valor de un millón de
dólares. Cuando ves eso, cambias. Ya no hay violencia en el intento de
cambiarte a ti mismo. De no ser así, lo que llamas cambio significa simplemente
cambiar los muebles de lugar. Tu conducta ha cambiado, pero tú no.
Mello
1 comentarios:
Estoy de acuerdo; pero ¿qué es la felicidad para ti? ¿no es la busqueda de la felicidad otro apego?, para algunas personas el unico deseo valido es el deseo de dejar de desear, es decir la búsqueda de la libertad... cuando mencionas a una mujer con cáncer que es feliz... ¿qué relacion tiene una cosa con la otra? Ya q es obvio que no esta feliz por tener cancer, es feliz simplemente porque lo es...
Para mi, no se .. me gustaria saber tu opinion, tanto la felicidad como la desgracia son estados distorcionados de la realidad por lo que tu llamas convenciones y modelos adquiridos
ya que no existe la felicidad sin la desgracia ni la desgracia sin la felicidad, son simplemtente estados de percepcion... cuando seas conciente de la percepcion de cada poro de tu cuerpo, cada milimetro, cada sonido, cada sabor, cada color creo q alcanzaremos un estado que no es ni feliz o infeliz sino q todo sera uno, uno sera todo.. la libertad, la muerte y la vida......
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