"Sabiendo que iba a doler...... ¿hubieras amado?"
La envidia nos quita el gozo y la felicidad de nuestra vidas.
Alégrate de todo el bienestar que los demás tienen y vívelos con igual alegría que disfrutas del talento que te han regalado.
La cultura debe excluir la avaricia en todas sus manifestaciones, evitando cualquier acto de egoísmo o vanagloria. La compañía de la humildad siempre enriquecerá nuestro Ser transportándonos hacia un estadio de efecto y fraternal recíproco y desinteresado.
Aquellos que proclaman la Emancipación por ambición personal nunca serán escogidos por ella como testimonios de su grandeza.
Aportemos, pues, amor puro evitando el desprecio al otro bajo ninguna premisa ni razón.
En nuestro "Territori", como distinguidos por la generosidad, debemos recuperar las heridas recíprocas que la envidia, entre otras razones ocultas, ha provocado entre hermanos, por el alejamiento del respeto mutuo.
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