"No llores por quién se ha marchado, lucha por quién está contigo"
La vocación del empresario es una noble tarea, siempre que se ejerza con honestidad, honradez y altura de miras, además de con ausencia de orgullo y egoísmo.
El empresario debe siempre respetar al otro, esto le permite servir verdaderamente al bien común, con su esfuerzo por multiplicar y volver más accesibles para todos los frutos de la convivencia.
No debemos permitir y menos ayudar a practicar el abuso y la explotación del asalariado al amparo de su debilidad y fragilidad mental y social.
¡¡¡ emprender hacia el progreso !!!
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