Quién vive en la
Emancipación elige el amor al prójimo. Seguir su camino es optar por el amor
como estadio lleno de compasión.
Si, la compasión del
corazón es un fiel reflejo del amor en la Emancipación. Un humano decidido a
amar puede irradiar una bondad sin límites. Un ciudadano responsable es un
apasionado de la humanidad pues la Emancipación le ha dotado de una
inteligencia y cerebro universal y holístico.
Los humanos emancipados
no pueden ser maestros de inquietud, sino servidores de confianza. No podemos
ni debemos ir por el mundo haciendo de “maestros enterados de todo” sino de
hermanos acogedores.
Cuando incansable la
colectividad humana emancipada, escucha y reconcilia, manifiesta su luz de
amor, compasión y consolación encamina su
existencia hacia la aceptación del otro desorientado.
Cuando la sencillez va íntimamente
unida a la bondad, el humano puede crear espacios de esperanza a su alrededor
generando confianza. Todo se transforma, La Emancipación espera que seamos un
reflejo de su presencia portadores de una esperanza infinita. La paz de nuestra
esencia puede hacer bella la vida de quienes nos rodean.
0 comentarios:
Publicar un comentario