Satisfacer
las emociones es maravilloso cuando tal acción no lesiona la razón. Aquello que
llamamos civilización no es otra cosa que controlar las emociones mediante la
racionalidad.
Esto tan evidente dista mucho
de ser realidad y el humano responde a sus emociones ignorando que estar con la
razón requiere de un proceso ya que ésta tampoco es eterna e inmutable.
El espacio entre la emoción y
la razón puede ser la conciencia y la consciencia ya tengamos presente o no la
satisfacción de los valores adquiridos.
Según esté presente en
nosotros esta distancia entre razón y emoción podemos mejorar especialmente si
tenemos presente los "brotes de carencia o desequilibrio emocional"
que tanto lesionan el avance.
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