Hemos
de estar atentos en y por donde depositamos la esperanza pues existen
demasiados intereses.
Como la infancia en la noche
de los Reyes Magos, los adultos (a veces ) vehiculamos la ilusión en conceptos
un tanto ilusos.
Un obrero pobre (hay
demasiados) debe concienciar debidamente a su hijo de que no debe esperar que
Melchor, Gaspar y Baltasar no le "traerán" un scalectric ni un tren
eléctrico. Su realidad es otra porque así lo han diseñado los opulones de la
sociedad.
En paralelismo, ese padre y/o
madre componentes en un 95% de la realidad social del "territori", no
deben depositar sus ilusiones en la soberbia de que, con su voluntad van a
comprar su scalectric.
Esto no va asi. Como en una
guerra mafiosa" las familias poderosas luchan por controlar el mercado, es
decir, combaten por el beneficio (de cualquier manera).
Poco importa "la ilusión
del ciudadano" a nadie le importa sus sueños. Lo prioritario es el poder
con su correspondiente botín.
Y la ciudadanía del territori
sigue en la frustración por la soberbia de "ser diferentes" en un
mundo desigual.
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