Me decía el otro día, un ciudadano que la sociedad es para la alegría de los jóvenes. Que los adultos somos
demasiados pesimistas y ello nos priva disfrutar y ser optimista. La vida es
fiesta y no tragedia......hay que reír.
Y seguramente tiene razón, la vida es un regalo anónimo que "no sé
por qué" nos permite hacer cosas con más o menos sentido.
Lo que sucede es que, tal vez, lo que hagas hoy condicione el mañana.
Queramos o no, la acción tiene una cadena de sentido y no está demás tenerlo
presente.
A una juventud sin formación le
corresponde en más de un 90% una vejez desestructurada y dependiente en asilos
o casas de caridad olvidadas por casi todos.
Todo "estadio" tiene que preparar el posterior para cubrir
las características que presenta.
Hoy, muchos jóvenes, con una formación básica y específica en el
mercado, consideran que deben viajar por el mundo aprovechando las ofertas de
las compañías aéreas sin pensar en su formación futura en un mercado cambiante
por momentos. ¿Qué harán cuando estén en la obsolescencia programada? Y ésta
llega en silencio y sin avisar.
No hay que ser trágico pero sí algo sistémico. "Todo" sigue
un proceso, conocido o no. Y obviarlo no supone pararlo.
Decía, recién un modisto alemán de vanguardia. "Muchas jovencitas
tatúan sus brazos tersos y trabajados sin pensar que en tres décadas sus
tríceps flácidos mostrarán aquellos
tatuajes sobre una superficie decadente".
Disfrutar el hoy engalanando el mañana es una buena terapia para
disfrutar. Vivir "solo el momento" es un peligro de trágicas
realidades.
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