. Aprender
es superar el espacio de la ignorancia y esto siempre es incomodo
Todo humano lleva en sí mismo
un espacio para las esperanzas, ilusiones y emociones. Sin duda son
características que debe aprender a gestionarlas u otro/otros lo harán por él.
Desafortunadamente
pocos lo hacen. Son las circunstancias guiadas exógenamente a él las que
construyen los senderos por donde circulan los mencionados condicionantes. Así,
este humano, es prisionero de la comodidad en la ignorancia dejándose llevar
por el viento que mejor sopla.
¿Pero qué sucedería si la
oveja cuestionara las intenciones del pastor? Seguramente abandonaría su zona
de confort y entraría en la incomodidad de tener que gestionar su emancipación.
El pack existencial es
"atendido" por "los otros" según la época del año y sus
condicionantes térmicos/económicos. Para un porcentaje significado, el final
del verano son el coste del colegio de sus hijos. Otros, los liberados de
gastos por descendencia, empiezan a vacunarse contra la gripe y la soledad (se
apuntan a cursos y gimnasios) y así desfigurar su existencia falta de sentido y
frágil corporalidad.
En este tiovivo organizado
para nuestra distracción no "entra" cuestionar nuestra condición de
oveja. Nos hacen creer que desde el "confort" y la
"comodidad" decidimos "algo" y lo único que determinamos es
nuestra condición bovina.
Tememos salirnos del guion,
escrito por el llamado "sentido común" dado que, como las ovejas,
queremos "pastos tranquilos" por donde distraer mínimamente el potencial intelectual a través del futbol,
el cine y la fotonovela.
Más otra existencia es
posible. Dejar, a través de la conciencia, esa opulenta comodidad en la
ignorancia para entrar en los incómodos espacios del conocimiento.
Para ello, lo primero, es
aceptar nos han limitado para controlar la tranquilidad de una élite
responsable de nuestro pastoreo.
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