Los enfermos conocedores de la limitación
humana -muchos lo están y lo desconocen- somos personas muy sensibilizadas con
la finitud.
Tenemos la afirmación inequívoca sobre la
levedad física de nuestra existencia lo que nos conduce hacia los senderos del
espíritu.
Este espacio nos constituye en anónimos
inmortales dando, generación tras generación, una dimensión densa y enraizada a
la especie humana.
Además de sobrevivir, el humano emancipado,
puede construir un espacio metafísico de sentido que lo eleve de su "valle
vivencial" para transportarlo hacia una "cumbre existencial"
donde el YO desaparece convirtiéndonos en anónimos.
Eso es lo que somos, sin duda, en las
consultas masivas de salud. !!!Anónimos ignorados¡¡¡
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